jueves, 6 de octubre de 2011

Blanco nocturno y libros en la maleta

Blanco nocturno – Ricardo Piglia

Sorprendente. Es un crisol, una mezcla irresistible y una prosa que atrapa ya desde la primera cita:

La experiencia es una lámpara tenue que sólo ilumina a quien la sostiene.Louis-Ferdinand Céline

Así comienza esta novela (enlace).

Sinopsis: Tony Durán, nacido en Puerto Rico, educado como un norteamericano en Nueva Jersey, fue asesinado a co­mienzos de los años setenta en un pueblo de la provin­cia de Buenos Aires. Había llegado siguiendo a las bellas hermanas Belladona, las gemelas Ada y Sofía. A partir del crimen, esta novela poli­cíaca muta y se transforma en un relato que se anuda en arqueologías familiares, que combina la veloz novela de género y la espléndida construcción literaria. El cen­tro luminoso del libro es Luca Belladona, constructor de una fábrica fantasmal que persigue con obstinación un proyecto demencial. La aparición de Emilio Renzi, el tra­dicional personaje de Piglia, le da a la historia una con­clusión irónica y conmovedora.

Novela negra, culebrón, policía que se retira de forma voluntaria a un psiquiátrico, juez corrupto, y la familia Belladona, todo un elenco que podría producir una historia completa con cada uno de sus miembros, tanto vivos, como muertos o fugados a países lejanos.

Literatura con mayúsculas. Una de esas joyas con las de vez en cuando te tropiezas y alucinas.

Egosurfing – Llucía Ramis

Uno de esos títulos que llama la atención y generan curiosidad. Una historia bastante atípica de una chica que entre recuerdos de su llegada a Barcelona y su primer amor (rollo más bien), vive una extraña experiencia al ser acusada públicamente del lanzamiento de una bolsa de basura que impacta sobre la cabeza de un viandante que casi la palma. A partir de ahí entabla una conversación con la periodista y con el pobre víctima. Escribir libros de autoayuda para que otros los firmen y pasar a ordenador los diarios de un hombre que va perdiendo su memoria, forman parte de su actividad laboral. Ágil, se lee con facilidad, pero no emociona. A mi no me ha involucrado en las andanzas de los protagonistas.


Las cosas que no nos dijimos – Marc Levin

Un regalo de una amiga que me transporta a las calles de Montreal y Berlín en una historia de entretenimiento veraniego.












HACE UN AÑÑO Y UN DÍA: La playa de los ahogados – Domingo Villar

Otro libro en la maleta

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