No podía ser de otra manera,
13 en 2020. Toca celebrarlo y dar las gracias. Con una película maravillosa y
un libro especial.
Amama
Sinopsis:
Una historia
familiar. El conflicto entre lo urbano y lo rural, pasado y presente, padres e
hijos. Formas opuestas de entender la existencia, y una abuela que observa el
mundo desde el más elocuente de los silencios.
Mis impresiones: me ha
encantado.
En cada nacimiento plantan un
árbol y la abuela (amama) les da un color que condiciona futuro y pasado. El
rojo es para el trabajador, el blanco para el vago, y el negro para la rebelde.
El hijo mayor (rojo) les
falla, nadie le preguntó que quería, y se marcha. Su madre siempre callada y
obediente. La presencia constante de la abuela. El padre no quiere ver que las
cosas han cambiado, y trabaja a destajo.
Semillas que conservan la
sabiduría de nuestros antepasados.
Mi padre y yo no vivimos en
el mismo mundo. Aquí él es libre.
Poco a poco se van aislando,
se quedan solos cuando la hija (negro) que todavía vivía con ellos se enfrenta
a su padre y se va.
Un hombre entrenado para
trabajar. Un hombre sin palabras, sin poder pronunciar sentimientos, ni pedir
perdón. Un hombre que muestra su amor a la tierra y cree que es lo mejor para
todos. No se cuestiona nada.
No te das cuenta de lo que es
importante.
¿Por qué siempre te cuesta
tanto hablar?
A nosotros nos enseñaron a
trabajar.
Una de mis escenas favoritas:
su forma de solucionar los problemas familiares con madera, tras un arrebato de
rabia.
La redención, el injerto en
el árbol, un lugar para morir, película homenaje y ritual de duelo.
Cuando recogen manzanas me
transportan a mi niñez, a la aldea. El ataúd abierto evoca historias que me contaron
de antaño.
Dirección y guion Asier Altuna. Música Javi Pez, Mursego. Fotografía Javier Agirre Erauso. Reparto Iraia Elias, Kandido Uranga, Klara Badiola, Ander Lipus, Manu Uranga, Amparo Badiola, Nagore Aranburu. España 2015, 103 min.
La buena suerte de Rosa
Montero
Durante el confinamiento Rosa
Montero nos reunía los miércoles y sábados en su Facebook, y con su taller de
escritura iba tejiendo un hilo de esperanza, a la par que contaba cómo había surgido
su última novela, que se publicaría a finales de agosto. Nos mostró las pruebas
de cubierta y lo vivimos en primera fila. Fue una experiencia increíble. Con
esa enorme carga emocional y un título tan necesario este año, lo propuse para
el club de lectura, donde se sumaron voces y perspectivas sobre los temas que
aborda, los personajes.
Con lenguaje ágil, con cierto
misterio y un protagonista que paso a paso se va transformando, que aprende a
empatizar, a valorar la vida, el amor, los pequeños detalles.
Qué injusto que
los humanos estemos tan llenos de grandiosos afanes y que luego la realidad sea
tan chiquita.
Se diría que
ese hombre no ha logrado un acuerdo con la vida, un acuerdo consigo mismo, lo
cual, a estas alturas ya todos lo sabemos, es el único éxito al que podemos
aspirar: a llegar, como un tren, como este mismo tren a una estación aceptable.
Qué deprisa
pasa el tiempo cuando no haces nada. No ser es un alivio.
Ser otro es un
alivio. Escapar de la propia vida. Destruir lo hecho. Lo mal hecho. Si tan solo
pudiera formatear su memoria y empezar de cero.
Raluca, luz, energía vital,
esperanza. Virtud de la alegría. Trajo el título.
Raluca es capaz
de hacer posible lo imposible.
Yo es que
siempre he tenido muy buena suerte, ¿sabes? Y menos mal que soy así de
afortunada, porque, si no, con la vida que he tenido, no sé qué hubiera sido de
mí.
.. sólo quería
ser otra persona. ¿Tú no has tenido nunca esa tentación?
Inventar
consuela.
...la belleza
ayuda a curar el dolor del mundo.
La alegría es
un hábito.
Presentación de la novela.
GRACIAS
por acompañarme,
por leer mis
letras,
por comentar.