martes, 28 de marzo de 2017

Sebastião Salgado: Génesis y La sal de la Tierra



En una calle muy céntrica de Vigo, una exposición itinerante con fotografías del proyecto Génesis de Sebastião Salgado. Una oportunidad increíble para poder admirar su obra. Varios paseos entre las imágenes, sin rumbo. Una visita guiada, y volver ya con más referencias. Una verdadera maravilla.

Con gran curiosidad, recuperando un documental empezado en un par de ocasiones, pero sin completar (incapaz de seguir cuando se centra en catástrofes humanitarias: Ruanda y Yugoslavia); ahora parecía un buen momento. Y sin duda lo fue.

La sal de la Tierra
Un viaje con Sebastião Salgado


Desde hace 40 años recorre los continentes tratando de captar los cambios de la humanidad. Ha sido testigo de grandes acontecimientos que han marcado la historia reciente: conflictos internacionales, hambruna, éxodos, etc. Sin embargo, ahora decide visitar territorios vírgenes con grandiosos paisajes, fauna y flora exóticos. Gran homenaje fotográfico a la belleza del planeta. Participan en el proyecto su hijo Juliano y Wim Wenders, también fotógrafo.

Un trabajo exquisito de Wenders, quien habla de la primera imagen que vio de Salgado y lo impresionado que se quedó. Sobre su escritorio está el Retrato de mujer tuareg ciega. Llora cada vez que lo mira.


La fuerza de un retrato es que en una fracción de segundo entendemos un poco la vida de la persona que fotografiamos.

Un recorrido por la vida, los sueños y el dolor de este hombre.


Su padre quería que estudiase una carrera. Eligió Derecho, lo dejó e hizo Economía, que parecía iba a ser su profesión. Hasta que se cruzó en su camino una cámara de fotos comprada por su mujer, Lélia. Ella lo impulsó y apoyó siempre. Deja su prometedora carrera, se trasladan a París y allí empezará con su verdadera pasión.

Inicio dubitativo (bodas, desnudos), antes de encontrar su verdadera vocación.

Un fotógrafo es, literalmente, alguien que dibuja con la luz. Alguien que escribe y reescribe el mundo con luces y sombras.


Recorre el planeta y es testigo de formas de vida y destrucción.

Somos un animal feroz. Somos un animal terrible, nosotros, los humanos.

Todo el mundo debería ver estas imágenes para ver lo terrible que es nuestra especie. (Ruanda 1995).

Nos parecía que el planeta entero estaba cubierto de tiendas de refugiados.

No creía en nada. No creía en la salvación de la especie humana.

¡Cuántas veces tiré al suelo la cámara para llorar por lo que veía!


Hundido, rendido, su padre enferma, y entonces un plan salvador:

En la tierra devastada puede volver a surgir un bosque.

No había libros que enseñaran a replantar una selva atlántica.

Es muy agradable tocar un árbol que has ayudado a plantar.

Pequeños brotes de árboles que han surgido durante la noche, como Alicia cuando entra en el País de las Maravillas.

La tierra fue el remedio a la desesperanza de Sebastião.


Un proyecto al medio ambiente, un homenaje al planeta. Y entonces fue cuando descubrieron que casi la mitad del planeta sigue como el día del Génesis.

Génesis 2004 - 2013. Empezaría por Galápagos. Quería comprender lo que Darwin había entendido.

Soy tan naturaleza como una tortuga, como un árbol, como una piedra.

En Argentina, desde el barco pudo tocar una ballena y mientras la acariciaba veía que su cola temblaba, a 35 metros. Una sensibilidad excepcional.


Una carta de amor al planeta.


Antes de este documental me deslumbraba el fotógrafo y su obra. Y ahora, además, lo admiro profundamente, por su honestidad y compromiso.


The Salt of the Earth. Director Wim WendersJuliano Ribeiro Salgado. Guion Wim Wenders, Juliano Ribeiro Salgado. Música Laurent Petitgand. Fotografía Hugo Barbier, Juliano Ribeiro Salgado. Francia 2014, 100 min. Premios César: Mejor documental. Festival de Cannes: Premio Especial del Jurado ("Un Certain Regard"). Festival de San Sebastián: Premio del Público.


Acceso al documental.


4 comentarios:

Miguel dijo...

¡¡¡JO!!!!
Fui a una exposición, hace tiempo, increíble de Salgado en Madrid. Estas fotografías en blanco y negro me fascinaban. Siempre había algo en ellas que me dejaba sin palabras.

Cuando por fin pude ver el documental en pantalla grande, no solo volví a experimentar esas emociones que transmite; sus palabras y su sentimiento al describirlas te hacen ver que cada fotografía no es solo eso; es mucho más.

Los primeros diez minutos del documental (creo de Wenders debería centrarse es ellos) describiendo la mina a cielo abierto me conmovió.

Gracias LU por traerme este recuerdo.
Besos
Miguel

LU dijo...

Miguel, es verdad, yo me quedaba absorta ante las imágenes y sin palabreas…

En pantalla grande el documental ya tiene que ser una auténtica maravilla. Yo lo vi en casa, y en concreto desde la pantalla del ordenador… Y aún así me quedé fascinada….

Esa mina de oro, esas personas, esa multitud buscando, Cómo lo cuentan, el oro que todo lo cambia, esas miradas… TREMENDO!!!

Un verdadero placer compartir este tipo de sensaciones.

Gracias a ti por los comentarios.

Biquiños

Fran dijo...

Que tal LU!
Supongo que hay imágenes que no interesan, son esas que despiertan al ser humano que se supone llevamos dentro. Es una pena que incluso estando en la calle la gente no le preste mucha atención. Espero y deseo que estas maravillosas imágenes no acaben convertirse en uno de esos archivos que en el futuro sean visionados para ver como era la tierra antes de habérnosla cargado.
Bicos!

LU dijo...

Fran, es como todo. Tenemos tanto alrededor que prestamos atención a lo que nos venden mejor… Y a veces se nos pasan de largo las cosas más interesantes….

En cuanto a concienciar o sensibilizar, soy bastante pesimista. La Historia nos enseña que cometemos los mismos errores, o parecidos, muchas veces…. Y por lo tanto quienes pueden evitar las guerras o hacer algo por el medio ambiente, supongo que tendrán unos intereses muy alejados de estas imágenes….

En cualquier caso es realmente increíble poder observar esos lugares que todavía mantienen nuestra esperanza.

Boas noites.

Biquiños