lunes, 15 de octubre de 2012

Cena de amigos



Difícil explicar lo mucho que les fascina a los franceses el cine de reuniones “amistosas” alrededor de una mesa, con vino, quesos y secretos amorosos.

¿Cómo afrontan estos personajes esa velada? No todos parecen entusiasmados por la idea:

Fingir que río. Hacer preguntas cuando me dan igual las respuestas.

Parejas y desparejados:



Los anfitriones: abogada experta en divorcios (temible) y marido polaco con ocupación incierta ante un ordenador en el salón de su casa. Él será el cocinero, con un plato típico de su tierra natal (no del agrado de cualquier paladar).

Hermana resentida (y actriz) que acude con un hombre mucho mayor que ella. Incapaz de perdonar el abandono paterno cuando era adolescente.

Profesora de flamenco, con planes para regentar un típico restaurante de tapas, y olé.



Montador de cocinas, artífice de la total transformación del acogedor rincón donde se juntarán esa noche.

Amigos: ginecóloga (a punto de abandonar a su marido; de hecho intenta quedar con él a solas para decirle de una vez que se marcha) y oncólogo (deprimido por tanta enfermedad y muerte).

Conocidos con expectativas a asociarse en el terreno laboral: abogado prestigioso y su mujer (incómoda cuando se habla de su proyecto de escribir un libro sobre autismo).


El padre, no invitado a compartir mantel, pero habitante repentino de la casa.

Hay unos cuantos momentos de tensión e intriga durante la cena. Y, con la perspectiva de un año, supuestamente la idea es volver a juntar al grupo, se nos muestra la evolución de cada una de las historias y enredos.

Entretenida, sin más. Esto ya lo hemos visto en más ocasiones, con más chispa y mejor guión.



Un par de frasecitas para la reflexión:

Empezamos con un toque pesimista (¿realista?)

A la amistad la salva la hipocresía. Al amor, la mentira.

Esto me gusta mucho más:

Ha sido una historia muy bonita porque, sobre todo gracias a ti, he entendido quién soy.

TÍTULO ORIGINAL Le Code a changé. DIRECTOR Danièle Thompson. GUIÓN Danièle Thompson, Christopher Thompson. MÚSICA Nicola Piovani. FOTOGRAFÍA Jean-Marc Fabre. REPARTO Karin ViardDany BoonMarina FoïsPatrick BruelEmmanuelle SeignerChristopher Thompson,Marina HandsPatrick ChesnaisBlanca Li. Francia 2009, 100 min.



6 comentarios:

TRoyaNa dijo...

Lu,
la vi y me gustó,sin más,pero sin tirar cohetes.
En cualquier caso,me dio qué pensar y eso siempre suma puntos.

Me pilla ahora en un momento diferente a cuando le dediqué una entrada,y en algunas cosas me doy cuenta he variado mi punto de vista.
Por ejemplo,creo que la sinceridad ha de estar dosificada y no siempre estamos preparados para la sinceridad de los demás.Pienso,ahora, que la sinceridad a veces es excusa para la crueldad o incluso para la brutalidad y que a veces un amigo,no necesita un consejo y menos un juicio,sólo alguien que sepa ESCUCHAR.Y no es fácil eso,nos cuesta horrores no emitir opinión.

Te dejo enlace de la entrada que en su día le dediqué por si te quieres pasar:

http://historias-troyanas.blogspot.com.es/2011/07/cena-de-amigos.html

La otra frase es preciosa y yo creo que cierta,toda relación significativa te ayuda a saber quien eres en realidad.

Biquiños

Manderly dijo...

A mi también me van gustando cada vez más este tipo de comedias francesas que se me hacen divertidas y entretenidas, sin ir más allá.
Me la apunto (otra más).
También creo que debe ser interesante 'El nombre' que se estrenó hace poco.
Saludos.

LU dijo...

Troyana, he pasado primero por tu blog. Ya sabes que siempre quiero leer vuestras opiniones, y comentarlo.

Sí, se ve, sin más. Y sí, da pie a unas cuantas reflexiones.

Sinceridad dosificada, qué complicado!!!! Partimos de la base de que estamos tratando el tema desde la amistad. Y ahí es donde creo cobra especial importancia la sinceridad. Eso tampoco equivale a aquí te pillo aquí te mato… Claro que hay que tener en cuenta a la otra persona, pero si un amigo no nos dice lo que realmente piensa, ¿quién lo va a hacer? Por mucho que fastidie, incluso duela, yo prefiero esa sinceridad a la hipocresía o disimulo bienintencionado.

No confundir sinceridad con otras cosas. Se puede decir lo peor sin ofender, sin crueldad, desde el máximo respeto y cariño. Han de unirse, y se ha de hacer llegar así, no como un ataque cargado de razones.

Es complicado, y hemos de saber muy bien a quién tenemos delante y elegir el momento más adecuado.

Consejos, juicios, es tan fácil caer en esa trampa. ESCUCHAR, apoyar, esas son las claves. Y después hablar desde el respeto.

Cada vez creo menos en los consejos.

Me encanta esa frase final, y ahora mismo, más.

Biquiños

LU dijo...

Manderly, pues creo que se puede incluir perfectamente en ese grupo, aunque es un tanto agridulce.

Apunto la de El nombre.

Biquiños

Manderly dijo...

Pues ya la he visto y me ha entretenido sin más. Es un tipo de película muy habitual del cine frances. La última de este tipo es la de Pequeñas mentiras sin importancia, es decir, una reunión de personas conocidos o no y sus problemas.
Todavía tengo pendientes otras de tus recomendaciones... no las olvido, pero es que voy poco a poco...
Saludos.

LU dijo...

Manderly, coincidimos, entretenida sin más. Cómo les gustan estas reuniones de amigos que dan pie a todo tipo de enredos a los cineastas franceses!!!!

Yo tampoco consigo ponerme al día. Veo una y apunto unas cuantas, je je je

BIQUIÑOS