lunes, 20 de octubre de 2008

Horizonte

Mont Tremblant, Canadá, septiembre 2008


Ojalá pudiera describir la sensación que sentía aquí, sentada en una tumbona, incómoda en apariencia, pero sorprendentemente acogedora, contemplando el paisaje.

10 comentarios:

eva dijo...

que maravilla de foto, te sentirias de maravilla contemplando ese paisaje. Biquiños

Conciencia Personal dijo...

Esos paisajes son para recordarlos toda la vida, la contemplación es una virtud, que no todos tienen el don de disfrutar, gracias.

Besos, Monique.

Miguel dijo...

Estoy con Monique... no sólo es encontrar un paisaje tan estremecedor; hay que tener también la capacidad de darte cuenta de la belleza que tienes frente a tí.
Me pido un viaje a Canada... o dos.
Besos
(Y gracias por compartir tus fotos)

LU dijo...

Eva, subimos a lo alto, hicimos una ruta caminando y después me senté ahí y estuve un rato tranquilamente viendo a lo lejos el pueblo, el lago, las montañas, la naturaleza en su máximo esplendor…
Biquiños

LU dijo...

Monique, cuando sales de viaje y recorres sitios nuevos, a veces vas de aquí para allá, sin mucho tiempo para observar, contemplar y deleitarte. Sin embargo son esos instantes los que guardas como un tesoro. No es solo lo que ves, sino todo lo que sientes.
Ahora mismo estoy leyendo Palomar de Calvino y es una sensación muy similar.
Biquiños

LU dijo...

Imaging, al ver las imágenes (fotos), evocan muchas sensaciones que van mucho más allá de lo visual. Era lo que intentaba transmitir en esta entrada.
Biquiños

Nootka dijo...

que maravilla, que escape, que descanso

LU dijo...

Nootka, siéntate un rato y contempla ese rincón maravilloso que te ayude a recuperar ese tono tuyo, tan rosa. O, sino, corre a toda velocidad, suelta todos los sapos y culebras, y cuando ya no puedas más, busca ese paisaje relajante.
Biquiños

Kashtanka dijo...

Me encanta ese lugar, he estado en Otonyo, pleno invierno y en verano. No puedo decirme que estaciòn me gusta màs. Gracias por compartirlo conmigo, Lu!!

LU dijo...

Ese momento fue muy especial, no me encontraba bien y poder sentarme allí fue un lujo, un rincón de felicidad.

BIQUIÑOS