Antonio no daba crédito al correo electrónico que acababa
de llegarle... Era de su padre, fallecido el día anterior.
Francisco Castro construye una trama que contiene, a su
vez, muchas historias diferentes.
Nº de páginas: 352 págs.
Editorial: SUMA, 2016
ISBN: 9788483658963
Con grandes tijeras
me he cargado unos párrafos del resumen donde se desentraña parte de la
historia. En mi caso, lo leo ahora, una vez finalizado el libro. Si
habitualmente no quiere saber nada de los argumentos, en esta ocasión, menos.
Hace un par de
semanas me pidió amistad desde Facebook una amiga de la infancia. Y a través de
su perfil, llegué al de Francisco Castro, compañero de instituto, cuya
trayectoria profesional sigo a distancia.
Se avecinaba un fin
de semana casero, muy casero. Los meteorólogos predecían rachas infernales de
viento, con lluvia en abundancia. Entre bromas sobre la bajada del precio de la
factura de la luz gracias a las inclemencias climáticas, y a los rezos de políticos
fervorosos, parecía una buena idea tener a mano un libro.
Y para estos casos,
una novela de intriga, suele ser infalible. Algo entretenido y ágil.
Y así de dispuesta,
abro las primeras páginas, y esa misma noche, ya tengo que poner el freno para
no leerlo de un tirón. Tiene que durar hasta el domingo, y aún era viernes.
Me ha gustado. Sus
personajes, muy bien construidos. La relación padre-hijo, con esas tardes en la
redacción del Eco, jugando a detectives e investigando entre líneas aventureras
(que evocan mis propias lecturas de infancia). Esa parte es maravillosa, con
mucho sentimiento.
Pero, atención, que
aquí nada va a ser lo que parece, ni el título, ni el resto.
El hecho de que se
desarrolle en Vigo, para mí, lo hace más atractivo. Calles por las que paseo a
menudo. Eje Atlántico que durante muchos años formó parte de mis jornadas
laborales.
El ritmo de la
acción es rápido, con tiempos de pausa para los recuerdos, la rabia, el amor y
el odio.
Emociones fuertes.
Incertidumbre, dudas y mentiras. A veces desconocemos casi todo sobre las
personas que están a nuestro lado, y que se supone que nos quieren.
Suena una vieja
máquina de escribir y una canción de The Beatles.
4 comentarios:
Que tal Lu!
La verdad que tal y como ha ido el fin de semana lo de la lectura en casa ha sido un buen plan. Yo ta bien ando enfrascado en un par de lecturas. Por cierto, hay un libro de Xerais en el que salgo en la portada, hasta ahi puedo leer...jeje
Venga, feliz semana. Bicos:)
Fran, de lo que has leído en esta entrada, y a lo largo de los años de seguir este blog, ¿realmente has sacado la conclusión de qué tengo habilidades detectivescas? Pero si no acierto al asesino ni con todas las evidencias. Y por los libros y el cine sé que pasarme horas con búsquedas aleatorias en google, no lleva a grandes averiguaciones. QUIERO PISTAS!!!!!!!!!!!!!!!!!
He leído tu mensaje esta mañana mientras desayunaba, y me has hecho reir.
Biquiños, hoy con sol
Este tipo de libros me suele encantar y los leo para descansar de algún otro más denso, pero me ocurre como a ti, me los leo en un plis plas.
Bueno, que tomo nota.
Un abrazo
Desde siempre me ha gustado mucho la novela negra, de intriga; y sí, la verdad es que este tipo de lecturas son muy peligrosas, enganchan y no las puedes soltar. Que la disfrutes. Biquiños
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