El fantasma y la señora Muir
Lucy Muir es
una joven viuda que decide irse a vivir a orillas del mar, a una casa encantada
que perteneció al capitán Gegg, un marinero cuyo fantasma se le aparece. Al
principio, el capitán utiliza los mismos trucos que le sirvieron para librarse
de otros inquilinos, pero con Lucy no funcionan.
Cómo me ha
gustado. Es una de esas historias que desde el principio me hace sonreír. Adoro
a este tipo de fantasmas, y la relación tan directa con la mujer viva. Le sobra un poquito de pastel amoroso, pero tiene grandes momentos divertidos y tiernos.
Título
original The Ghost and
Mrs. Muir. Dirección Joseph L. Mankiewicz. Guion Philip Dunne (Novela: R.A. Dick). Música Bernard Herrmann. Fotografía Charles Lang Jr. (B/N). Reparto Gene Tierney, Rex Harrison, George Sanders, Edna Best, Vanessa Brown, Anna Lee, Robert Coote, Natalie Wood.
EE UU 1947 104 min.
Entre ellos
Richard Ford narra
una historia real, la de sus padres. Parte de su propia vida y la de su familia
para indagar en la esencia de América. Y, tirando de ese relato personal, logra
un portentoso ejercicio de prestidigitación literaria: hacer que una historia
cotidiana e íntima, hecha de detalles que en otras manos podrían resultar
anodinos, se transforme en una poderosa narración de validez universal.
Nº de
páginas: 168
Editorial: Anagrama,
2017
ISBN: 9788433979964
Traductor: Jesús
Zulaika Goicoechea
Está compuesto por dos
biografías independientes, de la extensión de una novela corta, escritas con
una diferencia de más de treinta años. La primera trata de su padre, un
viajante de comercio llamado Parker que murió cuando Ford tenía dieciséis años,
y que escribió recientemente. La segunda, que habla de su independiente y sensata
madre Edna, la escribió poco después de la muerte de esta en 1981. Juntas
forman un esclarecedor retrato de una pareja blanca ligeramente no convencional
nacida en los primeros años del siglo XX. Con una profundidad de percepción
afectuosa y perspicaz al mismo tiempo, el autor narra una detrás de otra la
historia de la vida y la muerte de sus padres; su traslado de Arkansas a
Mississippi; su paso de la casi pobreza a la clase media; de quince años de
matrimonio sin hijos a la sorpresa de la paternidad a una edad que entonces se
consideraba tardía; y de la muerte precoz y repentina de su padre de un ataque
al corazón a la viudedad de su madre hasta su muerte de cáncer.
El libro trata de ellos, pero
también del chico que engendraron y de cómo los ve este al cabo de más de
setenta años. Al mostrarnos a su madre y a su padre, Ford -un niño corriente
que ha llegado a ser uno de nuestros más distinguidos autores de ficción- nos
muestra inevitablemente una buena parte de sí mismo. En gran medida lo hace
mirando hacia fuera más que hacia dentro.
«La mía ha sido una vida de
observar y ser testigo.
Una joya. Lees y te acercas a
sus dudas, la vida que llevaba y las conjeturas sobre lo más hondo de sus
propios padres, a quienes muchas veces apenas conocemos a pesar de compartir
tantos años.
Una borrasca
tras otra, un catarro que se alarga, tiempo en casa para leer y escribir, para
poner un toque de humor.
Con un
atuendo bastante desfasado. Dicen que es en honor a esa bebida refrescante que
desatasca tuberías. Dicen que se desliza de noche por la chimenea. Conviene
llamar a un deshollinador (personaje de cuento de Dickens). Alguien desde
Silicon Valley habrá inventado una app muy fácil de manejar para abrir paso al
gordo barbudo. Lo importante es que la casa se llene de brillantes envoltorios.
Llega Greta con su pancarta medioambiental, nada de plásticos, nada de papel de
regalo. ¿Y quién se resiste a los encantos de esa niña dulce?
Advertencia
de las autoridades sanitarias. Olvídate de chupar la cabeza de gambas y sus
parientes langostinos. Contienen micro-sustancias tóxicas que solo afectan a la
parte superior del bicho. Fábricas de congelados, que no cunda el pánico. ¿Qué
sabrán los expertos del ministerio? Más peligrosas son las discusiones sobre
política comiendo polvorones. O subirse a la noria mientras la borrasca Elsa
arrasa con la Calle Frozen.
Una razón
brillante
Neïla Salah
es una joven del extrarradio parisino que sueña con ser abogada. Se ha
matriculado en la facultad de Derecho más importante de París, pero el primer
día de clase tiene un enfrentamiento con Pierre Mazard, un profesor algo
conflictivo. Para redimirse, el profesor propone a Neïla ayudarla a preparar
una importante prueba a nivel nacional. Aunque cínico y exigente, Pierre sería
la ayuda ideal que Neïla está necesitando pero para ello tendrán que empezar
los dos por superar algunos prejuicios.
Fallida y
previsible. Acercamiento de dos personas que nada tienen en común. Amistad que
crece al ritmo de la dialéctica, donde es más importante convencer que la
verdad o tener la razón. ¿Será esa la enseñanza a estudiantes de derecho? Lo
mejor, ambos actores protagonistas.
Título
original Le brio. Dirección Yvan Attal. Música Michael Brook.
Fotografía Rémy Chevrin. Reparto Daniel Auteuil, Camélia Jordana, Jacques Brel, Serge Gainsbourg, Romain Gary, Yvonne Gradelet, Yasin Houicha, Nozha Khouadra, Jean-Baptiste
Lafarge, Louise Loeb, Claude
Lévi-Strauss, François
Mitterrand, Yves Mourousi, Nicolas Vaude.
Francia 2017, 95 min. Premios César: Mejor
actriz revelación (Camélia Jordana)
La canción que he escuchado
hoy unas cuantas veces, en bucle. Una maravilla.
4 comentarios:
Hola Tartaruga
Hola Ali
Deseo que tengas unas felices fiestas.
Que tal LU!
Bueno, aunque ya han pasado unos dias desde que escribiste esta entrada espero que te encuentres ya recuperada del todo. Una faena en estas fechas la verdad...
La peli de Mankiewicz la vi no hace mucho tiempo y me sigue pareciendo estupenda. "Una razon brillante" no, pero dado lo que comentas en tu reseña creo que no la anotare en mi lista...jeje
Me gusta es foto de las gotas en el cristal. Uyyyy..., las conversaciones de politica en la mesa pueden dar mucho juego y mucha guerra...jeje
Venga, biquiños navideños;)
Hola Fran:
El catarro me cogió cariño, y aunque en ningún momento fue limitante, sí algo de incordio sobre todo para dormir por las noches…
Creo que lo único positivo de tanta lluvia son algunas fotos preciosas, da mucho juego.
Biquiños y a disfrutar del buen tiempo.
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