jueves, 8 de mayo de 2008

El camino a casa

Título original: Wo de fu qin mu qin
DIRECTOR Zhang Yimou
GUIÓN Shi Bao (Novela: Shi Bao)
MÚSICA Bao San
FOTOGRAFÍA Yong Hou
REPARTO Zhang Ziyi, Honglei Sun, Hao Zheng, Yuelin Zhao, Bin Li, Guifa Chang, Wencheng Sung, Qi Liu
China 1999, 89 min.
2000, Berlín: Oso de Plata y Premio del Jurado.


Al morir su padre regresa al pueblo natal. La madre quiere seguir las tradiciones y hacer una procesión desde la ciudad: el camino a casa. Mientras tanto el hijo recuerda la historia de amor de sus padres.

El amor que nos cambia la vida. El dolor más profundo. El respeto.
El amor. Las comidas hechas con tanta delicadeza. El agua del viejo pozo al lado de la escuela. Su voz. El telar. El camino y las largas esperas. La tela roja en el edificio recién construido. Cada pequeño detalle: el papel que cubre las ventanas, los cuencos de la comida, el prendedor del pelo.
El dolor:
“No es bueno derramar lágrimas ante extraños”.
“Las lágrimas te estropean los ojos”
El respeto por las costumbres, por los padres. La clase que da en homenaje a su padre.
Visualmente es preciosa. La chaqueta roja en medio del paisaje de otoño o de la intensa nevada. La chica corriendo, con las trenzas, yendo a por agua con los dos cubos, en la cocina…

Conmueve y eso siempre se agradece. Me ha parecido maravillosa.

El otro día, con dos amigas comentábamos cómo afrontamos la pérdida de nuestros seres queridos. Cada uno de forma muy personal: ante la tumba; evocando imágenes de momentos vividos; lágrimas en medio del tumulto o incapacidad para llorar en la más absoluta soledad; dolor enraizado y penas imposibles de borrar; palabras, refugios o evasiones. Diferentes expresiones ante un gran pesar. Incluso cada uno de nosotros va cambiando con el paso de los años. A veces nos gustaría no haber perdido el control; otras quisiéramos poder estallar sin más. Nadie está preparado para sufrir.

No estaba triste al acabar de ver la película, pero me he dejado llevar y he dado rienda suelta a las teclas… Cine e intimidad.
Pienso especialmente en la yaya y en Javi; en lo muchísimo que les quise (les quiero) y todo lo que me han aportado. Gracias a los dos.

4 comentarios:

Pau Llanes dijo...

DESPEDIDA: Vengo a despedirme… Fue un placer leerte y saber que alguna vez también tú leíste los textos de Pau Llanes… Un saludo fraternal y un abrazo cómplice… Pau

Miguel dijo...

No he visto esta película de Yimou.
Quizá debí seguirle la pista más de cerca cuando me hechizó con "La semilla de Crisantemo" o "La linterna roja"...Hace poco lo retomé con "La casa de las dagas voladoras" y, aunque su estética es fantástica, me dejó un triste sentimiento de que no era el A. Yimou que transmitía tanto sentimiento con sus silencios y con la imágenes que se quedaban en la retina de la memoria.
Me apunto está película como pendiente. Tus comentarios me animan a redescubrir al artista.
Saludos

TRoyaNa dijo...

Lu,
escribiste esta reseña en 2008!
coincido contigo en cada palabras dedicada a la película,de hecho ambas hemos subrayado algunos aspectos como la importancia de los detalles,la emoción,y esa toma de conciencia del valor que para los mayores suponen algunas tradiciones.
Ha sido un hallazgo maravilloso,una de esas películas sencillas que sin embargo calificaría de joya imprescindible.
Biquiños

LU dijo...

Qué maravillosas sensaciones transmite esta película. Y, para que veas que a veces vuelco mucho de mi en mis entradas.

Biquiños