Sapiens (de animales a
dioses) de Yuval Noah Harari
A priori no es un libro que
me llame la atención. Durante el confinamiento seguí un par de talleres a
través de Instagram del escritor Javier Peña. Me encantaron y tomé nota de
varias de sus recomendaciones. Y vaya éxito.
De la mano de uno de los
historiadores más interesantes de la actualidad, he aquí la fascinante
interpretación de Yuval Noah Harari sobre la historia de la humanidad. Este libro explora las formas en que la biología y la historia
nos han definido y han mejorado nuestra comprensión de lo que significa ser
«humano».
Hace 70.000 años al menos
seis especies de humanos habitaban la Tierra. Hoy solo queda una, la nuestra: Homo
Sapiens. ¿Cómo logró nuestra especie imponerse en la lucha por la existencia?
¿Por qué nuestros ancestros recolectores se unieron para crear ciudades y
reinos? ¿Cómo llegamos a creer en dioses, en naciones o en los derechos
humanos; a confiar en el dinero, en los libros o en las leyes? ¿Cómo acabamos
sometidos a la burocracia, a los horarios y al consumismo? ¿Y cómo será el
mundo en los milenios venideros?
En Sapiens, Yuval Noah Harari
traza una breve historia de la humanidad, desde los primeros humanos que
caminaron sobre la Tierra.
Bestseller internacional con
más de diez millones de ejemplares vendidos. Número 1 en la lista de The New
York Times. Recomendado por Barack Obama, Bill Gates y Mark Zuckerberg.
Nº de páginas: 496
Editorial: Debate, 2015
ISBN: 9788499926223
Traductor: Joandomènec Ros i
Aragonès
Me lo he pasado en grande. He
saboreado con calma su exposición sobre los sapiens, sobre nosotros y nuestro
pasado. Me hubiera encantado encontrarme un texto así cuando estudiaba y
soportaba a profesores de Historia que lo único que consiguieron conmigo fue no
provocar ni la más mínima curiosidad y mantenerme en la ignorancia durante
muchos años.
Ameno y brillante, para
reflexionar, aprender y replantearnos unas cuantas cosas sobre nuestro estilo
de vida y nuestra pseudo-omnipotencia. Un alegato ecologista, animalista; un
grito para empezar a cambiar ya.
Algunos párrafos:
Los campesinos se preocupaban
por el futuro, no solo porque tenían más motivos para preocuparse, sino también
porque podían hacer algo al respecto. Podían desbrozar otro campo, excavar otra
acequia de irrigación, sembrar más plantas.
El campesino ansioso, era tan
frenético y trabajaba tan duro como una hormiga agricultora en verano. Sudaba
para plantar olivos, cuyo aceite sería prensado por sus hijos y sus nietos. Y
dejaba para el invierno o el año siguiente los alimentos que le apetecía comer
hoy.
El esfuerzo vinculado a la
agricultura tuvo consecuencias trascendentales. Fue el fundamento de sistemas políticos
y sociales a gran escala. Lamentablemente los diligentes campesinos casi nunca
consiguieron la seguridad económica futura que tanto ansiaban mediante su duro trabajo
en el presente.
Por todas partes surgían
gobernantes y élites que vivían a costa de los excedentes de alimentos de los
campesinos y que solo les dejaban con una mera subsistencia. Estos excedentes
alimentarios confiscados impulsaron la política, las guerras, el arte y la
filosofía. Construyeron palacios, fuertes, monumentos y templos. Hasta la época
moderna tardía más del 90% de los humanos eran campesinos que se levantaban
cada mañana para labrar la tierra con el sudor de su frente. Los excedentes que
producían alimentaban a la reducida minoría de élites: reyes, funcionarios
gubernamentales, soldados, sacerdotes, artistas y pensadores, que llenan los
libros de historia. La historia es algo que ha hecho muy poca gente mientras
que todos los demás araban los campos y acarreaban barreños de agua.
No hay manera de salir del
orden imaginado. Cuando echamos abajo los muros de nuestra prisión y corremos
hacia la libertad, en realidad corremos hacia el patio de recreo más espacioso
de una prisión mayor.
¿En qué deseamos
convertirnos?
¿Qué queremos desear?
El animal que se convirtió en un dios.
Hace 70000 años homo sapiens
era todavía un animal insignificante que se ocupaba de sus propias cosas en un
rincón de África. En los milenios siguientes se transformó en el amo del todo
el planeta y en el terror del ecosistema.
Hoy en día está a punto de
convertirse en un Dios. A punto de adquirir no solo la eterna juventud, sino
las capacidades divinas de la creación y la destrucción.
Lamentablemente el régimen de
los sapiens sobre la tierra ha producido hasta ahora pocas cosas de las que
podamos sentirnos orgullosos. Hemos dominado nuestro entorno, aumentado la
producción de alimentos, construido ciudades, establecido imperios, y creado
extensas redes comerciales: pero… ¿hemos reducido la cantidad de sufrimiento en
el mundo?
Una y otra vez, un gran
aumento del poder humano no mejoró necesariamente el bienestar de los sapiens
individuales y por lo general causó una inmensa desgracia a otros animales.
En las últimas décadas hemos
hecho al menos algún progreso real en lo que a la condición humana se refiere,
reduciendo el hambre, la peste y la guerra. Sin embargo la situación de otros
animales se está deteriorando más rápidamente que nunca. Y la mejora en la
suerte de la humanidad es demasiado reciente y frágil para poder estar seguro.
Además, a pesar de las cosas
asombrosas que los humanos son capaces de hacer, seguimos sin estar seguros de
nuestros objetivos y parecemos estar tan descontentos como siempre. Hemos
avanzado desde las canoas a los galeones, a los buques de vapor y a las
lanzaderas espaciales. Pero nadie sabe a dónde vamos. Somos más poderosos de lo
que nunca fuimos, pero tenemos muy poca idea de qué hacer con todo ese poder.
Pero todavía los humanos
parecen ser más irresponsables que nunca. Dioses hechos a sí mismos con solo
las leyes de la física para acompañarnos. No hemos de dar explicaciones a
nadie. En consecuencia, causamos estragos a nuestros socios animales y al
ecosistema que nos rodea buscando poco más que nuestra propia comodidad y
diversión, pero sin encontrar nunca satisfacción.
¿Hay algo más peligroso que
unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?
2 comentarios:
Que tal LU!
Pues precisamente este lo estuvo leyendo Carmen no hace mucho, le había gustado mucho y lo encontró la mar de interesante. En nuestros largos paseos siempre me ilustra sobre estas cosas.
Bicos y feliz semana!
Hola Fran
Es que es de esos libros de los que vas sacando tantas cosas, da pie a muchas reflexiones. Yo he aprendido mucho, y me ha atrapado un ensayo de estas características, que no suele ser mi tipo de lectura.
Seguimos con un verano raro. A disfrutar.
Biquiños
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