domingo, 22 de agosto de 2021

Dioses contra microbios + Un seductor a la francesa

Dioses contra microbios de Alejandro Gándara 

Desde que se inició la pandemia no deseo leer nada sobre epidemias, pestes, en presente o pasado. Pero siempre hay excepciones y a este libro, recomendado por Rosa Montero, le tenía unas ganas enormes. Es, sin duda, una joya, repleta de fragmentos en los que pararse, reflexionar, aprender y disfrutar con una prosa deliciosa.

Algunos párrafos seleccionados:

Hay que jugar con los niños y hacer los deberes con ellos, encontrar puntos de armonía y consuelo, volver a la intimidad radical con la pareja, reescribir estrategias, prestar oídos a las inclinaciones, ocuparse del hogar, prevenir, cuidar. Sobre todo, cuidar.

Y desde luego hay que cuidar el amor, la sensibilidad, la ternura, que son los que dan valor al hecho de haber sobrevivido.

Platón lo escribió en El banquete hablando del amor. El amor es amor de lo que falta, porque el deseo solo puede sentirse hacia algo que no se tiene, que te quitan, que te dicen que puedes tener, que tenías o que quizá tengas. ¿Y cómo sabe uno lo que le falta? Bueno, porque lo necesita para vivir o porque se lo dicen. Generalmente, lo último. Lo que necesitamos para vivir es poca cosa. Lo que nos dicen que necesitamos para vivir no habría cabido en la biblioteca de Alejandría. Desde pequeños nos dicen, por ejemplo, que necesitamos ser ingenieros de caminos canales y puertos. También nos dicen que necesitamos encontrar nuestra media naranja y formar una familia. Y que tenemos que ser alguien (y esto no es más vago e inexplicable que la anterior). Si creemos en todas esas cosas cuya necesidad se nos impone, entonces nos empiezan a faltar. Seres incompletos, dicen que somos. Qué duda cabe, nos hablan todo el rato y nos lo creemos todo. Después comparamos con lo que podríamos ser o tener y nos sentimos tan importantes como un grano de arena en el desierto de Arabia.

La gente no respira el aire puro del bosque o del mar: respira la pureza. La gente no viaja a Delfos o a Kuala Lumpur: viaja a lo desconocido. La gente no se casa y tiene hijos: funda una familia que prolongará su memoria en el tiempo. Hay gente incluso que estudia para saber que nunca llegará a saber nada.

... ahora las tragedias son vecinas unas de otras, se pasan el testigo, ya no suceden en países remotos. El dolor ha hecho encogerse el mundo y el mundo ha ampliado los mapas del dolor.

La verdad, por cruda que sea, es hospitalaria y en el sufrimiento no solamente existe el sufrimiento. En el dolor no solo hay dolor. Depende de donde miremos, si podemos representarlo o no. Si tenemos palabras para hacerlo o no.

Y a veces, inspirados, tenemos la impresión de habernos asomado a un balcón desde el que se contempla el universo.

... opiniones que atesorábamos y que no son más que cuentos para vagos.

Se habla de números todo el rato, bueno, en realidad no se habla, porque de los números no se puede hablar: solo hablan ellos. En su turno, lo demás calla. Hay gente a la que le gusta pronunciar números, pero solo porque quiere decirte algo, no hablar sobre ello. El número, aunque también vale la cifra o la cantidad, infunde autoridad a unos y silencio a otros.

¿Me asusta morir o me asusta el dolor que dejo?

Sinopsis: No es frecuente apartarse de los caminos trillados para abordar una realidad tan abrumadora como la pandemia de la Covid-19, y eso lo consigue en esta original obra el profesor y escritor Alejandro Gándara. Por una parte, es un libro escrito desde la perplejidad del hombre confinado que, desubicado, busca comprender con detalles de la vida familiar, los vecinos y la ciudad que contempla desde la ventana. Pero sobre todo es una obra que busca desplazar la atención a «la visión que nuestras fuentes culturales y espirituales, principal pero no exclusivamente griegas, ofrecieron ante las mismas y a menudo mayores dificultades», un legado que hemos ido olvidando.

