miércoles, 4 de julio de 2012

Habitaciones cerradas de Care Santos


Hoy mismo cierro el libro que me ha encandilado estas últimas semanas. El domingo charlábamos ante un café en la zona vieja de Santiago acerca de la memoria familiar, y yo aludía a esta lectura, entre recuerdos personales, algunos bastante efímeros e inciertos. Retroceder, saber cómo vivieron y quienes fueron realmente nuestros abuelos. Ir más allá de fotografías descoloridas y anécdotas varias, profundizar para comprender. Ellos, parte de nuestra historia, a veces unos grandes desconocidos.

Violeta está considerada una experta en la obra y vida del pintor Amadeo Lax, su abuelo. Vive en Chicago, pero regresa a su añorada Barcelona donde descubrirá qué se oculta tras un fresco con la imagen de la enigmática Teresa. La admiración deja paso al asombro y provoca sentimientos muy contradictorios.

Desde el presente narrado en mails, hasta finales del siglo XIX, principios del XX, con sus grandes almacenes El Siglo, la boyante industria textil y la aristocrática burguesía en sus palacetes modernistas. Cuidada y documentada ambientación y contexto de la época. Desfila por estas páginas una fascinante galería de personajes. Rodolfo y María del Roser, el punto de partida. Sus tres hijos, las rivalidades, los rencores. Conchita, nodriza que llega siendo apenas una niña analfabeta y desolada por la muerte de su propio hijo y dedicará toda su vida a cuidar a los niños y, pasados los años, a su adorada señora.

quiero que sepas que te he querido toda mi vida como a un hijo. Toda mi vida. Exactamente como te prometí aquel día de hace ya cuarenta y un años.

Amadeo, un afamado artista, detestable como persona. Teresa quien lo quiso ya desde la primera vez que lo vio, tantos años de sufrimiento. Las amistades y los negocios, la República y la Guerra Civil. La fama de una cupletista, humillada por su caprichoso amo. La criada violada y concubina, que jugará un papel tan importante. Desaparecidos y espíritus.

Esta es la historia, el pasado, secretos, mentiras y los fantasmas que se esconden en las habitaciones cerradas, en un retrato, un libro, una caja de galletas o un anillo con un nombre grabado. El dolor de una muerte prematura, el consuelo, la inocencia del primer parto, la lealtad y traiciones, el desamor, el odio.

Y también un nuevo rumbo hacia ese futuro cercano desde el presente. Violeta que huye para reconciliarse, para avanzar y pedir perdón, para soportar terribles verdades, para distanciarse y redefinir su camino.

Podría dar mucho juego como serie televisiva.

Care Santos: coordinadora de la web literaria La tormenta en un vaso, su página, blog de la novela y Silencio lo demás, bitácora personal.


4 comentarios:

TRoyaNa dijo...

Lu,
a medida que pasa el tiempo,más me interesa conocer el pasado de mis abuelos.Es curioso,eso que dices de que a menudo son unos grandes desconocidos,es cierto.
Creo que ahondar en nuestra raíz por añadidura,nos ayuda a comprender mejor a nuestros padres,su modo de desenvolverse en el mundo y también de relacionarse y por esa misma regla de tres,llegar hasta las ramas,nosotros,nuestros herman@s....

La novela pinta bien y seguro saldría de ella una buena adaptación en modo de serie,mini-serie o largometraje.

Biquiños

LU dijo...

Troyana, curiosamente mientras leía este libro ha salido este tema en varias conversaciones (no provocadas por mi, creo). Ese gran desconocimiento que tenemos (hablo por mi, claro) de nuestros abuelos, y a veces también de la infancia o años de juventud de nuestros propios padres.

Cuántas veces nos sorprende una simple anécdota. Qué difícil imaginar aquellos tiempos, aquella vida tan diferente.

Yo me crié con una de mis abuelas, y mi madre siempre comenta que ella con los nietos era otra persona, que a sus hijos no les trataba así, con esa cercanía. Conmigo jugaba mucho, me enseñaba tantas cosas…

Como bien dices, son parte de nosotros mismos.

Ojalá alguien ponga los medios para llevar la novela a la pantalla.

Biquiños

Manderly dijo...

Me gusta el tema! Siempre me ha gustado escuchar a mis abuelos hablar sobre su juventud y sus padres y todas esas vidas tan lejanas. Muchas veces parecen novelas o películas (sobre todo las partes que se desarrollan en la guerra civil).
Un libro que me ha gustado mucho es 'Diem quién soy' de Julia Navarro que precísamente trata sobre como un bisnieto intenta descubrir cómo fue la vida de su bisabuela.
Me apunto éste.
Saludos.

LU dijo...

Manderly, hemos comentado en más de una ocasión, en charlas con amigos o familia, que las vidas de nuestros abuelos o sus padres supera cualquiera de las ficciones de las que a veces tanto nos asombramos.

Yo el libro lo recomiendo, y si el tema te gusta, pues con más razón.

No he leído nada de Julia Navarro pero sí que tengo muy buenas referencias del que comentas. Lo tendré en cuenta.

Biquiños y buen fin de semana