martes, 30 de julio de 2024

Madrid, chica Almodóvar + La tarde que Bobby no bajó a jugar

Madrid, chica Almodóvar

Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, Madrid.

Una delicia el paseo por la filmografía de uno de mis directores preferidos (aunque he de reconocer que varias de sus obras no me gustaron). Entran ganas de hacer una revisión a las favoritas. Tal vez en otoño, en un fin de semana lluvioso, caerá.

Nos reímos mientras hacíamos fotos en el sofá y al lado de ese chorro de manguera.

En esta exposición seremos testigos de la evolución de Madrid y de la sociedad a través del cine de Pedro Almodóvar, y viceversa, gracias al diálogo constante entre la capital y el director. Como él mismo afirma, «crecí, gocé, sufrí, engordé y me desarrollé en Madrid. Y muchas de estas cosas las realicé al mismo ritmo que la ciudad».

Almodóvar no solo ha captado cientos de escenarios de la ciudad en sus películas, sino también su alma, inspirándose en la gente e historias que en ella ha conocido, desde Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) hasta Madres paralelas (2021).


«Siempre he encontrado en esta urbe un paisaje perfecto y una fauna incorrecta e ideal para cada una de mis películas». Madrid es la verdadera chica Almodóvar, que aparece con mayor o menor protagonismo en todas sus películas, de tal forma que se configura como el personaje por antonomasia del universo almodovariano.

Es muy oportuno que esta exposición se realice en Conde Duque ya que una de las escenas más icónicas de su filmografía está rodada en la fachada del edificio. Susan Sontag dijo que, al igual que la escena de Marilyn y la falda, el momento mítico de la manguera que riega a Carmen Maura en La ley del deseo (1987) ha quedado en el subconsciente colectivo, y ahora es recuperado casi cuarenta años después.

Información extraída de la web de Condeduque.

La tarde que Bobby no bajó a jugar

Mayra Montero

Lo recomienda Rosa Montero (que además es nombrada en las dedicatorias). Empiezo con ganas y me gusta su forma de narrar.

Estuve en Cuba de vacaciones hace 20 años, y algunas de las cosas que encuentro en esta novela me recuerdan temas complejos de definir, de vivir, de no tolerar desde la mirada de una turista. Esto me provoca distancia y rechazo ante algunas escenas. Desconozco cuanto de real hay, y cuanto de ficción.

Excelente el manejo del doble hilo argumental.

La soledad es un derrumbe que no llega de golpe, pasan años y años en los que se presiente, y en los que el corazón se prepara (o no) para soportarla.

Sinopsis: Dos viajes a La Habana, dos romances y una estrella del ajedrez.

Un gélido jueves de enero de 2008, en un hospital de Reikiavik, el doctor Stoltz colocaba un alfil en la mano vencida de Bobby Fischer, quien fuera el mejor ajedrecista del mundo, para que, al apretar en ella la pieza, las venas de su brazo se hincharan y así poder inyectarle una dosis compasiva de morfina. Aunque, en realidad, esta narración arranca más de cuarenta años atrás, con un Bobby Fischer admirado por todo el mundo que visita Cuba en 1966 para disputar un torneo, y entrelaza dos historias de amor, dos pasiones vividas con una revolución como telón de fondo. La de Miriam, que a sus catorce años tiene un breve e intenso romance con el ajedrecista, y la de un misterioso cubano de origen polaco que cae rendido a los pies de la madre del gran maestro diez años antes. Dos pasiones amorosas en dos momentos históricos de Cuba, aquella que floreció al calor de los casinos y la industria del turismo que comandaban los gánsteres desde Florida, y la que quedó después de que la Revolución arrasara el espejismo capitalista. Mayra Montero recrea con maestría dos épocas de una ciudad, La Habana, que ya ha desaparecido.

Tusquets Editores, 2024. Número de páginas: 288. Tiempo de lectura: 6h 50m. Leer fragmento.


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