domingo, 25 de septiembre de 2022

La colina de las amapolas + La casa del páramo

La colina de las amapolas 

En 2008 vi Cuentos de Terramar, la primera película de Goro Miyazaki, hijo de mi muy admirado Hayao Miyazaki. No me había entusiasmado demasiado. 

Ahora pruebo con su segunda creación, y mis impresiones son mucho mejores, aunque no creo que se vaya a convertir en una de mis preferencias en animación. 

La parte visual es encantadora. La historia a ratos excesiva, con momentos muy culebrón. Aun así, he de reconocer que me pareció bonita y tierna. 

𝚂𝚒𝚗𝚘𝚙𝚜𝚒𝚜 

Japón, año 1963. Umi Matsuzaki es una estudiante de instituto que, en ausencia de su madre, cuida a sus dos hermanos y de su abuela a la par que administra un hostal de estilo occidental, el Coquelicot Manor, en lo alto de una colina y cercano al mar. La chica compagina tranquilamente sus responsabilidades con su vida escolar. Un día conoce a Shun Kazama, miembro del club de periodismo, y Shiro Mizunuma, presidente del consejo de estudiantes. Ambos son representantes del Quartier Latin, un edificio antiguo que alberga las diferentes asociaciones de estudiantes y que corre el peligro de ser demolido. Entre Umi y Kazama surgirá una profunda amistad que podría verse complicada con el inesperado descubrimiento de un secreto del pasado. Juntos buscarán una forma de convivir entre el turbio pasado, el difícil presente y el esperanzador futuro en un momento del tiempo donde el Japón empezaba a levantar cabeza.

Título original Kokuriko-zaka kara. Dirección Goro Miyazaki. Guion Keiko Niwa, Hayao Miyazaki. Manga: Chizuru Takahashi. Música Satoshi Takebe. Japón 2011, 91 min. 

La casa del páramo 

Empezando el otoño me apetecía una lectura de estas características. Lo cierto es que la leí todavía con altas temperaturas más propias del verano. Resultó ser “demasiado romántica” para mí. Tiene partes que me encantan, y se lee con agilidad. 

𝚂𝚒𝚗𝚘𝚙𝚜𝚒𝚜 

Publicada como «cuento de Navidad» a finales de 1850 y, respetuosa con el género, Elizabeth Gaskell compuso una hermosa historia de amor campestre, con un cuadro potente de virtudes y vicios y una apelación al sentimiento de buena voluntad. Maggie Browne, su heroína, vive con una madre indiferente y un hermano ambicioso que la considera una jovencita «enjaulada en el campo, rodeada siempre de la misma gente». Después de luchar por superar las diferencias sociales que la separan de su amor –el heredero de un terrateniente–, se verá empujada a un supremo sacrificio para salvar a su propia e ingrata familia. «Este pequeño volumen –escribiría Charlotte Brontë– tiene un bello comienzo, adquiere fuerza en su desarrollo, y concluye con pathos.» Swinburne vio en él un precedente claro de El molino del Floss de George Eliot. 

Combinando elementos de cuentos de hadas con recursos de melodrama y una romántica observación de la naturaleza, Gaskell ahonda además en los entresijos de la vida doméstica, y muestra cómo el amor y la bondad pueden ser armas de doble filo, a menudo utilizadas con fines innobles. «¡Conocemos tan poco la verdadera realidad de aquellos hogares que visitamos como amigos íntimos!», dice la narradora de estas páginas. 

Nº de páginas: 192. Alba Editorial, 2019. Traducción: Marta Salís Canosa.

 

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