Cold war + Cat Power + En construcción

Cold war

Con la Guerra Fría como telón de fondo, “Cold War” presenta una apasionada historia de amor entre dos personas de diferente origen y temperamento que son incompatibles, pero cuyo destino les condena a estar juntos.

Hace 3 años me impactaba Ida, y ahora, antes de la ceremonia de los Oscar, me dirijo de nuevo hacia este director polaco.

Desde el arranque soy plenamente consciente de que me va a encantar. Blanco y negro que se apodera de la pantalla, potente y sobrecogedor, un elemento esencial de la trama, del ambiente, de las sensaciones que nos invaden.

La música, como perfila el presente y el futuro de los personajes. Esa casa, esa ambición, esa necesidad de sobrevivir, esa fuerza. Maravillosas secuencias de baile, entrenamiento, caras, cuerpos. Exquisitos coros.

Amor, hilo conductor de cada paso. Es quizás la parte más cercana a lo clásico, a esas películas de antaño, a esos amores posibles a través del espacio y del tiempo. A esa pasión de cine, a esas vidas marcadas, capacidad de sacrificio y de superación. Querer y no querer.

El desenlace es otra pieza para analizar completa, por la belleza, por sus significados, porque rompe con todo, o casi.

Sin premio, con un encanto especial. Maravillosa.

Título original Zimna wojna. Dirección Pawel Pawlikowski. Guion Pawel Pawlikowski, Janusz Glowacki. Fotografía Lukasz Zal (B/N). Reparto Joanna Kulig, Tomasz Kot, Agata Kulesza, Borys Szyc, Cédric Kahn, Jeanne Balibar,Adam Woronowicz, Adam Ferency, Adam Szyszkowski. Polonia 2018, 88 min. Festival de Cannes: Mejor director. Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera. Premios del Cine Europeo: Mejor película, director, guion, montaje y actriz (Kulig).

Suena el último disco de Cat Power, una colección de hermosas canciones, después de leer este artículo y comprender mejor algunas cosas de su vida. La gran historia de dolor y superación de una cantante llamada Cat Power.

“No soy alcohólica, pero me he refugiado en el alcohol para sobrevivir a la depresión. De joven sentía un dolor tan profundo que vivir en una botella era la única alternativa al suicidio”.

“Y estuve así hasta que nació. No dejaba de pensar en que yo o mi bebé podíamos morir. Estuve aterrorizada todo el proceso. Y entonces le vi y fue una revelación. Posiblemente el momento más feliz de mi vida”.

Ella es natural de Atlanta, hija de un pianista de blues ausente y una madre jipi que la dejó abandonada en el hospital cuando nació. “Encontraron a mi abuela y vino a recogerme. Recibí mucho amor de mi abuela. He sentido el amor a lo largo de mi vida. De parejas, de amigos o de mis perros. Pero el que siento por mi hijo multiplica hasta el infinito todo lo anterior. Y crece sin parar”.

“Cuando mi hijo escucha alguna de mis canciones antiguas y reconoce mi voz me pregunta: ‘¿Por qué lloras?’. Por eso este disco tenía que sonar optimista. Quiero ser fuerte”.

Vigo

Tengo mucha imaginación, sin embargo me cuesta poner en futuro el armazón de un edificio en construcción. Grúas, acero, vigas resistentes que serán el salón de una familia sentada ante su TV plana. El dormitorio de una adolescente, su propio espacio, inviolable, en constante cambio. La cocina con aroma a café, a curry. Paredes rodeadas de discusiones, palabras de amor y gemidos de placer. Suelos de tarima, pies descalzos. Espejo del baño cruel a primera hora del día. Huecos que se van llenando de muebles, complementos, cepillos de dientes, sartenes y dispositivos electrónicos. Mutando, adaptándose a sus habitantes.

Planos, hipoteca, escritura, dinero, mudanza, cajas, reordenar.