miércoles, 16 de septiembre de 2009

Viajes con Heródoto – Ryszard Kapuscinski

Primer libro que disfruto de este autor, al que desde hace ya mucho tiempo, le tenía verdaderas ganas. No es un relato de viajes al uso. No es una transcripción de las batallas de griegos y persas. No es un estudio antropológico, ni una recopilación de crónicas. Es su búsqueda constante, que parte del deseo de cruzar al otro lado de la frontera de Polonia en los años 50. Su primera misión le llevará a la India y a parir de ahí ejercerá de reportero en países muy lejanos y de costumbres muy diferentes.

Regresé de aquel viaje con el sentimiento de vergüenza por mi falta de conocimientos, por la insuficiencia de mis lecturas, por mi ignorancia. Aprendí que una cultura distinta no nos desvelará sus secretos tan sólo porque así se lo ordenásemos y que antes de encontrarnos con ella era necesario pasar por una larga y sólida preparación.

Intenta asimilar, aprender y entender aquello que le rodea. Se documenta, pregunta y observa todo con detenimiento. Y siempre le acompaña su admirado Heródoto, desde un extenso tratado histórico, con enfoque globalista.


… cientos de millones de horas en construir murallas, horas que en un país pobre se habrían podido emplear en cosas tan útiles como aprender a leer y aprender un oficio, en cultivar nuevos campos y criar un hermoso ganado.He aquí por donde escapa la energía del mundo.( Sobre la muralla china).

La cultura siempre ha sido una ocupación aristocrática. Cuando se aparta de este principio, desaparece.

… el viaje no empieza cuando nos ponemos en ruta, ni acaba cuando alcanzamos el destino. En realidad empieza mucho antes, y prácticamente no se acaba nunca porque la cinta de la memoria no deja de girar en nuestro interior, por más tiempo que lleve nuestro cuerpo sin moverse de sitio. A fin de cuentas, lo que podíamos llamar “contagio de viaje”, existe, y es, en el fondo, una enfermedad incurable.

Rituales curiosos: La magia del amanecer en el desierto. Mojar la cara con agua para que la sequen los primeros rayos, y el resto del día el calor sea benevolente o proporcione una sombra donde resguardarse.

Escenas divertidas: el recorrido que hace para tirar una botella de cerveza vacía en el Cairo o la extraña visita a lo alto de un minarete.

Thomas Mann: “el escritor es aquel al que escribir le resulta más difícil que a las demás personas”. Sin embargo, ¿por qué todos queremos escribir un libro?


9 comentarios:

Mónica dijo...

Sí señora, Ryszard Kapuscinski. Lectura más que recomendable. Gracias por recordármelo, tengo algunos pendientes. Un abrazo y feliz miércoles. Me encanta venir a verte.

Pepe del Montgó dijo...

Me ha gustado mucho la descripción del tiempo que dura un viaje.

Penélope dijo...

tiene muy buena pinta

Anónimo dijo...

sí señor, muy buen libro..

Mónica dijo...

Buen comienzo de semana :) un abrazo

LU dijo...

Mónica, yo tengo una lista inmensa de lecturas para empezar o para algún día, ya no lo sé muy bien. Se hace lo que se puede. Sin duda, éste es un gran libro.

He recibido tu postal. Muchas gracias.

A mitad de semana, y recién aterrizada del segundo tramo de vacaciones.

Biquiños

LU dijo...

Pepe, tiene partes memorables. Y resulta sumamente curioso como alguien puede iniciar una carrera profesional, en este caso como reportero de prensa en el extranjero. Simplemente quería experimentar la sensación de cruzar la frontera, ver el otro lado y volver. Pero una vez empezado el trayecto, ya no pudo parar.

Me gusta viajar, ver documentales sobre sitios diferentes y leer sobre viajes. En cada momento lo que se puede.

Biquiños

LU dijo...

Penélope, creo que te va a gustar mucho. Te lo llevo el viernes... si me acuerdo.

Ganas de veros

LU dijo...

Jordim, ahora a buscar otro que lo iguale o supere.
Gracias por tu comentario y me pasaré por tu blog a husmear un poco.