Médico judío, el neurólogo Ludwig Guttmann llegó al Reino Unido huyendo de
los nazis al inicio de la Segunda Guerra Mundial y se hizo cargo de la unidad
de parapléjicos de un hospital en Buckinghamshire. Escandalizado por la forma
en que trataban a los enfermos, fuertemente sedados y llenos de llagas por
estar atados a la cama, transformó radicalmente el tratamiento. Se deshizo de
los antiguos equipos y de los sedantes e incluyó actividades deportivas y
musicales en la rutina diaria de los pacientes. Aunque al principio sus colegas
y superiores se opusieron, pronto demostró la efectividad de su método en el
estado físico y emocional de los enfermos, que le trataban como un héroe. Al
término de la guerra, Guttmann empieza a organizar competiciones deportivas en
silla de ruedas a nivel nacional, sembrando el germen de los futuros Juegos
Paralímpicos, cuya primera edición inauguró él mismo en 1960.
Producción de la BBC para la TV.
Un hombre con las ideas muy claras. Alguien que supo ver más allá de lo
asistencial. Busca la calidad de vida para unas personas muy dañadas, tanto
física, como emocionalmente. Deseos de morir que se irán transformando en
esfuerzo de superación. Miedos con los que habrá que luchar, como el de
regresar al domicilio familiar. Chicos que han de reconstruir sus anhelos y
demostrar a los demás su capacidad.
Me gusta el tono en el que se cuenta la historia. Un drama que no desciende
a la compasiva sensiblería. Un enfoque real y positivo. Curioso punto de
partido de los Juegos Paralímpicos.
Título original The Best of Men. Director Tim Whitby.
Guión Lucy Gannon. Música Mark Russell.
Fotografía Matt Gray. Reparto Eddie Marsan, George Mackay, Rob Brydon, Niamh Cusack, Richard McCabe, Bee Bee Sanders, Leigh Quinn, Ben Owen-Jones, David Proud, Nicholas Jones, Tristan Sturrock, Nigel Lindsay, Rachael Spence, Tracy Ann
Oberman, Stephen
McGonigle, Mali Harries.
Reino Unido 2012, 90 min.
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