Mi segundo acercamiento a Haruki Murakami, que tanto fascina a una muy buena amiga. El primero fue Tokio blues, que invita a la depresión más absoluta.
Este año y siguiendo una buena costumbre, el día del libro, al salir del trabajo me fui directamente a una librería. Llevaba en mente un par de cosas, pero siempre dejo otra parte a la pura improvisación. Al ver la portada me llamó poderosamente la atención y me lo compré. Al pagar me regalaron una rosa y una libreta que, de inmediato pensé en utilizarla para las notas del viaje de octubre.
Contenta, me senté a disfrutar de un delicioso café y postre de chocolate, el mejor chocolate de mi ciudad.
Se quedó en la estantería durante meses. Lo leí con entusiasmo. Hay personajes maravilloso, como el doctor Ovino, fotos y paisajes de ensoñación, sitios cutres, pero con su encanto, como el hotel Delfín. Pero, no sé, la sensación es confusa. Historia brillante, en lo más surreal, pero que de pronto es como si se rompiera. El final se precipita de forma acelerada. Unos personajes desaparecen sin más y otros surgen carentes de todo sentido. Triste final para un argumento lleno de muy buenos momentos.
En resumen, ha mejorado mucho mi concepto sobre este afamado escritor japonés, pero todavía no siento la magia.
Este año y siguiendo una buena costumbre, el día del libro, al salir del trabajo me fui directamente a una librería. Llevaba en mente un par de cosas, pero siempre dejo otra parte a la pura improvisación. Al ver la portada me llamó poderosamente la atención y me lo compré. Al pagar me regalaron una rosa y una libreta que, de inmediato pensé en utilizarla para las notas del viaje de octubre.
Contenta, me senté a disfrutar de un delicioso café y postre de chocolate, el mejor chocolate de mi ciudad.
Se quedó en la estantería durante meses. Lo leí con entusiasmo. Hay personajes maravilloso, como el doctor Ovino, fotos y paisajes de ensoñación, sitios cutres, pero con su encanto, como el hotel Delfín. Pero, no sé, la sensación es confusa. Historia brillante, en lo más surreal, pero que de pronto es como si se rompiera. El final se precipita de forma acelerada. Unos personajes desaparecen sin más y otros surgen carentes de todo sentido. Triste final para un argumento lleno de muy buenos momentos.
En resumen, ha mejorado mucho mi concepto sobre este afamado escritor japonés, pero todavía no siento la magia.
3 comentarios:
Sigo confiando en que encuentres la "magia-murakami", y aunque sí que tienes razón en que los finales de murakami son flojos si los comparamos con el resto del desarrollo de sus libros... lo realmente fascinante es su capacidad para encontrarte a ti mismo, para quererte y comprenderte, a través de historias que curiosamente nada tienen que ver contigo... (ui, creo que me he liado un poco, pero se me hace dificil condensar en tan poco espacio hasta donde ha llegado su magia en mi vida.)
A unas 20 hojas de terminar Sputnik, mi amor he acudido a tu blog por si tenìas algo de Murakami. No sé si no nos llega su magia, o màs bien yo dirìa que no da para ser tan recomendado...
Bueno es saber tu opiniòn sobre Tokio blues,pensé que en funciòn del final iba a ser el siguiente.
Un abrazo, Lu.
Kashtanka
PS. Por falta de tiempo, mi dinàmica a la hora de visitar mis blogs preferidos ha cambiado un poco. Sorry!
Kashtanka, vuelvo a releer esta entrada tras tu comentario. Y me hace gracia porque ayer me fui a por mis libros de este año y salí con una rosa y una botella de vino, pero ya no hay cafetería con ese chocolate tan exquisito.
Aquí está condensado lo que me han transmitido los libros de Murakami que me he leído. A mi alrededor despierta pasiones, pero yo, de verdad que no le he encontrado esa magia.
Sputnik, mi amor, no me lo he leído.
Pásate por aquí cuando quieras, sin más. Siempre serás muy bien recibida.
Biquiños
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