sábado, 5 de julio de 2008

Aritmética emocional

Es cierto que últimamente veo muchas películas, la inmensa mayoría en mi casa. En la tele ya no hay ninguna serie que me tenga enganchada, y del resto de la programación, mejor no hablar. Pero el otro día, sobrepasada por temas laborales y muy muy acelerada, necesitaba entrar en una sala, sentarme y olvidarme de todo mi entorno durante hora y media. Los Multicines Norte son una isla en esta ciudad y allí ponían esta cinta canadiense, de la que a priori no esperaba gran cosa.

Primera sesión de la tarde, sol de playa, y apenas un mini grupo de espectadores. Era casi una proyección privada. Pongo el móvil en silencio y me repanchingo en el asiento.



Titulo original: Emotional Arithmetic
Dirección: Paolo Barzman.
Guión: Jefferson Lewis (Novela: Matt Cohen)
Reparto: Susan Sarandon, Max von Sydow, Christopher Plummer, Gabriel Byrne, Roy Dupuis, y Dakota Goyo.
Canadá 2007, 99 min.

En una granja en medio de un bucólico paisaje vive la protagonista, que 40 años después de haber estado en un campo de reclusión francés, descubre que Jacob sigue vivo; y decide invitarle a su casa.






Se produce un reencuentro que hará aflorar los recuerdos, el dolor, las heridas sin cicatrizar, la ternura, el amor y el agradecimiento a la persona que les salvó.

La clave de esta historia podría ser una pregunta: ¿cómo es posible continuar? Dos niños logran sobrevivir al no ser enviados al campo de concentración. Pero el resto de sus vidas han quedado ya marcadas. Imposible olvidar, inútil hacer partícipe de todo ese dolor a los seres queridos, heridas que no se cierran, depresión y obsesión por las víctimas.

Hay dos momentos cumbre en toda esta narración: cuando ella saca el viejo cuaderno donde apuntaba a los que iban llegando, toda la memoria escrita. Jacob le pidió que recordara, y ahora piensa que fue un error y que debió decirle que viviera.
Y cuando Jacob habla con el marido de Melanie, y dice que le envidia. Se podría pensar que por lo material, esa preciosa casa; pero es por compartir su vida con la persona querida.








Después he leído la web oficial y me hago muchas preguntas que ahí se plantean:

¿Cómo afecta la memoria a nuestra capacidad de ser felices? ¿Recordar demasiado es un obstáculo para llevar una vida equilibrada? ¿Desdibuja la memoria nuestra comprensión del presente, paraliza nuestros sentimientos, pone en peligro el potencial de amar e inmoviliza a futuras generaciones? ¿Es necesario olvidar para reinventarse una existencia, para reconquistar la inocencia?

¿Debemos aceptar los recuerdos ciegamente?

2 comentarios:

eva dijo...

dicen que es agradable el recuerdo de los males pasados, precisamente por eso, ya pasaron, yo creo que los vencemos y vamos viviendo felices con lo que nos toca, hay otros que no. Un saludo

LU dijo...

Aquí se habla de una situación altamente traumática, y supongo que de una manera u otra, deja una huella demasiado profunda.
Creo que recordar demasiado, limita y, sí dificulta seguir adelante, sea lo malo o lo bueno del pasado.
En cualquier caso, la película, a mi, me ha gustado mucho.
Saludos.