Nº de páginas: 224. Editorial Ariel, Barcelona 2020.  Primeras páginas.

Un seductor a la francesa 

Una comedia para pasar el rato y sonreír. Sin más pretensiones.

Sinopsis Francia, 1809. El capitán Neuville es un gran seductor. Acaba de pedir la mano de la joven Pauline bajo la desconfiada mirada de la hermana mayor de ésta, Elisabeth. Sin embargo, Neuville es llamado a filas y Pauline deja de recibir noticias suyas. La joven se marchita con cada día que pasa y Elisabeth decide tomar la pluma y empezar una correspondencia con Pauline haciéndose pasar por Neuville, al que convierte en sus relatos en un verdadero héroe de guerra. De repente, un día, el capitán reaparece... 

Título original Le retour du héros. Dirección Laurent Tirard. Guion Laurent Tirard, Grégoire Vigneron. Música Mathieu Lamboley. Fotografía Guillaume Schiffman. Reparto Jean DujardinMélanie LaurentNoémie MerlantChristophe MontenezEvelyne BuyleChristian BujeauFabienne GalulaLaurent BateauJean-Michel LahmiFeodor AtkineHugues MartelGuillaume DenaiffeSophie Nicolas. Francia 2018, 90 min.

 

jueves, 19 de agosto de 2021

Casas vacías + Pororoca

 Casas vacías de Brenda Navarro 

Lo leo por recomendación de una persona con la que coincido bastante. Me ha impresionado de forma profunda. Es un texto que habla de sentimientos y de sufrimiento, de la maternidad muy alejada de la publicidad con promesas felices y sonrisas de bebé. De lo que no nos atrevemos a expresar, de la desesperación ante una desaparición y el deseo de un fin, de una muerte.

Podría copiar más fragmentos, pero creo que esta muestra es suficiente para reflexionar, para releer, para no tener expectativas románticas y fantasiosas. Silencios y falta de nombres que definan a una persona madre de un hijo desaparecido.

El que desaparece se lleva algo de ti que no vuelve; se llama cordura.

Una cree que hay demasiada libertad en el aire y no se percata de que es fácil crearse una prisión propia.

¿En dónde empieza el hogar y qué lo conforma?

Los primeros días con Daniel en mi vida, más que una dicha, era un suplicio ahogado. Cállate, le decía en un silencio amordazado entre los ojos, por miedo a que alguien escuchara el escozor que me causaba oírlo llorar por este no saber sobrevivir solo en el mundo. Si en el embarazo, triste, pedregoso y mohoso que había pasado ya sentía un arrepentimiento de tener útero y hormonas e instinto maternal, en la maternidad misma cada llanto de Daniel me rechinaba en el oído para constatarlo.

Todos, todos incluidos, parloteaban y se oían a sí mismos mientras nosotras mirábamos confundidas e impávidas, porque eso era lo que había que hacer: ser las casas vacías para albergar la vida o la muerte, pero al fin y al cabo, vacías.

Quince horas antes de que naciera Damiel empecé a sentir como su cuerpo se preparaba para desgajarme: una especie de vibración que iniciaba en la espalda baja para concentrarse en el hueso ilíaco. No hubo nada de romántico en ello. Daniel el epicentro y yo la consecuencia. Temblores, escalofríos y Fran diciéndome que lo hacía bien. Quince horas de un querer que acabe todo y que no empiece la siguiente etapa. Siempre tuve miedo de Daniel. Hay que ser demasiado inconsciente para no tenerle miedo a una nueva vida. Salió de entre mis piernas en silencio. Fran y yo vimos cómo se llevaban a nuestro hijo sin que hubiéramos podido verle la cara. Debimos intuir que nunca sería del todo nuestro.

Daniel nació a las nueve de la mañana de un 26 de febrero. Daniel no había nacido para hacernos felices.

¿Por qué lloramos cuando acabamos de nacer? Porque no debimos haber venido a este mundo.

