martes, 8 de abril de 2008

El sueño de Valentín



Valentín vive con su abuela desde la separación de sus padres. Con su madre no tiene contacto y el padre apenas se preocupa de él y le presenta cada poco tiempo una nueva novia “definitiva”. Sueña con ser astronauta y aprende a tocar el piano con un vecino solitario.
Le gustaría tener una mamá joven a quien querer mucho. No entiende que los otros niños la desaprovechen, él la “usaría” mucho más.
Ve a muchos adultos que pierde el tiempo, que dejan escapar la vida; y él se la come a grandes bocados.
Ante la enfermedad de su abuela, se asusta terriblemente. Puede perder a la única persona que tiene en este mundo.
Carmen Maura es la abuela y, como de costumbre, está soberbia en su papel. Viuda desconsolada desde la pérdida de su marido, no para de hablar del pasado.
Rodrigo Noya, el niño, está increíble. Conmueve y realmente lleva el peso de toda la historia. Es fantástica su visita al médico para pedirle ayuda y toda su relación con una de las novias de su padre. En algunos momentos es un reviejo, pero es lógico, vive inmerso en el mundo de los adultos.
“En fin, la vida es un tallarín”

En mi opinión, el único “fallo”, o momento flojo, es el final.
Entremezcla muy bien momentos de pura comedia con otros donde se nos muestran temas tan profundos como la soledad o el miedo.

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