Chorus
La
tristeza ahuyenta a la gente. Te evitan.
Confiesa
un hombre en la cárcel. Localizan el cadáver de un niño de 8 años desaparecido
hace una década. Los
padres: él en México, ella en Canadá. Esa
tragedia los dejó destrozados. Ella se refugia en la música, en el coro. Él ha
puesto kilómetros de por medio, pero se ha llevado una carga excesiva.
A
veces tengo la impresión de que este niño solo existió en mi cabeza
Vuelven
a juntarse cuando la policía les informa de los hallazgos realizados. Necesitan
unir sus precarias fuerzas. Necesitan afrontar la realidad. El final, la
despedida. El horror de los hechos.
Si
hubiese... Esa frase que se repite una y mil veces acompañando a la culpa y la
frustración.
Tiene
detalles, pero en conjunto no acaba de funcionar. No conmueve tanto como podríamos
imaginarnos.
Lo
mejor, el refugio en la música. El concierto al que asisten (a pesar de ser una
escena bastante forzada), una válvula de escape. Sonidos que amortiguan, que
acogen, que alivian, que liberan.
Mi
amiga del parque
Corren días difíciles para Liz, madre
primeriza de Nicanor y esposa de Gustavo, que está de viaje filmando en Chile.
Liz parece perdida y sola, visita todos los días el parque vecino a su casa.
Allí conoce a un grupo de madres y a algún padre y se encuentra con Rosa.
Retrato íntimo de la maternidad, la lactancia,
el vínculo. De la soledad, con un marido ausente. Mujer desbordada con
necesidad de que alguien la escuche, la comprende y la abrace muy fuerte.
Es una pena que se pierda el guion en
esa relación de “amistad” manipuladora.
Lo mejor: las emociones entremezcladas,
la fragilidad que lleva en décimas de segundo del llanto inconsolable, a la
risa más explosiva.
Dirección Ana Katz. Guion Inés
Bortagaray, Ana Katz. Música Leo Maslíah. Fotografía Guillermo Nieto. Reparto Julieta
Zylberberg, Ana Katz, Maricel Álvarez, Mirella Pascual, Daniel Hendler,Malena Figo.
Argentina 2015, 86 min. Festival de Sundance: Mejor guión (World Cinema). Premios
Sur: Mejor actriz de reparto: (Maricel Álvarez)
Quiero que mis días de lluvia
suenen así. Qué delicia.
Quedarse
La vida ofrece
y tú decides lo que coges,
a quién escuchas,
con quién conversas,
a dónde vas
y dónde te quedas.
A ratitos @isasaweis.
Con este poema en mente, el
martes a mediodía quise reflejar con qué me quedaba de esa mañana. Y salió
esto:
Me quedo con los muros de
Facebook que se abren para que podamos entrar.
Me quedo con una imagen de un
cielo compartido.
Me quedo con la música que
suena esta mañana.
Me quedo con el calendario.
Me quedo con el aroma del
café.
Me quedo con un mensaje
inesperado.
Me quedo con una risa.
Me quedo con lo leído.
Me quedo con las respuestas.
Me quedo contigo.
Quiero profundizar un poco
más, y no quedarme en instantes. Le voy a dar un par de vueltas, a ver qué
sale.
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