No importa lo que se diga al respecto: muerto es mejor que desaparecido. Los desaparecidos son fosas comunes que se nos abren por dentro y quienes las sufrimos lo único que ansiamos es poder enterrarlos ya. Dejar de desmembrarnos tendón por tendón, hilo de sangre por hilos de hiel, porque incluso para cada gota es un calvario caer.

No hay palabra que defina a una madre sin un hijo que ya parió, porque no soy amátrida, ya que Daniel sigue vivo y yo soy la madre, soy algo peor, algo innombrable, algo que no se ha conceptualizado, algo que solo el silencio hace llevadero.

¿Quién cuestiona al que llora? Nadie, se le puede olvidar, ignorar, silenciar, pero cuestionar nunca.

¿Por qué los llaman desaparecidos y no se atreven a llamarlos muertos? Porque los muertos somos los que los buscamos, ellos siempre, siempre seguirán vivos.

Sinopsis: La maternidad, que casi siempre asociamos con la felicidad, también puede ser una pesadilla: la de una mujer cuyo hijo desaparece en el parque donde estaba jugando, y la de aquella otra mujer que se lo lleva para criarlo como propio. Ubicada en un contexto de profunda precariedad física y emocional, la historia de estas dos mujeres, madres del mismo niño–un niño que primero se llama Daniel y que después será rebautizado como Leonel–y madres, además, de un mismo vacío, nos confronta con las ideas preconcebidas que tenemos de la intimidad, las violencias familiares, la desigualdad social, la soledad, el acompañamiento, el cuidado, la culpa y el amor.

Nº de páginas: 164. Editorial Sexto Piso, Madrid 2019. Primeras páginas

Pororoca 

Refleja el abismo de una familia ante la misteriosa desaparición de la hija. La desesperación, la culpa. Un padre que lo único que deseas es averiguar, encontrar, y no cesa en su empeño. Una madre que no puede permanecer ahí, esperando. 

Impacta ese protagonista, su avance hacia el precipicio. Ese rostro que duele. En mi opinión, le sobra casi una hora de metraje. 

Sinopsis Cristina y Tudor Ionescu han formado una familia feliz con sus dos hijos, Maria e Ilie. Él trabaja para una compañía telefónica y ella es contable. Ambos están en la treintena y viven en un bonito apartamento en una ciudad rumana. Su vida es la de una pareja normal con sus hijos. Pero una mañana de domingo, cuando Tudor lleva a sus hijos al parque, Maria desaparece. Sus vidas cambian abruptamente para siempre.

Dirección y guion Constantin Popescu. Fotografía Liviu Marghidan. Reparto Bogdan DumitracheIulia LumânareConstantin DogioiuStefan RausAdela MarghidanIonut AchivoaieAlice Cora MihalacheDragos Olaru. Rumanía 2017, 152 min. Festival de San Sebastián: Mejor actor (Bodgan Dumitrache).

 

lunes, 16 de agosto de 2021

Niebla en agosto + Feria + Gema

 

(Bouzas - Vigo)

La niebla en mañanas de agosto es mi infancia.

La niebla que transforma el paisaje, que lo vuelve fantasmagórico.

La niebla que nos deja sin horizonte, sin luz.

La niebla que quema las pieles de los despistados.

 

Prefiero pisar tierra firme en días de niebla, con la mirada en hoy, en el pasado o sin calendario.

Escuchando el sonido de las olas.

 

Libros para el verano: Feria y Gema. 

Feria de Ana Iris Simón 

Ana Iris creció escuchando a sus abuelos el relato de dos mundos que se desvanecen. Unos, feriantes, quejándose de que cada vez tenían más trampas y menos perras, porque a medida que la vida se convertía en una feria —la de las vanidades—, la auténtica feria dejaba de tener sentido. Los otros abuelos, campesinos, le transmitieron el arraigo mágico de la tierra. Y fue ese abuelo el que la llevó un día a un almendro y le dijo que lo había plantado él, así que para ella era su sombra.

