La pusieron ayer por la noche en el ciclo que le está dedicando La2 al cine español, y fue una muy grata sorpresa.
Martín, un
abogado frustrado que se dedica a vender perfumes, se reencuentra con Roberto,
un antiguo y brillante compañero de estudios, y queda prendado de su mujer. Una
noche Roberto le pide ayuda a Martín, porque cree que ha matado a un hombre que
rondaba a su amante.
El guión posee todos los ingredientes para enganchar
desde el principio. Una cadena de apariencias y de engaños. Un hombre
resentido, que no soporta a los niños ricos, que se considera mejor, y que, sin
embargo no ha alcanzado el éxito en la vida. Se siente un fracasado, y le puede
el rencor, y la envidia. Se enamora de la mujer de su ex compañero de la facultad,
al que desprecia. Y pronto verá la oportunidad de acercarse a ella. Aunque las
cosas no salen exactamente como las planea….
Excelentes
interpretaciones por parte de los actores protagonistas. Fantásticos diálogos y
maravillosa fotografía. Un desenlace brillante. Para
mi, un gran descubrimiento esta cinta. Cine negro de altísima calidad.
Director
de Raza, y también de obras tan increíbles como Historias de la radio.
España 1952, 100
min. Director José Luis Sáenz de Heredia. Guión Carlos Blanco. Música Manuel Parada. Fotografía Manuel Berenguer (B/N). Reparto Raf Vallone, Elena Varzi, Julio Peña, Fernando Fernán Gómez, Emma Penella,Félix Dafauce, Gaspar Campos, Aníbal Vela, Fernando Sancho, Carlos Díaz de Mendoza, Antonio Riquelme. Productora Chapalo Films S.A.
2 comentarios:
Que tal Lu,
No la he visto pero la pongo en mi lista de "pendientes". Hay mucho, muchísimo cine español interesante y digno de ser visto. Desgraciadamente muchas de esas grandes obras han caído en el olvido por varios y diversos motivos. Esa "Historias de la radio" es una autentica maravilla, por supuesto casi todas estas pelis tienen ingredientes de la época, pero bueno, es lo que tocaba. Luego habia genios que se la colaban a la censura de forma brillante.
Saludos!
Fran, me encanta encontrarme casi por casualidad con películas como éstas, medio escondidas en el baúl de los olvidos. Y tener esa sensación de lo bien que se hacían las cosas, cuando había de fondo buenos profesionales (independientemente de las leyes políticas de la época, y todo lo que eso conllevaba). Desde luego colársela a la censura es un arte. Y sí, ciertos elementos son inevitables (esos toques folclóricos que a mi personalmente no me hacen ni pizca de gracia).
Buen verano
Biquiños
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