Esta
es la historia de un escritor que viaja a Nevada, Estados Unidos, entre agosto
de 2007 y junio de 2008, pero es también mucho más. Es un relato en el que lo
vivido, el instante real, se mezcla con recuerdos, imágenes, sueños y
evocaciones. En el que el paisaje árido y hostil del desierto y el horizonte
verde, rojo y fucsia de los casinos de la ciudad de Reno, con su trama de luces
brillantes y acristaladas, conducen una y otra vez al narrador —y al lector— a
ese otro paisaje más íntimo, más personal del País Vasco.
Colección: Hispánica.
Alfaguara.
Páginas: 408
Publicación: 09/04/2014
Precio: 19,50 €
ISBN: 9788420415987
EAN: 9788420415987
Después de Almudena Grandes, y subir a lo más alto con
Manolita, reconozco que la siguiente lectura representa un reto. Es fácil que
no me entusiasme. En este caso, me costó engancharme. A Atxaga le sigo desde
hace tiempo, y en anteriores ocasiones, me fascinó. Los casinos y Reno me
pillaban muy lejos. Pero poco a poco, las partes más intimistas y el desierto
me fueron convenciendo. Hay un par de escenas que remueven muchas cosas dentro
de mi cabeza. Una conversación de grupo sobre el olor preferido de cada cual y
las sensaciones que evoca. La rutina de entrar en librerías, curiosear, comprar
postales... De las novelas de este autor que he leído, es la que menos me ha
gustado.
«También yo quería entrar en el mundo real, y por un
momento lo logré. Los dos caballos salvajes que estaban frente al Chevrolet
Avalanche se pusieron a girar como en un carrusel, y con ellos el de Cornélie,
el caballo negro de Franquito y otros caballos que formaban parte de mi pasado.
Pensé —solo por un momento, ya lo he dicho— que aquella era la imagen de mi
vida, y que me sería fácil poner junto a los caballos, o en su lugar, criaturas
humanas: la mujer que leía el Reader’s Digest, el hombre que en el hospital se
sentía enjaulado como un mono, José Francisco, Didi, Adrián, L., yo mismo,
Ángela, Izaskun, Sara... Una vuelta, dos vueltas, tres, cuatro, y así hasta que
el carrusel se parase. Pero ¿dónde estaba el centro? ¿Dónde el eje en torno al
cual giraba todo?»
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