La foto que llevaba su abuelo en la cartera con un gitano a un lado y al otro un Guardia Civil. La infancia rural, además de respirar aire puro, es conocer la ubicación del puticlub y reírse con el tonto del pueblo. Un repaso a las grietas de la modernidad y una invitación a volver a mirar la tradición, la estirpe, el habla, el territorio. Y a no olvidar que lo único que nos sostiene es, al fin, la memoria.

Nº de páginas: 240. Editorial Círculo de Tiza 2020. Primeras páginas.

 "Me da envidia la vida que tenían mis padres a mi edad". Así empieza este relato familiar y sus correrías de niña con todos (son muchos) sus primos.

Importancia que temían los rituales. Religión, misas y procesiones, contrastando con el comunismo. Su madre es un “universo expandido” (La Anamari, no mamá). Vergüenza ocultando la profesión de feriantes. Hombres que crecen y siguen jugando. Amor antes de conocer (preexiste, como el que siente por el hermano antes de nacer).

Adulta el día que su padre les pide a su hermano y a ella que cuenten qué ha pasado con el gigante de la estación que sangraba. Vivir en un relato, crear ese relato.

La primera mitad me tenía bastante encandilada. Evocadora, nos sumerge en su pasado, y un poco en el propio. Después se va perdiendo en su ideología. 

Gema de Milena Busquets 

La vida de una escritora de cuarenta y tantos años transcurre sin grandes sobresaltos, entre sus dos hijos y una relación que parece a punto de terminar. Pero esa existencia plácida se ve sacudida por la reaparición de un fantasma del pasado en forma de repentino recuerdo: Gema.

Nº de páginas: 176. Editorial Anagrama, Barcelona 2021. Primeras páginas

Hace 5 años leía con su primera novela, Esto también pasará, me quedé encantada. No se ha repetido la sensación. Una lectura de playa, sin mayor trascendencia, con detalles leves, muy leves:

No me parecía que el ansia por conocer hasta el último detalle de la vida secreta de las personas amadas fuese una verdadera muestra de cariño o de interés. ¿Acaso no era más bien una falta de confianza, una señal de ingenuidad y un deseo oculto de controlar al otro? ¿Acaso no era importante también el pudor?

Me había dado cuenta de que el amor de mis padres, que durante un tiempo después de su muerte creí que se había evaporado, se había reproducido con más intensidad si cabe en mis hijos. Era la única herencia posible, aquel amor, como una piedra ardiente que nos íbamos pasando unos a otros. No era huérfana porque tenía hijos y porque, seamos serios, nadie es huérfano a partir de los 30 años.

Algunas cosas las hacemos solo para vérnoslas hacer o para que otros nos las vean hacer.

 

jueves, 5 de agosto de 2021

Cada noche te escribo + Vida de un piojo llamado Matías + El regreso de Ben

Cada noche te escribo de Patricia Benito 

Qué poca poesía leo. Versos de despedidas, de añoranza, de abandono, de mucho sufrimiento. De no atreverse a decir, a pedir, a llorar. Impregnados de nostalgia y tristeza. Me ha gustado este primer contacto con la autora.

Sinopsis: Un acto de soledad, un golpe en la mesa, un monumento a lo que pudo ser y también una sombra en mitad del camino: la última noche de duelo, una recaída controlada, los segundos previos al número final. Despertarse cuando ya no estás.

 Nº de páginas: 168. Editorial Aguilar, 2021. Primeras páginas.

Algunos versos: 

No estás aquí

No estás aquí porque no quieres

No estás aquí porque no me quieres

---------

Nosotros

Me debo tiempo

Sea como sea,

Cruzo los dedos

Para que alguien salga entero de aquí

A ser posible, yo.

Si puedo elegir, nosotros.

-------

Ni siquiera lo sabes

La paz de no buscar respuestas anda cerca

---------

Hasta que te olvide

Te veo tranquilo,

feliz,

en calma.

Te observo desde la distancia

porque no puedo hacerlo desde otro lugar.

A veces me acerco un poco

para saber que estás bien,

pero enseguida vuelvo a mi sitio.

