Sin duda un país maravilloso (y muy caro). Aroma de chocolate y queso. Donde resulta muy sencillo comunicarse en castellano o portugués. Paisajes de postal (césped verde cortado con esmero por las afanosas vacas) y ciudades con encanto. El paraíso para los perros, que pueden subirse en cualquier medio de transporte.
Lucerna
Ayuntamiento de Basilea
Impresionantes montañas
Stein am Rhein con un casco antiguo de ensueño
Berna
Bar para los perritos
Librería en Ginebra
HACE UN AÑO: Herculano y Pompeya