Mil cosas
Juan Tallón
Estaba apuntado desde su publicación. Tenía ganas de volver a Tallón. Solo era cuestión de que surgiera el Momento. Lo lee una amiga, y otra. Ambas coinciden en lo mucho que les ha gustado. Entonces me entra la urgencia.
Biblioteca: varias reservas, lo que supone una espera de meses. No soy una persona dotada de paciencia (la tengo -como todo el mundo-, pero la uso poco). ¿Me lo compro? Estoy atravesando una fase de limitar al máximo la compra de libros. Estoy creando espacio (donando a una librería solidaria textos profesionales que ya no necesito). No sé si podré resistir.
Lo consigo gracias a Laura. Dejo mis otras lecturas a un lado, y le dedico un fin de semana. No podía soltarlo. Me identifiqué con el ritmo desenfrenado, con esos días (o épocas) desquiciantes donde parece que no haces más que acumular tareas. Que hagas lo que hagas, se multiplican, y no hay resquicio de pausa, de tranquilidad.
Es delirante. Y el desenlace es BRUTAL.
¿Lo mejor que ha escrito Tallón? Sí.
Cada pequeño detalle es importante. Transcurridos unos días no me lo podía quitar de la cabeza. ¡Qué pasada!
Si coincido con Juan quiero preguntarle por los nombres. La pareja protagonista: Travis y Anne. Y el curioso callejero.
Copio fragmentos y si lo lees me encantaría que compartieras conmigo tus impresiones.
Decisiones insignificantes se agrandan cuando se pierden de vista, por el efecto de la mala suerte, y al cabo del tiempo acaban por ocasionar molestias enormes. Las cosas pequeñas no son nada, y de golpe se vuelven notables. Es la historia de casi todas las vidas. Cuando te das cuenta de que a menudo un pequeño cambio no se conforma con ser eso, modesto y solitario, es tarde y ya solo te queda hacerte a un lado para que no te pase por encima una tromba de vicisitudes.
Ojalá supiese vivir como si nada, pero vive como si todo.
Cuando el ruido que producen las cosas cesa de golpe, una extraña fuerza recorre vertiginosamente el mundo, igual que la luz.
Hacer unas pocas cosas siempre de la misma manera reconforta.
En la ducha el mundo detiene sus agresiones.
Es consciente, como quizá todas las personas que pueblan el mundo, de que uno se pasa la vida tratando de alargar, casi desesperadamente, algunos momentos fugaces, o porque resultan placenteros o porque los que vienen a continuación lo descorazonan. Se trata de un ejercicio delicado, como hacer globos con un chicle sin que exploten. El placer nace frágil y breve.
Nota un exceso de realidad en el aire, más cruda, resistente, hostil. Pasan demasiadas cosas que cuesta separar entre sí. Hay una sobredosis de acción en la sucesión tenaz de pequeños acontecimientos combinados con otros más relevantes. Siente que en cualquier momento la realidad se le vendrá encima y lo aplastará.
La vida funciona a veces por acumulación de acontecimientos que se traducen en saciedad, aunque por el medio haya algunas risas y alegrías.
Me enfada que nuestro cerebro posea el poder de volver invisibles ciertas aflicciones, como la insatisfacción con la forma de vida. Casi sin darte cuenta, dejas de preguntarte por el sentido que habría que darle y estás viviendo como siempre.
Editorial Anagrama, Barcelona 2025. Número de páginas: 152. Acceso al inicio.
Autor gallego a quien sigo desde hace años. Muy fan de sus columnas en prensa. Aquí lo he mencionado varias veces:
Mientras haya bares. Un libro con el que me iría de copas.
Salvaje oeste (con dedicatoria firmada). Cuando no te interesa demasiado un tema, y sin
embargo lo disfrutas. Estuvimos en la presentación que hizo en Vigo y me
sorprendió su habla (a trompicones).
Rewind,
auto-regalo en la vuelta a las librerías aquel extraño día del libro en pleno
verano de 2020. Hasta ahora, mi novela preferida.
Artículos.
Una pequeña muestra.

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