Loving
Vincent
Año 1891. Un año después de la muerte de
Vincent van Gogh, el cartero Roulin le pide a su hijo Armand que entregue
personalmente la última carta de Van Gogh a su hermano, Theo, después de que
sus intentos previos de enviársela hubieran fallado. A pesar de no haber
apreciado a Van Gogh y recordar el incidente cuando el fallecido se mutiló su
oreja y se la dio a una prostituta, Armand acepta con disgusto debido al afecto
de su padre por el pintor.
Primer largometraje compuesto por pinturas animadas, "Loving Vincent" es un film homenaje a Van Gogh en el que cada fotograma es un cuadro pintado sobre óleo, tal y como el propio Vincent lo hubiera pintado. Sus 80 minutos de duración están compuestos por 56.800 fotogramas que han sido pintados, uno a uno, por una gran cantidad de excelentes pintores a lo largo de varios años, todos inspirándose en el estilo y arte magistral de Van Gogh.
Hipnótica, una delicia visual. Cuadros
que brotan entre personajes. Magia colorista y la historia de una carta, de un
artista sumido en un infierno personal y un entorno carente de comprensión. Una
maravilla.
Dirección Dorota Kobiela, Hugh Welchman. Guion Dorota Kobiela, Hugh Welchman, Jacek
Dehnel. Música Clint Mansell. Fotografía Animation, Tristan Oliver, Lukasz
Zal. Polonia 2017 95 min.
Un
mes de conciertos inolvidables.
McEnroe
– Teatro Principal (Pontevedra, 19 – X – 19)
Mañana
de fuertes lluvias. 12:30 sentada en la butaca de un teatro. Esperando con
muchas ganas un concierto que se me resistía. Y fue Maravilloso. Un sonido
envolvente, nítido y compacto. Una voz que dibuja poesía. Emociones que surgen
sin barreras.
Un
día para recordar.
Mark
Lanegan Band – Sala Capitol (Santiago de Compostela, 24 – X – 19)
Superadas
todas las expectativas (y mira qué eran altas, muy altas). Un concierto
memorable. Intenso, en penumbra, con esa voz rota, desgarrada. Un grupo de
músicos soberbios. Un sonido magnífico. Canciones nuevas y pinceladas de discos
anteriores. Sin pausa, sin tregua, enlazando un tema tras otro.
Lectura
fácil – Cristina Morales
Son cuatro: Nati, Patri, Marga y Àngels. Son parientas, tienen diversos grados de lo que la Administración y la medicina consideran «discapacidad intelectual» y comparten un piso tutelado. Han pasado buena parte de sus vidas en RUDIS y CRUDIS (residencias urbanas y rurales para personas con discapacidad intelectual). Pero ante todo son mujeres con una extraordinaria capacidad para enfrentarse a las condiciones de dominación que les ha tocado sufrir. La suya es la Barcelona opresiva y bastarda: la ciudad de las okupas, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, los ateneos anarquistas y el arte políticamente correcto. Esta es una novela radical en sus ideas, en su forma y en su lenguaje. Una novela-grito, una novela politizadora que cruza voces y textos: un fanzine que pone en jaque el sistema neoliberal, las actas de una asamblea libertaria, las declaraciones ante un juzgado que pretende esterilizar forzosamente a una de las protagonistas, la novela autobiográfica que escribe una de ellas con la técnica de la Lectura Fácil…Este libro es un campo de batalla: contra el heteropatriarcado monógamo y blanco, contra la retórica institucional y capitalista, contra el activismo que usa los ropajes de «lo alternativo» para apuntalar el statu quo. Pero es también una novela que celebra el cuerpo y la sexualidad, el deseo...
Una
entrevista con la autora presentando el libro en Pçagina2 despertó mi
curiosidad. Los fragmentos seleccionados, la temática, me impactaron. Empecé a leerlo
como quien devora un plato suculento, con hambre feroz. Al principio me sorprendió,
me atrapó, me llenó de reflexiones, de rabia, de comprensión, de deseos de
cambios, de palabras inconformistas. Poco a poco me fui sintiendo agotada de
ciertas reiteraciones, arrogancia culta en el tono, y una pancarta gigante con
sentencias cada vez más confusas. No exento de interés, pero, en mi opinión,
excesivo.
Nº de páginas: 424
Editorial: Anagrama, 2018
ISBN: 9788433998644
Nos
habla sin tapujos sobre la discapacidad como etiqueta, como nombre propio y
adquirido, como identidad; al menos en lo referente a las instituciones, supuestamente
protectoras y alentadoras. Una realidad alienante, estigmatizada. El lema de
dignidad llena la boca de quienes toman decisiones, sin entender nada, sin
querer comprender. Bienestar a medida de los políticos mediocres, fuera del
alcance de las personas que deberían disfrutarlo como un derecho. Consumismo,
tiranía de los productos y subsidios. Medicina de la subnormalidad y dosis
desproporcionadas de sedantes, de eliminadores del pensamiento, de la vida.
Sexualidad que ha de someterse a la privacidad, a las normas religiosas e hipócritas.
Infantilismo destructivo y sumisión garantizada. Un golpe en el estómago. Alguien
comenta que es una obra con humor, yo no he esbozado ni una sonrisa tímida. Es
una realidad dura y que no avanza como debería. Jueces incapaces son quienes
otorgan la capacidad a quien lleva ya una marca en plena cara, hasta el día en
que se muera.
2 comentarios:
Que tal LU!
"Hipnotica", creo que ese adjetivo describe a la pefección esta inusual y cautivadora pelicula. Tenia mis dudas cuando la vi en su momento y quede fascinado.
Siempre decimos que hay portadas que te atrapan, el titulo del libro de Cristina Morales es todo un cepo visual y me encanta...
A disfrutar del finde, bicos;)
Hola Fran, podría añadir, buenas noches, pero hace un día de perros.
Loving Vincent me la recomendaron en abril en Barcelona, después de ver la expo interactiva dedicada al pintor. Y la verdad es que me encantó. Creo que transmite el poder de sus cuadros, la fuerza de sus trazos. Animación con contenidos diferentes, y muy bien planteada y desarrollada.
El titulo del libro de Cristina Morales es fiel reflejo de su contenido, provocación y mensaje radical. Me ha gustado, pero no tanto como esperaba.
Que tenas una buena semana, a ver si la lluvia nos da un respiro.
Biquiños y un guau de Vilma
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