viernes, 18 de diciembre de 2009

Castillos de cartón





Para ti

Para ti, que estás de morros esta noche
que descubres los secretos de tu cuerpo
que sonrojas tu nariz casi queriendo
que eres un gran aprendiz de seductor

Para ti, que debiste nacer en frisco
que te rascas pensativo la melena
que calculas un placer remunerado
que te ves poco a poco generador

Para ti, que sólo tienes quince años cumplidos.
para ti que no desprecias ningún plato lindo
para ti que aún careces de prejuicios bobos
para ti lleno de infantil egoísmo del lobo

Para ti, que devoras polo tras polo virgen
para ti que no soportas ningún rollo horrible
para ti que en los cines de verano y costa
para ti lo mejor han seleccionado morgan

Para ti tiene razón todo un estilo
toda la locura de los locutores locos
todo el cadenaje que enmudeció a virtuosos
toda la energía de ese motor estalló

Para ti nos buscamos el paraíso
nos cocinamos melodías con su charme
nos olvidamos de los críticos seniles
nos encerramos en castillos de cartón

Para ti, que sólo tienes quince años cumplidos.
para ti que naciste en tiempos asesinos
para ti que te llevas a las nenas de calle
para ti en cuyo placer aún hay ambigüedades

Para ti que vas a caballo del fin del mundo
para ti que ves das cortes como cine mudo
para ti que comprobarás lo que otros han dicho
para ti queremos otear el paraíso

Para ti que sólo tienes quince años cumplidos
para ti que sólo tienes quince años cumplidos
para ti , para ti, para ti…

Un tema de Paraíso que sigue emocionándome cada vez que lo escucho. Me lleva de vuelta al pasado, a personas perdidas, a gente especial, a sueños rotos y abandonados. También me habla de una extrema timidez y del pánico a cualquier cambio, por ínfimo que fuera. Y de las ganas de comerse el mundo a bocados. Una canción que, sin duda, ha marcado mi vida.


Almudena Grandes escribe un libro intenso bajo el título de un fragmento de esa letra de Fernando Márquez, “El Zurdo”. Y, de nuevo, el cine se ve seducido por una obra de esta excepcional narradora de personajes y sentimientos. Y yo insisto, a pesar de las decepciones con anteriores adaptaciones.

Quisiera distanciarme de los aspectos literarios, porque sé perfectamente que no me ayudan a valorar en su justa medida. Pero, por más que lo intento, me siento totalmente incapaz de no establecer ciertos paralelismos.

DIRECTOR Salvador García Ruiz
REPARTO Adriana Ugarte, Nilo Mur, Biel Durán, Pepa Pedroche, Alfonso Torregrosa, Cristian Magaloni, Álvaro Aguilar, Fernando Ripio
GUIÓN Enrique Urbizu (Novela: Almudena Grandes)
MÚSICA Pascal Gaigne
FOTOGRAFÍA Teo Delgado
España 2009, 101 min.
WEB OFICIAL

Creación, aprendizaje, estudiantes universitarios, experimentar, ambición… Son un trío que de una forma casi casual empiezan a explorar sus posibilidades sexuales y artísticas. Son muy diferentes, cada uno arrastra sus propias inseguridades y miedos, pero se complementan formando un engranaje que sirve de andamio.

El resultado, y ya era hora, es bastante bueno. Transmite muy bien el poso de esta aventura en cada uno de los protagonistas. Los actores hacen creíble la relación a tres bandas y logran que no nos perdamos en juicios morales, sino que nos centremos en conocerles.





Después de ver la película, me entraron unas ganas tremendas de releer el libro, y, con esa otra perspectiva, la propuesta cinematográfica ganaba incluso más puntos. Ahora podía imaginar a Marcos, a Jose y a Jaime con los rasgos de los correspondientes intérpretes y se me hacía todo mucho más cercano.



HACE UN AÑO: Pedro Páramo – Juan Rulfo

16 comentarios:

el zurdo dijo...

