viernes, 19 de julio de 2013

Searching for sugar man



Una noche a finales de los 60, a orillas del río cubierto de una espesa niebla, en un pequeño local de Detroit, actúa Sixto Rodríguez. Allí están dos productores, que se marchan muy satisfechos con su gran descubrimiento. Parece un hombre sin un techo bajo el que cobijarse. Cuando le citan, siempre elige una esquina de cualquier barrio. Publican un primer disco destinado a alcanzar un gran éxito. Canta de espaldas al público y se empeña en mantener su nombre, con poco gancho comercial. ¿Tal vez no ambicionaba fama y reconocimiento? Lanzan un segundo álbum y el fracaso es estrepitoso. Si tenía todo a su favor ¿por qué no triunfó?  Desaparece de la escena musical, como tantas otras promesas truncadas.

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4 comentarios:

TRoyaNa dijo...

Lu,
me gustó mucho,me sorprendió,me emocionó su talento y su humildad.
La vi en el cine y recogí todas mis impresiones aquí:
http://historias-troyanas.blogspot.com.es/2013/03/searching-for-sugar-man.html
biquiños

LU dijo...

Troyana, música, buena gente, casualidades (o no). La música de las emociones, de los recuerdos, de momentos importantes en la vida. De hacer consciente a la gente de que hay un antisistema, que no hay que obedecer a ciegas. La fuerza que puede dar la simple letra de una canción, una frase…. Ese sentimiento tan profundo que nos deja una canción, que nos transporta desde el salón de nuestra casa, o desde el tren mientras suena en el mp3, a tantos recovecos olvidados o futuros.

Esos dos hombres interesados en saber algo más sobre la vida de Rodríguez. El querer saber cómo es esa persona que tanto les ha dado. Joo, es que es increible. Menuda experiencia.

Vamos a uno de sus conciertos.

Encima, ya sabes como soy, esta semana se iban uniendo tantas casualidades. Mientras escribía la entrada, Mandela cumplía 95 años. Y ayer escuchaba en un telediario que la ciudad de Detroit se declaraba en bancarrota…..

Biquiños de sábado pre-vacacional

Miguel dijo...

Recuerdo que la vi según tuve noticias del documental en un espacio nuevo en el Matadero de Madrid.

Surgió en una sala abarrotada un sentimiento común de que hay que seguir los sueños aunque no te lleven al éxito.

Un documental que te lleva por dónde quiere, y con la música increible y desconocida.

La recomiendo por el buen rollo que te deja; porque no hay muchas películas que te dején ese buen sabor al salir del cine.

Ya nos contarás qué tal en directo.
Parece que por aquí huele a vacaciones.

Un beso.

Miguel

LU dijo...

Miguel, me gusta esa sensación de seguir los sueños. Y lo del éxito, supongo que los artistas aspiran a él, aunque no para todos es imprescindible. Curiosa la forma en la que este hombre recibe todas las noticias que le llegan de Sudáfrica. Me encanta esa humildad, esa sensación de no poder creerse lo que está viviendo tantos años después.

Es verdad, acabas de ver la peli y te quedas encantada, con la música, con lo felices que están los fans y el propio autor y su familia. Y encima con una colección de excelentes canciones.

No lo he visto en directo, salió en un telediario. Pero, quién sabe.

Mañana mismo el olor a vacaciones será muy intenso. Último despertador, sí sí

Biquiños