Angélique asiste a reuniones
de un grupo de tímidos anónimos (siempre me ha resultado muy extravagante este
formato terapéutico, tan popular en la filmografía estadounidense). Se ha
quedado sin trabajo y acude a una entrevista, presa del pánico. Llega demasiado
pronto y los empleados la pillan in fraganti ensayando para sí misma cuanto ha
de decir. El jefe, Jean-René, durante el
encuentro con la mujer, apenas puede controlar todo un repertorio de extrañas
conductas. Por abreviar la contrata, aunque no precisamente en el puesto que
ella cree. Será la representante comercial de la fábrica de chocolate.
Esta pareja de tímidos, muy
muy tímidos, pasará por diversas situaciones donde tendrán que poner en
práctica ejercicios que le propone a él su psiquiatra, y estrategias de
afrontamiento que ella sigue para superar sus severas dificultades en las
relaciones interpersonales.
Una cándida comedia
romántica, con unos cuantos toques simpáticos (primera cena, dar la mano,
desmayo ante halagos, la canción, el recepcionista que sin conocerlo sabe cuál es
el problema de su huésped...). Hay algo que encandila, esa dosis de ingenuidad,
esos personajes retratados con esmero, las acertadas interpretaciones de ambos
actores protagonistas, y el aroma del chocolate, el regusto de los bombones que
se deshacen en el paladar.
TÍTULO ORIGINAL Les émotifs anonymes Francia - Bélgica 2010, 80 min. DIRECTOR Jean-Pierre Améris. GUIÓN Delphine Régnier-Cavero, Philippe Blasband,
Jean-Pierre Améris. MÚSICA Pierre
Adenot. FOTOGRAFÍA Gérard Simon.
REPARTO Isabelle Carré, Benoît Poelvoorde, Lorella Cravotta, Lise Lametrie, Swann Arlaud, Pierre Niney,Stephan Wojtowicz, Jacques Boudet, Grégoire Ludig, Céline Duhamel
4 comentarios:
Me pareció simpática pero algo tonta en su candidez.
http://cdecine.blogspot.com/2012/01/les-emotifs-anonymes-timidos-anonimos.html
Lu,
la vi por recomendación de Barga y me pareció una comedia agradable,sin más.A veces,eso ya es bastante,no?
biquiños
Xalons, a mi me pilló en el momento adecuado. Uno de esos días al final de la jornada, cansada y con ganas de algo simple, sin más. Un aroma a chocolate ya me tiene ganada y si además provoca sonrisas, no pido más.
¿Qué se excede en candidez? Sí, pero a veces resulta entretenida, y ya está.
Esa timidez da mucho juego.
Biquiños
Troyana, cuantas veces he empezado yo con una comedia agradable y dejarla porque me aburre o me parece absurda. En este caso, me dejó una sonrisa y se me pasó volando. El metraje breve ayuda a que esos excesos no acaben siendo parodia ñoña.
De vez en cuando algo así me sienta muy bien.
Biquiños
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