Me congratula esta entrada pues, como autor del PARA TI y de la metáfora "castillos de cartón", siempre me chocó la nula empatía para conmigo de Almudena Grandes así como de quienes han hecho la película, al extremo de obviar por completo mi existencia, como si el título que siguen manteniendo hubiese surgido directamente del cerebelo de la novelista o, todo lo más, lo hubiese recogido de un graffiti anónimo leído en plena calle. Salvo, claro, que la canción (como hacen muchos) la disociasen de tal modo de quien la escribió (lo que yo llamo "el efecto Céline" por aquello de reivindicar el VOYAGE... como novela capital del siglo XX pero abominar del autor como requieren todas las convenciones de la corrección política) que incluso lo hayan bloqueado en su mente al punto de negar mi existencia. Todo puede ser. A estas alturas, ya estoy curado de espantos en cuanto a ese especial tipo de fans del PARA TI pero-no-de-su-autor.

el zurdo dijo...

"Para ti, que devoras con otras color virgen"

en realidad, es

PARA TI, QUE DEVORAS POLO TRAS POLO VIRGEN


"para ti que les das cortes como un cine mudo"

en realidad, es

PARA TI, QUE VES LAS CORTES COMO CINE MUDO

(haciendo alusión a la minoría de edad para votar que suponen los 15 años)

LU dijo...

Entre guerras de autores, escritores, cineastas… hasta ahí no llego, ni lo pretendo. Admiro a los artistas, y vivo feliz en la ignorancia sobre qué dice cada uno, contra quien va o a quien somete al olvido.

Soy una simple espectadora y esta canción sonaba una y otra vez en mi tocadiscos, y la voz de Fernando Márquez El Zurdo, maravillosa voz, la iba desgajando, y yo me emocionaba. Ahora, la escucho y me sigue pareciendo una joya, un tesoro a mimar.

Corrijo la letra y te escribo porque me has dejado helada con esta intervención.

Jack dijo...

Pues yo me quedo con la canción y en todo caso leeré el libro, aunque ultimamente me está decepcionando un poco. En cuanto a la película, no creo que pague una entrada para ver niños asexuados jugando a ser mayores.

el zurdo dijo...

"Entre guerras de autores, escritores, cineastas… hasta ahí no llego, ni lo pretendo. Admiro a los artistas, y vivo feliz en la ignorancia sobre qué dice cada uno, contra quien va o a quien somete al olvido."

Yo no guerreo, me limito a puntualizar. Tampoco es lo mismo guerra que "caza de brujas".

Yo tengo otra visión de los artistas, menos disociativa (de ir siempre, cuando la obra me impacta, derechito a la biografía de la contratapa o del catálogo). Si me gustan, me "caso" con ellos, para bien o para mal (generalmente, para mal, porque entre mi parnaso particular la incorrección política, la voluntad de transgresión contra el adocenamiento y los demonios de la perversidad -que diría Poe- abundan). Separar obra y vida (será por mi antidualismo, tan setentero) siempre me ha parecido un poco entre mercaderil y jesuítico (aquello que clamaba Céline sobre su editor en DE UN CASTILLO A OTRO -de que estaba deseando que la diñase para reeditarlo de una tacada y así forrarse sin que el autor en su desaseada e incómoda persona jodiese la marrana comercial- o la paradoja de que si Van Gogh, de aparecer ahora mismo, por alguna triquiñuela temporal, en nuestra época y pretendiese entrar en una exposición de su obra, se le echaría a patadas por friki y/o perturbado o, en todo caso, se le llevaría a espacios de telebasura con una argolla en la nariz para reírse de él por la absurda pretensión de creerse Van Gogh y de montar esos pollos que montaba Van Gogh -que quedan muy totales cuando las interpreta Kirk Douglas o cuando se leen en un libro pseudohistórico de los que hoy se editan cada diez segundos pero que en la vida real, francamente, que los aguante Rita ¿no?-).

