sábado, 5 de septiembre de 2009

Los aires difíciles – Almudena Grandes

Aunque prefiero textos de menos páginas (manías personales), siento especial debilidad por esta autora y no me importa la cantidad, cuando la calidad está plenamente asegurada. Me encanta su forma de escribir y la profundidad de los personajes en esta novela.

Hace unos meses volví a ver la adaptación para el cine realizada por Gerardo Herrero (enlace), y me quedé con las ganas del texto original.

Ha sido la historia que me ha acompañado todo el mes de agosto, en trenes, autobuses o en casa. Los protagonistas huyen de un pasado turbulento, con una imperiosa necesidad de comenzar de nuevo. Abandonan Madrid para instalarse en la costa gaditana. Se desvelan secretos inconfesables, se superan miedos y se desdibujan viejas pasiones y ambiciones. El viento sopla fuerte arrastrando los recuerdos, las culpas, los miedos y los sabores amargos. La vida continúa y les brinda una nueva oportunidad.

Bucle dulce y maligno de los finales felices.

Reseñas en la red:

…la gobierna la más justa ambición de todo escritor: la de encerrar el mundo en un libro, la de dar soplo vital a personajes a los que parecemos conocer mejor que nadie, la de organizar y disponer con inteligencia los materiales y los destinos. Los aires difíciles tiene el aliento de las grandes novelas inolvidables, el vigor arrollador de las historias que creíamos ya desaparecidas, la renovada confianza en que la estructura y el ritmo narrativos arrastran e iluminan al lector mientras se adentra en el laberinto de las pasiones humanas en conflicto.

RESUMEN: Juan Olmedo y Sara Gómez son dos extraños que se instalan a principios de agosto en una urbanización de la costa gaditana dispuestos a reiniciar sus vidas. Pronto sabemos que ambos arrastran un pasado bien diferente en Madrid. Sin buscarlo, «abocados a convivir como los únicos supervivientes de un naufragio», intercambiarán confidencias y camaraderías gracias a la inesperada complicidad que propicia compartir una asistenta, Maribel, y el cuidado de los niños. Sara, hija de padres menesterosos, que vivió una «singular infancia de vida prestada» con su madrina en el barrio de Salamanca, sufre el estigma de quien lo tuvo todo y luego lo perdió. Juan Olmedo, por su parte, huye de otras injusticias: la de una tragedia familiar y un amor secreto y torturante, que han estado a punto de arruinar su vida. Como el poniente y el levante, esos aires difíciles que soplan bonancibles o borrascosos en la costa atlántica, sus existencias parecen agitarse al dictado de un destino inhóspito, pero ellos afirman su voluntad férrea de encauzarlo a su favor.



HACE UN AÑO: Segunda piel

2 comentarios:

Jack dijo...

En su momento vi la película y me pareció una malísima adapatación de una muy buena novela. Claro, que entonces no era la Sra. Ministra de Cultura. Yo creo que debería quedarse como ministra de esto o de lo otro y dejarnos a los cinéfilos en paz porque la pobre no sirve para guionista. La novela que leí a continuación por aquello del boom, me gustó mucho.

LU dijo...

Jack, desde mi pasión por el cine y la literatura., afronto siempre con mucho miedo las adaptaciones de ciertos libros. En este caso creo que era una tarea muy complicada, pero como ya expuse al hablar de la película, el resultado es tan flojo... Y ahora que me he leído el libro, peor me lo pones.

De la ministra prefiero no hablar, porque empezó arrasando, pero ahora parece tranquila y esperemos que no se despierte la fiera.

Biquiños