Ese imbécil va a escribir una novela
Juan José Millás
Una y otra vez abro sus libros con una sensación de cercanía, de literatura amiga. Es como sumergirme en un lugar reconocible, en los temas de Millás, en la sombra entre realidad y ensoñación.
Su gin-tonic, sus desfallecimientos, su humor. El diván y el techo de la consulta de la psicoanalista (qué divertido el encuentro en el supermercado). Suplantación dentro de un confesionario tras una juega nocturna aderezada de hachís y alcohol.
Un escritor asediado por amistades de antaño. Intrusos y deseosos de entrar a formar parte de la literatura.
Dos puertas, dos padres, dos cabezas. Círculos.
¿Seguirá buscando un asunto (o tema) para el último gran reportaje? ¿La redactora jefa habrá aguantado la risa ante propuestas descabelladas?
Empecé desde el audiolibro (narrado por el propio autor), pero me fui a la librería a por el formato papel, donde sigo estando mucho más conectada. Iba a ser un regalo. Veremos si lo reconvierto a sorpresa al estilo Ratoncito Pérez (cadáver ofrecido por un dentista peculiar).
Fragmentos seleccionados
[...]tengo asimismo recuerdos de la realidad que, observados a distancia, me parecen soñados. La realidad, con el paso del tiempo, no ha perdido sus tonalidades oníricas; los sueños, en cambio, han ido malogrando aquella cualidad de real, aunque no todos.
Siempre fui pensado por unos o por otros.
Un bobo es un tonto de tercera.
En general he vivido más en los mapas que en la vida.
Las puertas prometen más de lo que dan.
Fragilidad y decisión. Miedo y valentía. A mí me ha hecho valiente el miedo. Siempre he huido hacia lo que temía, siempre me he abrazado al terror.
[...]si el azar no fuera, como decía Borges, "un modo de casualidad cuyas leyes ignoramos".
De existir lenguas artificiales, capaces de sustituir a las naturales en el interior de la boca, ¿qué cosas diríamos con ellas?
En la madurez hay misterio, hay confusión. John Cheever, "Diarios de vejez".
¿Por qué invitamos a los niños a entrar en la lógica de mundos en los que se puede cruzar al otro lado del espejo para arrancarlos, apenas han dado un paso, de esa percepción extraordinaria de la realidad?
(los abrazos son inevitablemente circulares)
El que relee ya no es el mismo que el que escribió, [...]el que relee para corregir es un intruso.
Un atuendo, se me ocurrió ahora, para pasar inadvertido no ya frente al mundo, sino frente a uno mismo.
Me acordé del perdón. [...]rebelde, en la medida en la que solo valía la pena perdonar lo imperdonable.
Lo que no es ocupa en la existencia de los seres humanos más espacio que lo que es.
No dejo de preguntarme si he tenido la oportunidad de ser yo.
He vivido siempre con la aspiración fracasada de conquistar una personalidad distinta de la que me posee.
Se escribe desde el conflicto.
Editorial Alfaguara, 2025. Número de páginas: 176. Acceso al inicio.
Otras obras del autor reseñadas
Adaptación al cine de Soy Nevenka
La vida contada por un sapiens a un neandertal
Columna de prensa: Cosas que no cierran

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