Ese lugar en el que - alejada - 

me permito respirar.

Quien bien te quiere te quiere bien, dicen

Y yo lo hago.

Te quiero:

tranquilo,

feliz,

en calma.

Lejos.

---------

Ojalá hubiera sabido recordarme por qué me gustaba estar ahí.

-----

Despierta

Ya ni siquiera tenemos vértigo

porque ponerse al borde cansa.

Cansa hasta pensarlo.

-----

Apago la luz

No sé pedir ayuda.

Cuando no puedo seguir

me escondo, me alejo, me lanzo,

apago la luz.

Desaparezco hasta que todo por dentro

vuelve a estar bajo control.

Es cuestión de horas, no más de cien.

Me reconstruyo

como si de verdad supiera hacerlo.

Una y otra vez.

Y luego ya puedes volver.

Dejarse salvar es un lujo

que no todo el mundo es capaz de usar.

Vida de un piojo llamado Matías de Fernando Aramburu 

Del autor conozco varios libros, y en este caso, es un cuento sencillo, en apariencia. Agradable, ideal para verano. A medida que avanzas te vas olvidando de la idea que tenemos de los piojos…

Sinopsis: Nacido en la nuca de un maquinista, Matías aprende desde sus primeros pasos que un piojo siempre debe andar con los ojos bien abiertos. Enseguida tiene que hacer frente a las inundaciones jabonosas y las friegas con que la mano del gigante humano quiere expulsarlo, o buscar refugio ante un peine o el huracán de un secador. Un día su hermana le anima a buscar los manantiales próximos a esa montaña vertical que es la oreja, pero, jóvenes incautos, caerán prisioneros del rey de la caspa, y se verán condenados a trabajos forzados. De peripecia en peripecia, la vida de Matías es a su vez un inspirado homenaje a los clásicos de la picaresca y un tronchante relato de iniciación desde su originalísimo y diminuto punto de vista: «La gente cree que los piojos sólo sabemos picar y tumbarnos a la bartola entre una y otra picadura, pero no es verdad. ¡Como si no tuviéramos nuestros propios sentimientos!».

Un relato para jóvenes de 8 a 88 años. Nº de páginas: 120. Editorial Tusquets Editores, Barcelona 2004.

El regreso de Ben 

Lo mejor: cómo refleja el sufrimiento de esa familia ante la adicción del chico y los secretos que se van desvelando. A medida que avanza y toma las riendas la intriga, pierde fuerza. Buena interpretación de la pareja protagonista. No me ha entusiasmado. 

Sinopsis: Ben Burns (Hedges) regresa a casa en la víspera de Navidad. Su madre, Holly (Roberts), le da la bienvenida contenta, pero rápidamente se da cuenta de que está sufriendo. Durante las siguientes 24 horas, Holly hará todo lo posible para evitar que su familia se derrumbe. 

Título original Ben Is Back. Dirección y guion Peter Hedges. Música Dickon Hinchliffe. Fotografía Stuart Dryburgh. Reparto Julia RobertsLucas HedgesCourtney B. VanceKathryn NewtonEmily Cass McDonnellTim GuineeFaith LoganMelissa Van der SchyffDavid ZaldivarTeddy Cañez. EE UU 2018, 98 min.

 

domingo, 1 de agosto de 2021

Hijos de los hombres + El agujero + Música para feos

Hijos de los hombres 

Tal vez era un buen día para ver esta película en la que el futuro, 2027 (mucho más cercano que cuando el escritor lo pensó en su novela) presenta un panorama de absoluta devastación. En un Londres desolador, deshumanizado y sumido en la violencia, todavía hay un pequeño espacio para la lealtad y la esperanza. 

Las imágenes, la ambientación, son esenciales, para dotar de fuerza a esta historia. Me ha gustado. 

