miércoles, 9 de julio de 2014

Una familia de Tokio



El viejo Shukichi Hirayama (Hashizume) y su esposa Tomiko (Yoshiyuki) viven en una pequeña isla. Aunque no les gusta la vida urbana, van a Tokio a pasar unos días con sus hijos. El mayor (Masahiko Nishimura) dirige un hospital; la mediana (Tomoko Nakajima) es dueña de un salón de belleza, y el pequeño (Satoshi Tsumabuki) trabaja en el teatro. Remake de "Cuentos de Tokio" de Yasujiro Ozu.


Sentía gran curiosidad por ver esta adaptación, y, sin llegar a la altura de la rodada por Ozu, es un precioso homenaje.

Pronto sientes como esa pareja mayor estorba en los quehaceres cotidianos de sus hijos. Se los quitan de encima como pueden, los mandan de excursión en el bus turístico de la ciudad, y después les obsequian con una estancia en un hotel. Tal vez ha sido un error y deberían regresar a su casa.


Una noche se separan para vivir experiencias muy diferentes. El marido ha quedado con un viejo amigo, se emborrachan y éste le desvela la verdad sobre el ficticio triunfo laboral del hijo del que parecía tan orgulloso. Resaca y bronca familiar a la mañana siguiente.

Ella va a pasar la noche al diminuto apartamento del menor de sus vástagos y allí conoce a su novia y surge la magia. Una conversación y la sensación de que todo está mejor de lo que creía. Se siente al fin tan contenta.


Una vez más, el tema de las personas ancianas y lo poco que encajan en la vida de los hijos.

Repleta de momentos conmovedores y otros de vacío y desafecto. Intimista y reflexiva. Bella y triste.


Título original Tokyo kazoku. Director Yôji Yamada. Guión Yôji Yamada, Emiko Hiramatsu. Música Joe Hisaishi. Fotografía Masashi Chikamori. Reparto Isao Hashizume, Kazuko Yoshiyuki, Tomoko Nakajima, Yu Aoi, Yui Natsukawa, Satoshi Tsumabuki, Masahiko Nishimura, Shigeru Muroi, Shozo Hayashiya, Etsuko Ichihara,Bunta Sugawara. Japón 2013, 146 min. Premios: Seminci de Valladolid: Espiga de Oro (Mejor película)


En este blog ya he reseñado otro trabajo de este director: El pañuelo amarillo de la felicidad, que unía a compañeros extraños de viaje. Y he dedicado una entrada a Cuentos de Tokio, en mi opinión, una joya.


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