Una educación – Tara Westover
Atemorizados ante la
inminente llegada de los días de la abominación, trabajan a destajo y se
preparan con reservas de alimentos, gasolina y armas. El enemigo les acecha. El
enemigo es la sociedad, la educación que se imparte en las escuelas, la
medicina, los federales.
Todo lo que sucede es porque
Dios así lo desea, son sus designios y la justificación ante cualquier acontecimiento,
accidente o desgracia. Se apoyan en su fe, en el poder sanador de hierbas,
homeopatía, energía y chakras.
La primera parte se centra en
la infancia y adolescencia de Tara, inmersa en un mundo cerrado bajo la llave
del fundamentalismo religioso. Ajenos a lo que sucede fuera de sus fronteras.
Las mujeres han de ser decentes en su forma de actuar, de vestir, de no pensar,
de no dudar. Para ello se podrá ejercer cualquier método violento o
manipulador. Lo esencial es no caer en las garras del demonio.
Es un texto autobiográfico
que desde el punto de vista experiencial resulta perturbador, impactante, a
veces increíble, y ante todo un punto de partida hacia la reflexión. Una niña que
decide huir del abismo, pone todo su empeño en estudiar, en saber. La educación
abre su mente, cambia su vida. Deja de ser una marioneta herida, deja de pensar
que no es merecedora de otra vida. Se plantea preguntas sobre quién escribe la
historia, sobre las obligaciones y lazos familiares. Crea una identidad nueva y
se asusta ante la inmensidad de los cambios que siente. ¿No habría cambiado
demasiado?
A su felicidad la persigue un
pesado lastre de pérdida. Relaciones tortuosas con la familia, apoyo y rechazo
de los hermanos, radicalización de los padres.
En el terreno literario, me
ha resultado algo excesiva y reiterativa. Tal vez con un recorte de páginas y
texto sería suficiente. Hay demasiados ejemplos para expresar la misma idea que
queda clara ya desde los primeros párrafos.
Testimonio de superación
personal, de toma de decisiones y puesta en marcha de un plan no siempre en
línea recta, pero avanzando. Sufrimiento emocional, cargas familiares y creencias
arraigadas. Escribir para recordar, para aprender.
Resumen
Cómo una educación puede
salvar una vida
«Podéis llamarlo
transformación. Metamorfosis. Falsedad. Traición. Yo lo llamo una educación.»
Nacida en las montañas de
Idaho, Tara Westover ha crecido en armonía con una naturaleza grandiosa y
doblegada a las leyes que establece su padre, un mormón fundamentalista
convencido de que el final del mundo es inminente. Ni Tara ni sus hermanos van
a la escuela o acuden al médico cuando enferman. Todos trabajan con el padre, y
su madre es curandera y única partera de la zona.
Tara tiene un talento: el
canto, y una obsesión: saber. Pone por primera vez los pies en un aula a los
diecisiete años: no sabe que ha habido dos guerras mundiales, pero tampoco la
fecha exacta de su nacimiento (no tiene documentos). Pronto descubre que la
educación es la única vía para huir de su hogar. A pesar de empezar de cero,
reúne las fuerzas necesarias para preparar el examen de ingreso a la
universidad, cruzar el océano y graduarse en Cambridge, aunque para ello deba
romper los lazos con su familia.
Ficha técnica
Nº de páginas: 472
Editorial: Lumen, 2018
ISBN: 9788426405166
Traductora: Antonia Martín
Martín
Las decisiones que las personas toman, juntas o por
su cuenta, y que se conjugan para producir un único hecho. Granos de arena,
incontables, que se aplastan para formar sedimento, y luego roca.
Charlas perrunas
Sol de invierno. Azul gélido.
Me sigue sorprendiendo la
facilidad de algunas personas a la hora de juzgar formas de pensar o estilos de
vida diferentes a los suyos. Recibo con más frecuencia de la deseada, consejos
u opiniones no solicitados, por parte de desconocidos. Se acercan con el
pretexto de mi acompañante canina. Que si el perro no debe vivir en una ciudad,
en un piso… Hoy alguien ha llegado a expresar lo letal que es el uso de la
calefacción. Aludía a animales y a humanos. Entonces llega el ejemplo en
primera persona, supongo que para que yo aprenda. Este hombre vive sin
calefacción, en pleno centro de Vigo, en una construcción bien aislada.
Progresa en su discurso a pesar de mis intentos por ponerle fin, asegurando que
la última vez que fue a cenar a casa de unos amigos casi no pudo soportar las
temperaturas elevadas del interior.
Pertrechada con mi plumífero
y abufandada, pude continuar mi paseo, mientras dejaba atrás a ese hombre con
síntomas catarrales, sonándose ruidosamente su nariz enrojecida.
Unas horas más tarde, otro
hombre agarraba a su perrazo y le explicaba con ternura y firmeza que mejor
dejar tranquila a la perrita, de avanzada edad. Vilma cautelosa evitaba
acercarse. Una agradable conversación sobre lo impulsivos que son los cachorros
y el escaso control de su poderío y fuerza. Cordial y respetuoso.
Entre tanto, una de esas
pequeñas juntanzas para hacer balance de un año del club de lectura y poner
sobre la mesa ideas y propuestas. Se
avecinan cambios. Ilusionada. Preparando u texto resumen para publicar, un
mensaje para incitar y una pequeña sorpresa repleta de cariño.
Cerca de casa a la hora de la
comida, en la calle huele de forma intensa a ajo, a refrito. Y de inmediato
pienso en Victoria Beckham y aquel comentario sobre Madrid. Extraña asociación
de pensamientos. Me río.
Suenan canciones delicadas de
Piers Paccini. Terminando una lectura impactante de no ficción.
4 comentarios:
Que tal LU!
Creo que ultimamente yo tambien estoy percibiendo eso que comentas, no recuerdo ahora mismo el nombre del presentador (Torre Iglesias o algo asi...), era un programa (no se si todavia lo emiten) que daba tve por las mañanas, "Saber vivir", bueno, alguna vez estando en cafeterias me tenia coincidido de verlo, todo eran advertencias, prohibiciones, malos rollos, vamos... ¡que la palmabas fijo! Pues eso, de expertos esta el mundo lleno que diria un clasico.
Bueno, lo dejo que me caliento y me pongo muy pesao...
Feliz semana, en nada toca paraguas...
Bicos;)
Divertida parte la de las charlas perrunas. Hace muy poco publiqué esto:
https://frodorock.blogspot.com/2019/11/encuentro-veridico-con-loco.html
Ahí mi perro es personaje central, e incluso le hablo a él. Coincido en lo que relatas.
El resto es todo novedad para mí
Abrazos!
Hola Fran:
De expertos y de personas muy curiosas, peculiares, diferentes, y algunas, muy pesadas. La verdad es que ir de paseo con Vilma a veces es un placer, y otras una aventura, según sean los encuentros y diálogos. Daría para hablar o escribir largo y tendido.
A ver si tanta borrasca nos da un respiro y pasamos las navidades sin tanta agua, que ya aburre. Os deseo muy felices fiestas.
Biquiños
Frodo.
Si es que lo de las charlas perrunas es siempre una aventura. Qué gracia tu texto. La verdad es que dan para unos cuantos guiones de cine. Lo dicho, seres peculiares que se acercan cuando ven un humano con perro y se liberan de cualquier presión social o vergüenza, no sé….
Un fuerte abrazo navideño y que paséis unas muy felices fiestas, humanos y perros.
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