Aprendiendo a
conducir
Wendy recibe
la noticia de que su marido la deja en una cena fuera de casa, y no es capaz de
asimilarlo. Bronca a la entrada del taxi. Ese mismo taxista le devolverá un
sobre olvidado en el asiento, y después será su profesor. Quiere aprender a
conducir para ir a ver a su hija.
Diferencias
culturales y sociales. Ella, estadounidense y acomodada. Él, Sij, refugiado
político. Ella a punto de divorciarse y él a punto de casarse por medio de un
matrimonio concertado. Es genial la secuencia completa hasta que llega al
aeropuerto a recibir a su prometida.
Ante el
volante, ella se siente muy perdida y vulnerable. Su matrimonio se desmorona y
le cuesta centrarse, dirigir su atención a los peatones, los otros coches, las
señales de tráfico, las marchas…. Está totalmente sobrepasada.
Patricia Clarkson
magnífica, y Ben Kingsley no parece él (entiéndase como un piropo).
Una película de
encargo que Isabel Coixet hace propia, con su inconfundible huella. Me ha
gustado mucho. El acercamiento progresivo de los protagonistas, su complicidad,
respeto y esa fuerza común frete a las adversidades. Una amistad verdadera en
la feroz gran manzana.
Título original Learning to Drive. Directora Isabel Coixet. Guión Sarah Kernochan. Fotografía Manel Ruiz. Reparto Ben Kingsley, Patricia
Clarkson, Grace Gummer, Sarita Choudhury, Jake Weber,Samantha Bee, Daniela Lavender, Matt Salinger, Michael Mantell.
EE UU 2014, 105
min.
Quédate conmigo
Va sobre
el envejecimiento y el deterioro. Ella pierde parte de su memoria a cada minuto
que pasa. Su marido es consciente de la situación y pondrá todo su empeño en
cuidarla. Los hijos no lo comprenden y buscan soluciones que su padre no acepta
bajo ningún concepto.
En un
principio nos situamos, tal vez por simple inercia, del lado de los más jóvenes,
que también nos parecen responsables, pragmáticos y sobre todo, que actúan por
el bien de su familia.
Un proyecto
que podría ser descabellado. Además tropieza con todo tipo de inconvenientes.
Ella no quiere irse de su casa. Sus hijos lo consideran una locura, a su edad.
Por no hablar de las miles de trabas burocráticas.
Con
momentos llenos de ternura y respeto, con situaciones complicadas y dolorosas.
Ante todo, un gran trabajo interpretativo de ambos protagonistas. Me ha gustado
mucho. Me ha emocionado.
Hay una
escena en la que él recuerda cómo construyó la mesa del salón. Lo mucho que le
desesperaba el poco cuidado que ponían todos. Las hojas de los deberes sin nada
por debajo. Marcas imborrables que ahora son preciados recuerdos. Sus manos con
delicadeza sobre la madera de pinto.
Título original Still (Still Mine). Director y guionista Michael McGowan. Música Hugh Marsh, Don Rooke, Michelle
Willis. Fotografía Brendan Steacy. Reparto James Cromwell, Geneviève Bujold, Campbell Scott, Julie Stewart, Rick Roberts,George R.
Robertson, Barbara Gordon, Jonathan Potts, Zachary Bennett.
Canadá 2012, 102
min.
La luz
que no puedes ver de Anthony Doerr
Un día, navegando
sin rumbo por la red, siguiendo unos enlaces, llego al blog Miss Finch little corner
in the world (menudo título, increíble, de los que hace que te detengas de
golpe). Reseña libros, el primero que aparece, de un autor japonés que me
encanta. Y de ahí a este otro. Copio de su entrada párrafos rescatados a modo
de aperitivo.
“Está a punto de
pasarle el auricular a Jutta […] cuando oye el corto pero drástico estallido de
un arco contra las cuerdas de un violín. […] Un segundo violín se acerca al
primero. Jutta se acerca poco a poco al ver cómo se abren los ojos de su
hermano.
El piano persigue al
violín. Entran de pronto los instrumentos de viento madera, las cuerdas corren
a toda velocidad, los vientos palpitan detrás. Se unen otros instrumentos. ¿Son
flautas? ¿Arpas? La música se eleva, parece que va a envolverse en sí misma”
“Cuántos laberintos
hay en este mundo. Las ramas de los árboles, las filigranas de las raíces, la
matriz de los cristales, las calles que su padre recreaba en las maquetas.