Es curioso: uno relee el MUNDO FELIZ, el conformismo de la neumática Lenina, las angustias woodyallenianas del narrador o la inocencia tan vapuleada de Joe el Salvaje (¿Van Gogh redivivo?) y siente un escalofrío que no sintió aquella primera vez en los 70. Y es que hoy ese libro no es una elucubración. Ya estamos dentro. Y a la gente le mola. Qué coño.

Claro que... al final la última palabra siempre la tiene el "arrieritos somos" de Céline (ningún mundo feliz dura forever and ever).

Conciencia Personal dijo...

Libros, pelí, canciones marcan nuestros pasos, nuestros gustos y buscaré a Almudena Grandes bebiendo a sorbitos su caligrafía porque desde hace tiempo me la presentante y en las librerías que frecuento no hay nada de de su literatura..

Amiga, FELICIDADESSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!! PINTA TU VIDA DE TODOS LOS COLORES, MONIQUE.

LU dijo...

Jack, yo también me quedo con la canción. Y en relación a libros, no es de lo mejor de Almudena Grandes, aunque está bien, y es muy breve. Hace unos días terminaba de leer La elegancia del erizo, con el que me he reído como no recuerdo haberlo hecho con un libro. Esta tarde iremos a ver la adaptación al cine, y en breve lo comento por aquí.

Biquiños

LU dijo...

Zurdo, son formas distintas de acercarse al arte, y de vivirlo.

Con mi entrada quería hacer un homenaje a la canción que marcó una etapa de mi vida muy importante, que todavía hoy al escucharla, me emociona. Que siempre va a estar ahí. Y eso es lo que en el fondo quiero transmitirte, y sobre todo a ti.

Va pasando el tiempo y permanecen las cosas que han dado de lleno en el plano emocional, otras se diluyen rápidamente o se quedan en un vago reflejo.

¿Qué nos dice una contraportada de un escritor? Aquello que su editorial cree que va a vender, es acaso eso conocer a esa persona? Yo me “caso” con mis amigos, con la gente que conozco, con los que puedo hablar, reir y compartir… Las biografías escritas o llevadas al cine me parecen tan ajenas, aunque no exentas de interés. POreferiría sentirme cercana a todas aquellas personas a las que admiro, pero sé que no es posible. Prefiero respetarles por su trabajo, o no, pero sin ir más allá.

No siempre es así, ni es una regla rígida.

A veces es más sencillo no exigir de quienes no están en nuestro entorno.

En cualquier caso, vuelvo a escuchar la canción, y AGRADEZCO a Fernando Márquez El Zurdo todo lo que dicho tema me ha brindado.

El arte es un negocio, para quien lo compra y lo vende. El espectador, en la medida de lo posible elige lo que cree le va a hacer sentir bien, entretener o conmover.

LU dijo...

Monique, ya sabes lo muchísimo que me gusta esta escritora. Sin dudarlo empezaría por El corazón helado o Los aires difíciles.

Desde esta gélida y luminosa mañana de diciembre, te deseo unas muy felices fiestas.

Biquiños

el zurdo dijo...

Sólo señalaba que, desde mi perspectiva (por supuesto, una entre muchas y hoy -está claro- minoritaria) de anticonsumidor cultural, no puedo disfrutar de un libro, un cuadro o un disco sin interesarme por su autor, abstrayendo la experiencia en sí como si me estuviese bebiendo un refresco o comiendo una comida basura comprada en un expendedor anónimo. Considero que esa obra que me ha impactado es proyección de alguien de quien me apetece saber más y, claro, empiezo por la contratapa (lo más a mano) y continúo indagando y, en mi caso, generalmente, esas indagaciones me llevan a estrechar lazos duraderos con ese sujeto, no a decepciones.

LU dijo...

