Llega al fin el ansiado viaje, reencuentros y mucha música. Un paréntesis previo a las vacaciones, recarga de energías para afrontar la recta final.
Jueves:
Blank Dogs, empezamos con buen pie y un concierto vibrante y lleno de fuerza.
Of Montreal, muy divertidos y con ritmos contagiosos. Luces de colores, todo muy vistoso.
P.I.L. Ay, el paso de los años no perdona, y en el escenario un señor, con esa voz tan característica. Apenas escuchamos un tema.
The Walkmen, decepcionantes y ñoños.
Grinderman, impresionante el poderío del incombustible Nick Cave, con ese vozarrón y unos músicos de lujo.
Interpol, la anécdota del festival. Todo parecía tan raro, hasta que saltan al escenario con camisetas y unas luces y sonidos que no se correspondían con la elegancia habitual del grupo. Nos equivocamos de escenario, a correr al Llevant. Soberbios, exactos y tan profesionales.
Suicide, para matar al programador, o como se llame, que hizo coincidir a este excéntrico dúo con Interpol. En esta ocasión les tocó ser sacrificados. La ubicación de los diferentes escenarios hacía imposible ir de uno a otro con cierta rapidez. Una pena. Me quedo con el recuerdo imborrable de aquella ocasión en la que casi enloquecí al verles, hace ya unos cuantos años.
Viernes
M. Ward, toda una sorpresa su directo, mucho más potente de lo que me esperaba. Sigue la racha de un buen comienzo de tarde.
The National, uno de esos grupos que me enamoraron al escucharlos la primera vez hace unos años en casa de un amigo. Temas preciosos y un directo muy correcto. Me gustaron, aunque el incesante parloteo de la gente no ayuda a disfrutar de la buena música.
Belle & Sebastian, lamentable el sonido, con un volumen tan bajo que si no estabas cerca era absurdo quedarse. Nos fuimos y no tuvimos mucha suerte con el intento de ver a Low.
Explosions in the sky, tremendos y a mi, personalmente, me obligaron a rectificar mi opinión. Había escuchado uno de sus discos y me dejaron indiferente. Es un grupo de directo. Apabullantes.
PULP, nos hicieron vivir muy buenos momentos, con una selección de éxitos que ya desde el primer tema prometía fiesta. A saltar y a botar rodeada de gente totalmente apasionada con el carismático Jarvis, quien no pudo evitar aludir y recriminar la brutal intervención policial de esa misma mañana en Plaza Cataluña.
Del sábado, nada a destacar. Uno de los escenarios modificó sus actuaciones para poder transmitir el partido del Barcelona (la única relación con la música fueron los cánticos de celebración). A mi me pareció totalmente incongruente.
Resumiendo, me lo pasé muy bien, pero creo que la organización debería solucionar varios problemas, fundamentalmente de sonido.
Imágenes de Zadelia
HACE UN AÑO: Primavera Sound 2010 – Barcelona, 27, 28 y 29 de mayo
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