La soledad

DIRECTOR Jaime Rosales
REPARTO Sonia Almarcha, Petra Martínez, Miriam Correa, Nuria Mencía, María Bazán, José Luis Torrijo, Jesús Cracio, Lluís Villanueva, Juan Margallo
España 2007 133 min.
GUIÓN Jaime Rosales, Enric Rufas
FOTOGRAFÍA Óscar Durán
2007: 3 Premios Goya: mejor película, mejor director, mejor actor revelación (José Luis Torrijo). 3 nominaciones

"Un reparto sobresaliente contribuye a hacer del resultado algo tan inusual que debe ser llamado por su nombre: una obra maestra." (Jordi Costa: Diario El País)

"Una mirada múltiple que destila autenticidad, emoción y sabiduría, cinematográfica y humana. (...) los actores, sin excepción, mantienen un deslumbrante tono de naturalismo magnético (Alberto Bermejo: Diario El Mundo)

Desde el principio tuve mucha curiosidad por ver esta película. No sé si a mi se me escapó o en Vigo no la estrenaron. Parece ser que hay muy pocas copias de la cinta. Bueno... La premian en Los Goya, algo que al menos yo, no me esperaba en absoluto, y entonces ya no tengo excusa, me entran las prisas y quiero VERLA YA.

Adela abandona el pequeño pueblo en el que vive y se marcha con su hijo de 13 meses a Madrid. Allí alquila una habitación en un piso con 2 desconocidos. Por otro lado está la familia de una de sus compañeras de piso, sus hermanas y su madre.

Entramos cautelosamente en sus vidas, desde sus actos más simples, a sus sufrimientos más intensos.

A mi me hizo recordar TANTOS momentos. Mi estancia en Salamanca, llegar a una cuidad donde no conoces a nadie, vivir con extraños…. Esa época fue una de las mejores de mi vida. Largas conversaciones después de la comida o la cena, con cafés interminables. El compartir cada pequeño instante o sentimiento.

También se entremezclan todas esas fuertes sensaciones ante situaciones altamente traumáticas, muy similares a las que en el último año han sucedido en mi entorno, a personas a las que estimo y quiero mucho. Pienso en la soledad, en sentirla a pesar de la gente que nos rodea. Y en la impotencia ante el sufrimiento ajeno. ¿Qué hacer cuándo no podemos ayudar a solucionar los problemas? ¿Cómo aliviamos ese dolor? ¿Nos mantenemos algo al margen, disponibles, pero no torpemente insistentes? ¿Escuchamos y lloramos, o nos ponemos la careta de la empatía? ¿Abrazamos fuertemente?

Las disputas familiares, de lo más común, entre hermanas, el dinero, los bienes materiales. Quieres pensar que NUNCA te va a suceder algo parecido, pero entonces ¿Por qué son tan habituales?

Creo que hay películas que conmueven y ésta es una. He tenido la sensación de vivir la historia desde dentro. Me ha golpeado en mis puntos más débiles, puede que por estar yo especialmente vulnerable a los temas que trata. Pero es más bien como los muestra y como llegan, contundentes y directos.

Menos mal que la ví desde el sofá de mi casa, porque no me gusta perder el control en una sala de cine, y creo que lo hubiera pasado realmente mal.

Jaime Rosales habla de “perder el miedo a hablar de la muerte… de la necesidad de enfrentarse a las cuestiones más complicadas de la vida… de la soledad existencial…” (Entrevista en HOY CINEMA)

Dentro de unos meses o un año, la volveré a ver, con distancia emocional; y entonces pensaré en los actores y en la polivisión (vocablo que acabo de aprender). Ahora se queda en un lugar privilegiado de mi estantería, entre las favoritas.