lunes, 12 de junio de 2023

Canto yo y la montaña baila + Una vez más

Canto yo y la montaña baila

Irene Solá

Mis impresiones

A veces elegimos un libro por la cubierta o por el título. Esta novela tiene uno de esos títulos que, al menos a mi, me despiertan de inmediato las ganas de abrirlo.

Entre sus páginas escuchamos las voces de las nubes, de las personas que habitan esas montañas, del corzo… Realidad, leyendas, muerte, fatalidad.

Con una fuerte carga de sufrimiento acompañada de intensa belleza.

Personajes e historias que se van entrecruzando. Amistad y amor.

Prosa cincelada a golpes de brevedad. Frases escuetas. Ritmo acelerado. Poética.


Una selección de párrafos que me hicieron detenerme para releer y degustar.

Hilari es charlatán, lo llenaría todo de palabras. Habla tanto que hasta a las cebollas le salen orejas y los animales se le escapan, hartos de oírlo chacharear.

No es un poema triste. Que nadie se equivoque. Es un poema melancólico. Porque a veces la belleza deja sin aire. Yo no tengo muchas tristezas ni melancolías, pero la tristeza, la melancolía, igual que la belleza, son importantes para la poesía.

Me gusta escribir pensando en personas porque es como un regalo.

Los niños celebran la nieve. Porque la nieve no se elige, un poco como la muerte. Llega cuando quiere y lo cambia todo.

Y no aprender del miedo. Porque hay cosas que no quieres aprender, que no tendrías que aprender, y las aprendes para siempre. Y ya no se puede hacer nada, ni se puede querer nada, ni sentir nada con tanto miedo. Ni se puede volver a ser como se era antes, porque antes no se había aprendido el miedo. Cuando te entra el miedo es el final. Y entonces hay que tomar las pastillas y hay que dormir y volver a empezar al día siguiente o al otro.

...y a mí me gustaba la vergüenza, caliente y retorcida por dentro, que hacía mucho tiempo que no me daba, igual que hacía mucho tiempo que no me daba nada de nada.

Mia tiene el equilibrio de las brasas, que te tranquilizan, que te devuelven las ganas de reír, y de tomar café, y de que llegue el verano, o el otoño, o lo que sea que vaya a llegar. Su cara es como un árbol, con dos ojos como dos mariquitas, y la boca, callada, y la paz que respira hasta que de pronto suelta algo ácido, como si todo el tiempo hubiera habido un fuego por dentro que yo no había visto.

Ahí está, un tesoro en forma de secreto. Una pequeña convulsión del alma. Una historia que da que pensar, una anécdota para contar a los amigos. Una verdad como una fruta podrida. Una escena triste.

A veces no salen las palabras, no salen ni los pensamientos. Lo único que sale es hacer algo con las manos, como girar las llaves que todavía están en el contacto del coche, que es una cosa fácil de hacer, y quitar el freno de mano y poner la primera, todo fácil y mecánico.

Y todo empezó muy poco a poco y muy seguro, como un puente de piedra. Como si tuviera que durar para siempre. Como si siempre fuera entonces.

S I N O P S I S

Primero llegan la tormenta y el rayo y la muerte de Domènec, el campesino poeta. Luego, Dolceta, que no puede parar de reír mientras cuenta las historias de las cuatro mujeres a las que colgaron por brujas. Sió, que tiene que criar sola a Mia e Hilari ahí arriba en Matavaques. Y las trompetas de los muertos, que, con su sombrero negro y apetitoso, anuncian la inmutabilidad del ciclo de la vida.

Novela en la que toman la palabra mujeres y hombres, fantasmas y mujeres de agua, nubes y setas, perros y corzos que habitan entre Camprodon y Prats de Molló, en los Pirineos. Una zona de alta montaña y de frontera que, más allá de la leyenda, conserva la memoria de siglos de lucha por la supervivencia, de persecuciones guiadas por la ignorancia y el fanatismo, de guerras fratricidas, pero que encarna también una belleza a la que no le hacen falta muchos adjetivos. Un terreno fértil para liberar la imaginación y el pensamiento, las ganas de hablar y de contar historias. Un lugar, quizás, para empezar de nuevo y encontrar cierta redención.

Nº de páginas: 200. Editorial Anagrama, Barcelona 2019. Traducción: Concha Cardeñoso. Acceso al inicio del libro.

Una vez más


Mis impresiones

Cercana, se deja ver en cualquier momento. Ligera y con ciertas ganas de profundizar.

¿Qué hubiera pasado si las decisiones tomadas fueran otras?

Sueños, conversaciones que se alargan hasta el amanecer, reencuentros y recuerdos, rupturas y cosas que se quedaron sin decir, objetos guardados en cajas y miedo a la soledad, la distancia, la precariedad laboral y las redes sociales, lo que nos cuesta hablar de sentimientos, amistad, el paso del tiempo, dudas y expectativas.

Bonita, tierna, predecible.

Destaco el apartado musical y la canción que acompaña a los créditos finales.
El desenlace es lo que menos me gusta, por cómo lo narra.

España 2019, 111 min. Dirección y Guion Guillermo Rojas
Música: Pablo Cervantes. Fotografía Jesús Perujo
Ficha técnica completa.


S I N O P S I S

Abril y Daniel no se han vuelto a ver desde que ella se fue a buscar trabajo a Londres y rompieron su relación sentimental. Cinco años después, y sin haber mantenido contacto desde entonces, Abril regresa a Sevilla para el funeral de su abuela y vuelven a encontrarse. Juntos recorren la ciudad de nuevo, recordando lo que tuvieron, lo que olvidaron y lo que podían haber sido. Y cuando ella se da cuenta que echa mucho de menos a su familia, sus amigos y a Daniel, empieza a pensar en regresar definitivamente a su casa y recuperar su antigua vida. Una producción sevillana, con música de bandas como The Milkyway Express, Dani Llamas, All La Glory o Maga.


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