Escribiendo se pueden dar muchas interpretaciones a las palabras y creo, sinceramente que si todo esto fuera una conversación entre tú y yo, cara a cara y tranquilamente, nos comprenderíamos mucho mejor.

Por mi parte entiendo a qué te refieres, pero yo, personalmente actúo de forma diferente, tampoco creo que como una simple consumidora. Entro en el super y no cojo cualquier marca de café, elijo aquella cuyo sabor y aroma son de mi agrado. Con el arte, muchas veces me puede la simple curiosidad, y en muchas ocasiones, casi por casualidad llego a obras que a mi me llenan, me transmiten mucho, me hacen sentir… Y no siempre necesito más. Soy curiosa e intento no descartar en base a opiniones ajenas.

Es fantástico indagar, si eso te va a acercar más a alguien que te interesa. No tiene porqué haber decepciones si no hay una admiración ilimitada y sin fundamento. Y, al fin y al cabo, los artistas son personas que pueden vivir en tu mismo edificio, comprar la prensa que tú lees cada mañana, o desayunar en el bar de la esquina. Puede que a un cantante, escritor, actor, etc. le agrade que alguien se le aproxime y le diga cuánto le ha gustado esa canción… Pero también puede que yo no vaya a pedir el autógrafo de un famoso escritor o mandarle un mail con todas mis reflexiones. Estilos diferentes, sin más, supongo.

el zurdo dijo...

Yo jamás pediría un autógrafo a alguien a quien admiro, por pudor de importunarle y porque me sentiría fatal ante esa mirada vacía de quien firma autógrafos a gentes que no conoce y que aún conoce menos con ese acto (yo los he firmado y sé de lo que hablo -al menos, esto de los emails y los comments en blogs nos redime de ese trance tan demoledor para la comunicación como es firmar autógrafos, salvo que ello sea el comienzo de algún tipo de relación, circunstancia que también, por fortuna, he vivido y no hace demasiado tiempo, y eso sí que da gustito-).

LU dijo...

Lo del autógrafo era un ejemplo de acercamiento torpe para tímidos, que de pronto se encuentran ante esa persona a la que admiran, y el cerebro parece pararse y ni una sola idea original sale de tu boca, y, una de dos, o sales corriendo, o te quedas con cara de bobalicón mirando al vacío… Pues si un autógrafo es la llave que abre una conversación, por qué no?

Un mal comienzo puede ser el principio de una amistad, o simplemente de una maravillosa conversación.

troyana dijo...

LU,
tenía "Castillos de Cartón" todos los ingredientes para me gustara, y sin embargo,me faltó emoción y desgarro,pasó agradable,sin más,pero carente de pasión,ni siquiera le dediqué un post...
Un abrazo

LU dijo...

Troyana, puede que después de varias decepciones con las adaptaciones de textos de Almudena Grandes, al ver ésta mis expectativas ya eran muy muy bajas. Al salir del cine no me embargaba la emoción, pero, efectivamente se dejaba ver. Después me volví a leer el libro, y a los protagonistas es ponía en las escenas de la película. Y todo junto fue dando una mayor unidad. No es ni lo mejor de Almudena Grandes, ni una gran película, pero está bien.

Biquiños

Gaucho Divino dijo...

Agradezco mucho el homenaje que brindas a "Para tí", quintaesencial canción eterna que significa tanto para algunos de nosotros. Desde la distancia, sin embargo, no veo relación alguna entre la obra de Almudena Grandes (mediocre en su totalidad en mi humilde opinión, incluso "Las edades de Lulú" me sigue pareciendo a día de hoy muy flojita, a pesar de aparecer en su día en la berlangiana e interesante colección de La Sonrisa Vertical; de la película me abstengo de hacer comentarios, claro) y la inmortal canción de El Zurdo. Son básicamente incomparables. Entre el buenrollismo oficial y sostenible y el arte arriesgado, divinamente maldito, media todo un abismo. Lástima la apropiación de una expresión íntima y genial para tan aséptico como olvidable producto.