La dulce envenenadora – Arto Paasilinna

Una ancianita de aspecto agradable en un sereno paisaje campestre, lo que se dice una estampa encantadora.

Así empieza esta historia repleta de fino humor negro que arremete contra el tópico de sociedad del bienestar de los países escandinavos. Una anciana, viuda, que vive en su casa es acosada por su sobrino y sus dos amigos y huye a Helsinki. Desde allí ha de defenderse y para eso decide elaborar un potente veneno. Situaciones surrealistas, personajes desquiciados, violencia, carencia total de valores y respeto, son algunos de los temas que trata esta entretenida novela.


… era consciente de que no tenía madera de estafador de altos vuelos. Le faltaba formación. La cosa hubiera sido diferente si hubiera sido licenciado en económicas, o en empresariales. Realizar operaciones en negro y falsificar balances exigía unos sólidos conocimientos financieros y buenos contactos.

… la condena por asesinato era la misma, con independencia de la edad de la víctima. Lo cual era del todo injusto. Habría sido más equitativo, según Kake, ajustar la pena por homicidio en función de la esperanza de vida de la víctima. Vamos, que si uno se cargaba a un bebé que hubiese podido vivir, por ejemplo setenta años más, sería razonable una condena de diez años de cárcel, si no más. Pero si, por el contrario, uno se cargaba a un viejo carcamal, debería bastar con una multa, ya que la pérdida tampoco era tan significativa.

Además, preparar una mezcla mortal tenía que ser, por fuerza, una actividad mucho más apasionante que pintar porcelana o hacer ganchillo. En su situación, incluso le parecía un pasatiempo muy útil, a pesar de su matiz un tanto macabro.