Una mujer que vive desde hace tres años en una furgoneta aparcada en la
costa de Almería, ve cómo su pareja desaparece precisamente el día en que iba a
empezar a trabajar. Regresa con su bebé a su pueblo natal, Ferrol. Busca empleo
y acaba consiguiendo un puesto de peón de albañil. Supera con coraje la dureza
del oficio. Pronto su cuadrilla empieza a destacar entre las demás.
Dentro del contexto del auge y caída del ladrillo (contratos ilegales,
dinero en B y todo tipo de artimañas detestables), una mujer. La ha abandonado
su pareja, con un hijo pequeño. Regresa a su pueblo y lo primero que se
encuentra es un portazo en las narices de su propia madre.
Empieza a trabajar, entre burlas y desprecio del sector masculino. Ha de
probar su valía. Aprende rápido e irá ganándose el respeto y aprecio de los colegas.
Un amigo cada vez más cercano. Una madre que va cediendo, por su nieto.
Parece que la vida se va encauzando. Gana dinero y lo invierte en un piso
(bancos, avales e hipoteca).
La frágil tranquilidad se rompe a pedazos con la repentina aparición del
padre del niño. Problemas económicos…
El poema de la dicotomía. El vacío existencial del jubilado. La
camaradería. Un hombre que la quiere, con los pies en la tierra. Un hombre que
no crece, ni asume responsabilidades, para quien la huida es la solución eficaz
ante cualquier dificultad.
Me ha gustado mucho. Es tan cercana, tan demoledora y real. Vidas en plena
crisis.
Lola Dueñas, soberbia. Otra de esas pequeñas películas con dolor y esperanza,
con superación.
Director Alfonso
Zarauza. Guión Alfonso Zarauza, Jaione Camborda. Música Piti Sanz. Fotografía Alberto Díaz
Bertitxi. Reparto Lola
Dueñas, Luis
Tosar, Juan
Carlos Vellido, Miguel
de Lira, Antonio
Durán 'Morris', Xosé Antonio
Touriñán, Federico
Pérez Rey, Marcos
Javier Fernández Eimil, Farruco
Castromán, Xúlio Abonjo.
España 2014, 99 min.
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