Laberintos en los nódulos de las conchas, en las texturas de la corteza del
sicómoro y en el interior hueco de los huesos del águila. Nada es tan
complicado como el cerebro humano, diría Etienne, seguramente el objeto más
complicado que existe, un kilogramo húmedo en cuyo interior giran universos
enteros.”
Y una cita de Julio
Verne “La ciencia, amigo mío, está hecha de errores, pero se trata de errores
en los que ha sido útil caer porque nos han ido acercando poco a poco a la
verdad”.
Yo tampoco conocía
de nada al autor. No soy asidua a los Pulitzer. Me he enamorado de esta novela.
Conmovedores personajes, cada cual más desvalido. Soledad e infancia rota. Una
guerra atroz, seas del bando que seas.
La magia de las
historias escritas, refugio donde resguardarse, y dejar volar la imaginación.
Interés por la
ciencia, radio que transmite desde lejanos lugares y que llega a la buhardilla
del orfanato.
Fascinada. Muy muy
recomendable.
Marie-Laure es una
joven ciega que vive con su padre en París, donde él trabaja como responsable
de las mil cerraduras del Museo de Historia Natural. Cuando los nazis ocupan la
capital, padre e hija deben huir a la ciudad amurallada de Saint-Malo,
llevándose con ellos la que podría ser la más preciada y peligrosa joya del
museo. Werner es un muchacho huérfano criado en un pueblo minero de Alemania y
fascinado por la fabricación y reparación de aparatos de radio, un talento que
no ha pasado desapercibido a las Juventudes Hitlerianas. Siguiendo al ejército
alemán, Werner deberá atravesar el corazón en llamas de Europa.
Nº de páginas: 664.
Editorial: SUMA
(marzo 2015)
ISBN: 9788483657614
Premio Pulitzer de
Ficción 2015.
2 comentarios:
LU,
me encantó "Learning to drive",te dejo enlace de la reseña que le dediqué en su día por si te quieres pasar:
http://historias-troyanas.blogspot.com.es/2015/07/aprendiendo-conducir.html
una de los motivos por los que me fascinó es esa facilidad para dejar en una historia aparentemente sencilla una reflexión en torno a la soledad,el extravío de uno mismo,y la posibilidad siempre latente de tomar la mano de un desconocido bienintencionado que la vida te pone delante y que insospechadamente termina siendo una valiosa ayuda.
Biquiños
Las historias en apariencia sencilla, donde parece que la acción casi no existe, si dejan huella emocional, al final son las que guardamos como un tesoro.
Ambos personajes y esa relación que les enriquece es brillante. La vida, sorprendente muchas veces, claro que sí. Ese mensaje esperanzador sobre la sociedad materialista, individualista, racista…. Pero a la vez con personas maravillosas que se cruzan en nuestro camino en cualquier momento.
Gracias por el enlace porque aquí he descubierto unas cuantas cosas de las que no tenía ni la más remota idea. Fiel a mi estilo, no leo nada (o lo intento) sobre una peli antes de verla. Y después ya me informo.
Pues a priori yo nunca hubiera dicho que era un guión ajeno (es tan ella).
Y encima lo de las “puñeteras” casualidades vitales: atravesar por una situación sentimental parecida, sin carnet de conducir, con inquietudes relacionadas con la literatura…. Qué fuerte!!! Le da mucho más valor a la película, por lo menos para mi.
El azar, como motor. Ya sabes lo mucho que me gusta este tipo de arranque.
Humor fino y sagaz, es realmente genial. La secuencia del aeropuerto, la pelea con su turbante, esos pelos. Convierte uno de los momentos de más tensión, en algo casi gracioso.
Las calles neoyorkinas, efectivamente, muy importantes.
He empezado a ver el documental que te comenté. Son recuerdos, 20 años después, sobre el rodaje y circunstancias de Cosas que nunca te dije. 20 años ya… Me enamoré de esa peli. Recuerdo algunas escenas como si no hubiera pasado todo ese tiempo.
En el documental una de sus colaboradoras dice que le encantaría que Isabel se decidiera a hacer una comedia. Veremos….
Me ha encantado la peli, y tu entrada
BICOS
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