Wonderland + Cosas pequeñas como esas

Wonderland 

Llego a esta película por la banda sonora y una recomendación. Me ha gustado mucho. 

Una familia y cada uno de sus miembros. Los padres, un matrimonio roto, mucha distancia y dolor. Ella no soporta a su marido, ni al perro que siempre ladra. Él quisiera que la vida fuera más sencilla, donde una tarde puedas bailar y olvidar. 

Las hijas. Nadia busca a un hombre del que enamorarse, trabaja de camarera y no parece nada feliz. Molly, embarazada y muy sola, cuidando a su futuro hijo y muy necesitada de atención y cariño. Debbie quiere disfrutar tras su divorcio, su ex es un inmaduro e irresponsable, su hijo va y viene de uno a otro, y con los hombres tiene sexo satisfactorio y fugaz.

La música en todo momento muy presente. 

• 𝚂𝚒𝚗𝚘𝚙𝚜𝚒𝚜 • 

Crónica de la vida de tres hermanas londinenses. Nadia (Gina McKee) es una camarera solitaria que busca un alma gemela a través de los anuncios personales. Tampoco a Molly (Molly Parker) le van muy bien las cosas: precisamente cuando está esperando un hijo, su pareja deja el trabajo y desaparece. Por su parte Debbie (Shirley Henderson) es una peluquera malhablada que tiene un hijo de 11 años, y está separada de su marido. 

Dirección Michael Winterbottom. Guion Laurence Coriat. Música Michael Nyman. Fotografía Sean Bobbitt. Reparto Gina McKee, Shirley Henderson, Molly Parker, Ian Hart, Kika Markham, Jack Shepherd, John Simm, Stuart Townsend, Enzo Cilenti, Sarah-Jane Potts. Reino Unido 1999, 104 min. British Independent Film Awards (BIFA): Mejor película. 

Otras películas del director en el blog 

9 canciones

In this world

I want you

The trip

Cosas pequeñas como esas

Claire Keegan 

Tenía ganas de leer a esta autora. La experiencia ha sido intensa, de las que dejan huella. 

Poco a poco nos internamos en la mente del protagonista, en su pasado, sus interrogantes y sus angustias, su presente dedicado de lleno al trabajo y las rutinas. El ambiente navideño en las calles y dentro de cada casa. Y allá arriba, el convento, una imagen externa de postal, un interior de horror hacia donde nadie quiere mirar. El maldito castigo divino. El pecado y la brutalidad. 

Fragmentos que me han gustado especialmente. Te invito a leerlos con calma: 

Siempre ambos iban mecánicamente al siguiente trabajo que tenían por delante, sin pausa. ¿Cómo serían las cosas, se preguntó, si se dieran el tiempo de pensar y de hacer un alto? ¿Sus vidas serían diferentes o muy parecidas, o simplemente perderían el control sobre sí mismos? Incluso mientras batía la manteca y el azúcar, ya no estaba tanto en el aquí y ahora ni en ese domingo próximo a la Navidad, con su esposa e hijas, sino en el día siguiente y en quién debía qué y cómo y cuándo él entregaría lo que se le había encargado, y a qué hombre dejaría para tal o cual tarea, y en cómo y dónde cobraría lo que se le debía, y antes de que terminara el día de mañana, sabía que su mente ya estaría funcionando de la misma manera, pensando una vez más en el siguiente día. 

Enseguida recuperó el control y llegó a la conclusión de que nunca se volvía a lo que había pasado; a cada uno se le daban días y oportunidades que no volvían a tenerse. ¿No era acaso agradable estar donde estaba y dejar que, por una vez, eso te recordara el pasado, a pesar del malestar, en lugar de estar siempre pendiente de la mecánica de los días y los problemas futuros, que tal vez nunca llegasen? 

• 𝚂𝚒𝚗𝚘𝚙𝚜𝚒𝚜 • 

Qué quietud había ahí arriba, pero ¿por qué nunca estaba en paz? El día aún no despuntaba, y Furlong miró hacia el río oscuro y brillante cuya superficie reflejaba partes equivalentes del pueblo iluminado. Eran tantas las cosas que se veían mejor, cuando no estaban tan cerca. No pudo decir cuál prefería; si la vista del pueblo o su reflejo en el agua. 

Invierno de 1985 en un pequeño pueblo irlandés. Bill Furlong es un hombre amable y un trabajador infatigable, vende carbón y madera. Su única preocupación es que a su esposa y a sus cinco hijas no les falte nada. Lleva una vida tranquila y rutinaria, hasta que un día, mientras entrega un pedido en el convento del pueblo, se involucra en una situación que le devuelve otra imagen de su pasado, dejándolo en medio de una encrucijada definitiva: por un lado, seguir su instinto de autopreservación y mirar hacia abajo, por el otro, actuar con coraje y hacer lo correcto, sin importar las consecuencias. Claire Keegan, una de las voces más potentes de la literatura irlandesa contemporánea, se detiene con perspicacia en esas pequeñas cosas que lo cambian todo y construye una novela de una delicadeza conmovedora. 

Nº de páginas: 96. Editorial Eterna Cadencia, 2022. Traductor: Jorge Fondebrider