Con ganas de conocer algo más sobre tan “simpática” intervención, encamino mis pasos apresurados (siempre me hago el firme propósito de llegar con tiempo para ubicarme en un buen sitio, pero…) hacia el lugar donde se va a celebrar la charla. Al llegar, una amable azafata me entrega un globo, un folio con la letra de una canción de Roberto Carlos, unas páginas de periódico y un palillo chino, con la consigna de que guarde todo hasta que se nos indique el momento de utilizarlo. Vaya, vaya, esto promete. Asomo mi cabecita a la sala repleta de gente sentada, y de pie en los pasillos y laterales (uufffff). Me hago un hueco como puedo cerca de la entrada (imposible avanzar).
Cuánta necesidad de risas!!!
A lo lejos se oye la presentación del acto. Un hombre (no logro ver su cara), que asegura va a ser breve, introduce los grandes beneficios de la risa, tanto físicos, como mentales.
A modo de prueba nos comenta que cada uno en casa se haga un par de fotos, una con gesto serio y otra riéndose, y que las miremos detenidamente. La diferencia es obvia, incluso en cuanto a rejuvenecimiento, de unos 5 años…
A su lado se oye (sigo sin ver nada) a otra mujer, que cada 3 minutos aproximadamente pronuncia un ja ja ja. De verdad, lo dice, no se trata de una risa, sino de silabeo. Me pone de los nervios. Ya no sé que hacer con el palillo chino y los papeles, estrujada contra la pared, ni intento sacarme la bufanda, no hay espacio vital.
No, no me quedé. Aguanté media hora (probablemente la sesión teórica, sin más) y me entró tremendo agobio (rodeada de dos mocetones altos que impedían el más mínimo movimiento de mi cuerpo y una visión limitada a sus abrigos).
Al salir y respirar el aire polar, sentí alivio, y ganas de reír por lo ridícula de la situación.
¿Qué te hace gracia?
Cuéntalo y practicamos juntos.
Mi granito de arena, este vídeo. Yo soy de las que no puedo parar ante una risa contagiosa.
Cuánta necesidad de risas!!!
A lo lejos se oye la presentación del acto. Un hombre (no logro ver su cara), que asegura va a ser breve, introduce los grandes beneficios de la risa, tanto físicos, como mentales.
A modo de prueba nos comenta que cada uno en casa se haga un par de fotos, una con gesto serio y otra riéndose, y que las miremos detenidamente. La diferencia es obvia, incluso en cuanto a rejuvenecimiento, de unos 5 años…
A su lado se oye (sigo sin ver nada) a otra mujer, que cada 3 minutos aproximadamente pronuncia un ja ja ja. De verdad, lo dice, no se trata de una risa, sino de silabeo. Me pone de los nervios. Ya no sé que hacer con el palillo chino y los papeles, estrujada contra la pared, ni intento sacarme la bufanda, no hay espacio vital.
No, no me quedé. Aguanté media hora (probablemente la sesión teórica, sin más) y me entró tremendo agobio (rodeada de dos mocetones altos que impedían el más mínimo movimiento de mi cuerpo y una visión limitada a sus abrigos).
Al salir y respirar el aire polar, sentí alivio, y ganas de reír por lo ridícula de la situación.
¿Qué te hace gracia?
Cuéntalo y practicamos juntos.
Mi granito de arena, este vídeo. Yo soy de las que no puedo parar ante una risa contagiosa.
HACE UN AÑO: Aurora boreal
2 comentarios:
Ayuda que todos esos nenes tienen una cara chiste que no pueden con ella. Hiciste bien en irte, o acabas adicta a las charlas como en El club de la lucha pero en comedia.
De ser adicta, preferiría otras cosas, vaya…
Debo ser muy retraída porque lo de las risas orquestadas en un gran grupo me cohíbe ligeramente; y con palillos, globo, canción, periódico, pero sin apenas aire para respirar, un poco complicado.
JA JA JA
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