martes, 24 de febrero de 2015

El coleccionista


Freddie Clegg, un empleado del Banco de Londres, es un hombre introvertido y triste que se dedica a coleccionar mariposas. Su vida cambia bruscamente cuando le toca la lotería, pues entonces decide secuestrar a Miranda Grey, una joven estudiante de arte por la que se siente atraído desde hace tiempo. Compra una casa en las afueras de Londres y retiene a la chica en el sótano un mes. Durante ese tiempo afloran en los dos personajes sentimientos encontrados.


Hay una imagen de esta película que tengo muy grabada, la mirada de terror de la protagonista amordazada. Inquietante y asfixiante.


Unos personajes sólidos. Él, con sus miles de mariposas y el sonido de las burlas dentro de su cabeza; se refugia en una casa aislada, lejos de la ciudad y de la gente. Obsesionado por esa mujer, la secuestra con la idea de tenerla muy cerca y de que, al conocerle, se pueda enamorar de él. Ella, encerrada, muy asustada, prueba todo tipo de estrategias para poder salir viva de allí.


Magníficos los actores principales, sus miradas y todo el peso de esta macabra relación. Y la casa, el interior de ese sótano, cada una de las habitaciones, la luz; impresionante fotografía.


Título original The Collector. Director William Wyler. Guión Stanley Mann, John Kohn (Novela: John Fowles). Música Maurice Jarre. Fotografía Robert Surtees, Robert Krasker. Reparto Terence StampSamantha EggarMona WashbourneMaurice DallimoreEdina RonayKenneth More. Reino Unido 1965, 119 min.




2 comentarios:

TRoyaNa dijo...

Me gustó mucho.Hay elementos que bien podría imitar el thriller actual:la construcción del personaje,la recreación de la atmósfera...tensión,sin necesidad de efectos especiales.
Inquietante y muy recomendable.
Biquiños

LU dijo...

Troyana, con mi mala memoria, y sin ser ésta una de esas obras que podría en lo más alto de una lista, sin embargo, sí me dejó huella; y a pesar de haberla visto hace muchos años, recordaba muy nítidamente muchas escenas.

El personaje protagonista es de manual para crear personajes. Es una pasada, y, por otro lado, curioso los sentimientos que nos produce. Sabemos muchas cosas de él y lo que observamos da para odiarle. Y no.

Y esa casa!!!!!

Biquiños