viernes, 14 de diciembre de 2007

11 – XII – 99: las zapatillas

Nos levantamos a las 8:40 (unas 5 horas de sueño). Un par de intentos de trepar por el borde de mi cama. Cada vez que me muevo, se acerca.
Jugamos por el pasillo. Es tan rico!
Una ducha y a la calle, con la bolsa de la prensa que Otto lee cuando hace sus necesidades.
Parece que baja las escaleras más contento. Sale de casa por si mismo sin recular. Hay mucha gente. Llora y zigzaguea.
En casa de mis padres les hace tremendas fiestas y después busca su comida detrás de la puerta. En uno de sus arranques, se engancha al cable de la lámpara de mi hermana y la tira al suelo. No pasa nada, funciona. Lo mordisquea todo, con esos dientes de aguja que tiene.
Otro breve paseo bajo la lluvia, siguen los lloros y las miradas de curiosidad. Se le acerca otro cachorro y le entra el pánico.
Ya en casa, no utiliza adecuadamente la prensa. Ronda la puerta de la habitación donde guardo su comida, y una vez en el plato, se abalanza y no dura ni medio minuto.
Con todas estas emociones, se tumba y duerme un rato. Pero una vez que decido acostarme yo, al ataque con mis zapatillas. Quiere guerra.

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