El niño de la bicicleta

Cyril, a sus 11 años, reside en una institución para menores. Su padre no responde al teléfono, y el apartamento en el que vivían está vacío. Tiene que encontrarlo. No comprende qué sucede. No quiere creer que ha vendido su bicicleta (él nunca haría algo así), y que se  ha marchado sin su propio hijo, sin una palabra. Corre a buscarlo por todo el barrio, y en esa desesperada carrera, arrolla a una mujer desconocida, y caen juntos.

Ella será su asidero, su referencia. Encontrará su bicicleta y a su padre. Le llevará de la mano. Vigilará sus sueños y sus andanzas. Intentará protegerle, cuidarle y alejarle de los peligros que acechan. Le brindará una oportunidad. Le mostrará con sus actos y su cariño que existen personas comprometidas y generosas. Le acompañará en su duro proceso de aprendizaje.

Padres que no se responsabilizan de sus hijos, que se deshacen de ellos como si fueran simples objetos decorativos. Un niño con severas carencias de afecto, de seguridad, de autoestima, de confianza, de esperanza, de apoyo, de valores sólidos que lo alejen de la violencia, los abusos, el engaño y el odio. Retrato de una infancia desprotegida con muchas posibilidades de engrosar las listas de la delincuencia juvenil. Sociedad que aplica parches endebles, sin planteamientos preventivos ni educativos eficaces. Pero esta historia tan cruda deja un pequeño resquicio a la esperanza en el personaje de esa mujer que comprende y actúa.

TÍTULO ORIGINAL Le gamin au vélo. DIRECTORES Y GUIONISTAS Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne. FOTOGRAFÍA Alain Marcoen. REPARTO Cécile De France, Thomas Doret, Jérémie Renier, Fabrizio Rongione, Egon Di Mateo, Olivier Gourmet. Bélgica 2011, 87 min. Festival de Cannes: Gran Premio del Jurado (Ex-aequo). Premios del Cine Europeo: Mejor guión. 4 nominaciones, incluyendo mejor película

Cada vez que los hermanos Dardenne deciden hacer una nueva película hay que prepararse para una fuerte dosis de esa realidad que desearíamos obviar. Ponen ante nuestros ojos imágenes poderosas que reflejan las miserias del ser humano. Cine incómodo, ajeno el entretenimiento. Mensajes directos, sin dulces envoltorios engañosos, sin piedad, sin establecer más juicios que los de cada espectador. 

Magníficos Thomas Doret y Cecile de France. Algunos momentos a destacar: Samantha le trae la bicicleta y Cyril le pide pasar un fin de semana con ella (limosna emocional); el encuentro con el padre, un hombre cobarde e insensible (desgarrador); el ofrecimiento de dinero de un robo a su propio padre (compra afectiva); todas las puertas que Samantha le abre, el perdón, el paseo en bici y la comida campestre (maravillosa, y al fin un rayo de sol).

Me han gustado las entradas de estos dos blogs: Un cine social y El amor después del mediodía.