martes, 5 de junio de 2012

El asesino hipocondriaco de Juan Jacinto Muñoz Rengel


Superado el impulso de salir corriendo que provoca tan horrenda portada, me encuentro con un libro de los que se lee “fácil”: capítulos breves y una prosa muy ágil. Llega el verano y, al menos yo, busco lecturas ligeras, a poder ser divertidas. Pasar un buen rato, vaya.

Sinopsis: El señor Y. debe cumplir su último encargo como asesino profesional, pero para conseguirlo tendrá que superar un grave obstáculo: no le queda más que un día de vida. ..En realidad, el enigmático asesino a sueldo que responde a las iniciales M.Y. lleva años muriéndose, desde el mismo momento en que vino a este mundo. Le persiguen tantas enfermedades que cualquiera podría considerarlo un milagro médico. Ahora, por encargo de un cliente misterioso que se mantiene en la sombra, debe matar al escurridizo Eduardo Blaisten antes de que le asalte una apoplejía terminal o una úlcera gangrenosa o un empeoramiento de su Síndrome de Espasmo Profesional...Su incomprensible mala suerte irá frustrando uno tras otro todos sus intentos de homicidio, y estableciendo una mágica conexión entre sus propias penalidades y los grandes males físicos, psicológicos e imaginarios, que torturaron a Poe, Proust, Voltaire, Tolstói, Molière, Kant y al resto de los hipocondríacos ilustres de la historia de la literatura y el pensamiento...

Bajo esa capa de humor (negro), sufrimos por este protagonista obsesivo y todas sus agonías. Es un hombre solo. Erudito en las penalidades biográficas de famosos escritores que refuerzan sus dolencias.

Se encuentra ante obstáculos disparatados que van complicando el simple propósito de matar.


Advertencia, no apto para hipocondriacos, podrían agravarse sus síntomas.






Web del libro, desde donde se puede acceder a los primeros capítulos, o escucharlos.



2 comentarios:

Pepe del Montgó dijo...

La portada del libro no es de las que atraen en una librería, pero claro, lo importante está en el interior.

LU dijo...

Ya, pero la belleza interior no está reñida con un poco de buen gusto…

Biquiños y a disfrutar con el tenis