Sinopsis Año 2027: el ser humano está al borde de la extinción: los hombres han perdido la capacidad de procrear y se ignora por qué razón todas las mujeres del planeta se han vuelto estériles. Al mismo tiempo, el mundo se estremece cuando muere un muchacho de 18 años, la persona más joven de la Tierra. Se vive, pues, una situación de caos galopante. En tales circunstancias, Theo (Clive Owen), un desilusionado ex-activista radical de Londres convertido en burócrata, es contratado por Julian (Julianne Moore) para que proteja a una mujer que puede tener el secreto de la salvación de la humanidad, la persona más valiosa de la Tierra 


Título original Children of Men. Dirección Alfonso Cuarón. Guion David Arata, Alfonso Cuarón, Timothy J. Sexton, Hawk Ostby, Mark Fergus. Novela: P.D. James. Música John Tavener. Fotografía Emmanuel Lubezki. Reparto Clive OwenJulianne MooreMichael CaineChiwetel EjioforPeter MullanDanny HustonClare-Hope AshiteyPam FerrisCharlie HunnamOana PelleaJacek KomanEd WestwickPaul Sharma. Reino Unido 2006, 105 min. 2 Premios BAFTA: Mejor diseño de producción y fotografía. Festival de Venecia: Mejor contribución técnica (escenografía)

El agujero - Hiroko Oyamada 

Adoro esta editorial y la calidad en la presentación de sus libros. Esa doble cubierta, esa imagen tan delicada y misteriosa.

Desconcertante, sería el mejor resumen que se me ocurre. Pausada, y sin tener muy claro si me movía en un universo metafísico, de fantasía, reflexivo, o iba a torcerse hacia el terror. Hay mucha miga, pero algo no acaba de encajar. La estructura en tres partes tampoco ayuda. Se lee, lo voy a olvidar pronto.

Sinopsis: Al marido de Asa le han ofrecido un trabajo en una zona remota de Japón, junto al hogar en que nació. Durante un verano excepcionalmente cálido, la pareja se instala junto a la casa de los suegros, entre el ensordecedor e invasivo rugido de las cigarras. Hasta que un día Asa se topa con una extraña criatura, que no se parece a nada. La sigue hasta el terraplén de un río y cae en un agujero que parece haber sido creado para ella, y en el que queda atrapada para siempre. Casas asoladas por plagas de comadrejas. Niños fantasma. Pasillos que nos transportan «al otro lado», como si Alicia reviviera en el Japón de la tecnología punta. Oyamada firma un tríptico narrativo literariamente puro sobre la idea de que el entorno que nos rodea puede anticipar nuestras emociones y hasta nuestro destino.

Nº de páginas: 200. Editorial Impedimenta, Madrid 2021. Traducción: Tana Oshima. Primeras páginas.

Música para feos - Lorenzo Silva 

Breve, a ratos ñoña, y con poco en común con ese escritor de novela policiaca que tanto me gusta.

Dicho esto, sí que hay detalles que de alguna forma me tocan de lleno. Canciones que recuerdan a una persona especial, a momentos de inmensa tristeza, de felicidad. Libros a los que nos aferramos cuando la vida se complica.

Sinopsis: Una historia de amor a contracorriente. Mónica y Ramón se conocen por azar, en un local nocturno, en el que ninguno de los dos pinta gran cosa. A veces, las historias comienzan así. Mónica es una periodista al borde de los treinta que subsiste con un subempleo que detesta. Ramón, mediados los cuarenta, se obstina en ser un misterio: no desvela a qué se dedica. Podrían no haberse vuelto a ver nunca, pero una semana después se reencuentran y la cosa ya no tiene remedio: la música que se les negaba empieza a sonar. Tiempo después, Mónica lo recuerda. En sus propias palabras: “Lo único limpio y hermoso que de veras he tenido”.

Nº de páginas: 224. Editorial Destino Barcelona 2015

Ideas que surgen de esta lectura: Una primera cita en un lugar especial de la ciudad. ¿Y si lo hacemos?

Somos feos pero tenemos la música: Creep - Radiohead, El cielo en una estancia - Franco Battiato, Chelsea Hotel - Rufus Wainwright

La felicidad es separarse y no tener miedo de no volver a verse

Que te sonría la vida