Un hombre
(Bogart) que ha sido injustamente encarcelado por el asesinato de su mujer
escapa de la prisión con la intención de probar su inocencia. Una atractiva
desconocida (Bacall) le presta ayuda, porque su padre también fue víctima de un
error judicial.
El inicio de
esta historia es de los que engancha. Voz en off del protagonista del que no
vemos su rostro. Huida desesperada hasta que aparece una mujer que lo alejará
de la policía y lo esconderá en su casa.
Hasta ahí,
perfecto. A medida que avanza el metraje, en mi opinión, muchos de los
acontecimientos resultan un tanto forzados. Ese amable y desinteresado taxista,
guiado por su intuición. Ese cirujano que posee el poder en sus manos:
Haré que parezca que ha vivido
La mujer que ha arruinado su
vida (no acabo de entender a este personaje al que se le presupone un deseo
incontrolado de ser amada y única). La relación del grupo en una ciudad tan
grande como San Francisco resulta poco menos que increíble. Y el romance es más
que empalagoso. Lo peor, el desenlace. Yo diría que se agotaron las ideas (o
los dólares) y zas, así terminamos….
Bogart y Bacall (guapísima en
algunos planos), son lo mejor de esta película. Química pura. La fotografía y
la banda sonora, de alta calidad.
Título
original Dark Passage. Director Delmer Daves.
Guión Delmer Daves
(Novela: David Goodis). Música Franz Waxman. Fotografía Sid Hickox (B/N).
Reparto Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Bruce Bennett, Agnes Moorehead, Tom D'Andrea, Clifton Young, Douglas Kennedy, Rory Mallinson, Houseley
Stevenson. EE UU 1947, 106 min.