Cuando en invierno leía embelesada Crimen y castigo, no podía imaginarme que iba a caminar por las calles que recorre el protagonista.
Fascinante Rusia, mi destino de este verano. Una semana, dos grandes ciudades.
San Petersburgo
Iglesia San Nicolás, patrón de los marineros. Capilla en verde y dorado, con un iconostasio de madera exquisitamente tallado.
San Isaac.
Fortaleza de Pedro y Pablo, con su catedral de alta aguja dorada.
Palacio de Catalina en Pushkin. En su interior muy suntuoso destaca la sala del trono y de los espejos.
Avenida Nevsky, la arteria principal, con una de esas tiendas que no falla nunca en pleno meollo, y edificios como el de Singer que alberga una preciosa librería.
Iglesia de San Salvador de
Peterjof, opulencia y dorados por doquier.
Una amiguita de la tartaruga, dorada, cómo no!!!
Y aunque no hay imágenes, me encantó el Palacio Yusupov, famoso por ser el lugar donde se tramó la muerte de Rasputín. Cuenta con un precioso teatro que todavía se utiliza actualmente. En una sala pudimos disfrutar de un coro a capella inolvidable.
Hermitage con miles de personas que impiden que lo podamos disfrutar como merece.