Nº de páginas: 128 págs.
SALAMANDRA, BARCELONA 2006
ISBN: 9788498380033
Una fría mañana
de noviembre, tras un penoso viaje, un anciano desembarca en un país que podría
ser Francia, donde no conoce a nadie y cuya lengua ignora. El señor Linh huye
de una guerra que ha acabado con su familia y destrozado su aldea. La guerra le
ha robado todo menos a su nieta, un bebé llamado Sang Diu, que en su idioma
significa «Mañana dulce», una niña tranquila que duerme siempre que el abuelo
tararee su nana, la melodía que han cantado durante generaciones las mujeres de
la familia. Instalado en un piso de acogida, el señor Linh sólo se preocupa por
su nieta, su única razón de existir hasta que conoce al señor Bark, un hombre
robusto y afable cuya mujer ha fallecido recientemente. Un afecto espontáneo
surge entre estos dos solitarios que hablan distintas lenguas, pero que son
capaces de comprenderse en silencio y a través de pequeños gestos. Ambos se
encuentran regularmente en un banco del parque hasta que, una mañana…
Hasta aquí podemos leer
porque en esta sinopsis, que acabo de “mutilar” cuentan el argumento completo.
Para mi, el gran hallazgo
literario de este verano. Encontrado, como tantas veces, por pura casualidad,
leyendo las reseñas de un blog de viajes….
Es realmente entrañable. A
medida que avanzo me voy encariñando más y más con sus personajes. Un canto a
la soledad y a la amistad. Al sentirse tan extraño en u país lejano de lengua y
costumbres diferentes. La desolación de un anciano que ha de luchar por la vida
de su nieta.
Escenas como los encuentros
de los dos hombres, los recuerdos de cada uno, sus saludos, sus malentendidos
lingüísticos, esos tragos compartidos, el tiovivo, el parque, el vestidito….. Y
un final sorprendente. Una delicia, altamente recomendable, y además se lee en
un plis plas.
En la tartaruga he comentado
las dos películas de este polifacético autor: Hace mucho que te quiero y
Silencio de amor.
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