Un tren de lo más confortable nos deposita en Quebec (asientos amplios, conexión wi-fi…). De camino vemos una aparatosa tormenta (coletazos del Ike, del que no volveremos a saber nada más).
Nuestro hotel-chateau se encuentra en la zona vieja de la ciudad, a unos metros del esplendoroso Frontenac (ver foto). Por no incluir en el equipaje el atuendo de gala y los complementos adecuados (joyas y otras minucias), optamos por un alojamiento “sensiblemente más barato”… Y para celebrar semejante ahorro nos dirigimos al pub irlandés, donde siempre hay garantía de diversión y gente.
Paseo por la calles de la ciudad amurallada, entre plazas que perfectamente podrían pertenecer al continente europeo. Sensación extraña de cercanía, pero ¿realmente estamos en América?
Calles bulliciosas, cuestas muy empinadas y escaleras de vértigo que ayudan a mantenerse en plena forma. Están celebrando su cuarto centenario, y qué jóvenes son!!!
Nuestro hotel-chateau se encuentra en la zona vieja de la ciudad, a unos metros del esplendoroso Frontenac (ver foto). Por no incluir en el equipaje el atuendo de gala y los complementos adecuados (joyas y otras minucias), optamos por un alojamiento “sensiblemente más barato”… Y para celebrar semejante ahorro nos dirigimos al pub irlandés, donde siempre hay garantía de diversión y gente.
Paseo por la calles de la ciudad amurallada, entre plazas que perfectamente podrían pertenecer al continente europeo. Sensación extraña de cercanía, pero ¿realmente estamos en América?
Calles bulliciosas, cuestas muy empinadas y escaleras de vértigo que ayudan a mantenerse en plena forma. Están celebrando su cuarto centenario, y qué jóvenes son!!!
10 comentarios:
Fotos preciosas. En las dos está el triangulo ideal. En cuanto a la entrada anterior, cuando estoy junto a la mar muchas veces miro hacia el interior buscando algo que no conozco. Pero necesito el mar cerca como referencia.
¡Qué maravilla!. Parece una ciudad tranquila para paseos y para sacarle partido a su belleza. Gracias por compartir las fotos.
Un besazo
gracias por la fotos, son una maravilla. Besitos
Muy cierto, viendo las imagenes no parece para nada una ciudad americana.
Qué envidia! Hace taaanto que no viajo que me están saliendo telarañas...
UN besico.
Pepe, al ver las fotos perdura la sensación de vacaciones y de buenos momentos. Me alegro de que te gusten.
El mar, el sonido de las olas, no sé, hay algo que inspira, que da pie a reflexionar. A mi en invierno me gusta pasear por la playa con el perro. Me relaja tanto.
Biquiños
Imaging, sí que es maravillosa la ciudad, y, aunque no había grandes aglomeraciones, se notaba que estaban de celebraciones, por la cantidad de actividades y por la ebullición que se respiraba. El paseo de la primera foto es una delicia, por un corredor, a un lado ese impresionante hotel (castillo majestuoso) y al otro el río.
Biquiños
Eva, al poner aquí las fotos, creo que el efecto alargar-las-vacaciones me sienta muy bien. Por lo tanto casi las gracias os las debería dar yo a todos los que os pasáis por aquí por compartir vuestro tiempo conmigo.
Biquiños
Irene, para mi viajar es LO MEJOR. Disfruto y sobre todo desconecto por completo (me transformo). Es el mayor de mis vicios.
Biquiños
Bien dicho! qué jòvenes son!! Tiene sus rinconcitos esta ciudad, pero verdad que no està a la altura de nuestras ciudades?? Siempre acabas encontrando el dominio americano.
Intento no hacer comparaciones, aunque es inevitable el aroma europeo. Tiene su propio encanto. Nosotros somos unos privilegiados por lo que tenemos, pero a mi Canadá me entusiasmó.
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