¡Silencio!
Manifiesto
contra el ruido, la inquietud y la prisa
Pedro
Bravo
En
agosto quería textos ligeros, ficción. No sabría explicar los
motivos de esta elección justo ahora. El libro estaba en mi lista de
pendientes y podría haberlo buscado en otoño.
Estoy
segura de que va a ser una de mis mejores lecturas del año. He
guardado muchos párrafos (y podrían ser más). Me ha hecho sentir y
reflexionar. Cada vez más amiga de lo susurrado. Encaja de lleno en
el estilo de vida alternativa ante tanta prisa, empoderamiento,
ambición y exhibicionismo. Inspirador.
Copio
fragmentos
[…] el
silencio absoluto es incompatible con la vida y viceversa. Vivir
suena.
Hemos delegado casi todo a las herramientas
tecnológicas, desde guiarnos por la ciudad hasta escribir una carta
de amor. Hemos dejado que nos hagan la vida fácil solo para ocupar
el tiempo que antes nos quitaba la resolución de los asuntos
cotidianos en estar permanentemente conectados a la miríada de
contenidos que nos ofrece el mercado, constantemente pendiente de las
actualizaciones de las aplicaciones, continuamente interrumpidos por
mensajes irrelevantes que nos distraen de lo importante. Enganchados
a la inquietud.
La necesidad de adulación anula la
capacidad para aceptar no ya las críticas, sino las opiniones
divergentes. El yo cebado excluye a los demás, a todos los demás.
Si
somos personas marca, nuestra competencia son otras personas. Por eso
nos dedicamos a hablar de nosotros mismos todo el rato, para ocupar
el espacio que creemos merecer, para que nos hagan caso, nos den
likes, nos contraten, lean nuestros textos, compren nuestros libros,
vean nuestros programas. Si somos personas marca, tenemos que crear
constantemente contenido para estar en todo momento en las pantallas
de no se sabe quién porque el resto también son personas marca que
crean constantemente contenido y aquí empieza a haber falta de
público para tanto mensaje.
Así,
con todo el ruido que emitimos y que nos emiten, es imposible
observar, escuchar, empatizar. Y nos vamos encerrando en nuestro
ensimismamiento, consolidando nuestro cabreo sordo que tratamos de
ocultar para seguir mostrándonos simpáticos en nuestros contenidos
y canales por eso de mejorar el rendimiento de nuestra marca
personal.
El charloteo es simpatía. El silencio es
antipático.
El
ruido, la inquietud y la prisa nos hacen estar más solos al mismo
tiempo que nos impiden disfrutar de la soledad.
Distanciarse
es verlo todo, incluido uno mismo, con perspectiva, alejarse de la
cacofonía del saber convencional para oír la voz propia. Para eso
es necesario aprender a estar solos.
Todos
somos expertos incluso de lo que desconocemos, repetimos dogmas
aprendidos y nos negamos a escuchar los argumentos que nos puedan
hacer dudar. Nuestra "ignorancia ilustrada" nos impide
disfrutar del milagro de la observación libre de certezas.
El
saber se ha convertido en un producto de consumo.
Finalmente,
todos somos eso de lo que tanto nos reímos: todos somos un poco
cuñados; sobre todo cuando llamamos así a los otros, convencidos de
que ellos no saben de lo que hablan y nosotros sí.
Nuestra
prisa es una velocidad impuesta por las necesidades de la economía.
Nos gustaría no estar encadenados a la prisa, la
inquietud y el ruido, pero, como lo estamos, consideramos que quien
se ha liberado de esas ataduras es un sobrante.
"Atender"
es un verbo que contiene dos significados muy relevantes en este
contexto. Atender es poner el foco de los sentidos en algo o en
alguien y, también, cuidar. Para ejercitar la atención, hay que
percatarse del ruido, la inquietud y la prisa y sortearlos. Al
ejercitar la atención, nos despojamos de la insensibilidad y la
indiferencia y empezamos a reconocer al otro, entendido este
pronombre como un todo en el que no solo estamos los humanos, sino
también la naturaleza, las cosas, la vida. Considerar la alteridad
es ver al otro como es, no como creemos que es o queremos que sea.
Esto es la empatía y, para llegar a ella, hay que posicionarse en un
silencio consciente. Así se cuida; así, nos quedamos.
Solo
fuera del jaleo podemos ser capaces de la vida de otra manera y
orientarnos para descubrir lo que es verdaderamente relevante.
Contra el ruido, la inquietud y la prisa, hay que callar,
observar, escuchar, hay que parar y calmarse. Contra el ruido, la
inquietud y la prisa, silencio.
Sinopsis: Un manifiesto filosófico contra todo lo que supuestamente nos hace
más productivos y modernos. Un ensayo audaz en defensa del silencio,
la lentitud, la soledad, la introversión y la naturaleza.
Esto
no es un libro de autoayuda, sino un manual de resistencia frente a
la extrema productividad y el estrés del día a día. En este
ensayo, que es, a su vez, todo un manifiesto filosófico y político,
la paz y el descanso se sobreponen a los ruidos del mundo moderno.
En
¡Silencio!, Pedro Bravo hace un recorrido crítico por toda la
inquietud que nuestra forma de vida trae incorporada de serie. Desde
la definición física de sonido, silencio y ruido a las
desasosegantes formas de captar nuestra atención que diseñan las
empresas tecnológicas, pasando por la imposición del exhibicionismo
y la extroversión como maneras de satisfacer un ego hipertrofiado.
Respaldado por innumerables datos y autores, Bravo elabora una
brillante defensa de que parar, callar y escuchar es la vía para
empezar a hacer las cosas de otro modo.
Editorial
Debate, 2024. Número de páginas: 168. Acceso al inicio del libro.
La
grandeza de la vida
No
tengo demasiado interés por la biografía de grandes escritores. En
el caso de Kafka es diferente. Hace años leí la impactante carta a
su padre y ahora me acerco a esta película con curiosidad.
No
es una gran obra, pero refleja a la perfección cuánto cambia una
vida por amor. Muy enfermo y enamorado escribe y busca libertad. Se
traslada a Berlín para estar con Dora. Es la primera vez que se
opone a su propia familia. Cuando su salud empeora lo trasladan a un
hospital en Austria.
Es
conmovedora la relación, los diálogos con humor en medio de la
tragedia (calefacción espía). Escribe cuando ya no puede hablar.
Pienso
en su amigo Max que no cedió a los últimos deseos de Franz y
publicó su obra, que el autor quería quemar al completo. Pienso en
la vida de Dora marcada por una experiencia tan dolorosa justo antes
de la Segunda Guerra Mundial.
Siento
el impulso de leer alguno de sus libros.
Sinopsis:
Gracias al poder del amor, el último año de la vida de Franz
Kafka se convierte en el más feliz. Nunca antes había podido
permitirse el lujo de tener intimidad, sufre de tuberculosis y
depende de su dominante familia. Pero la mundana y sabia Dora Diamant
lo acepta tal como es. Y él la acepta. Los dos se encuentran en 1923
en la costa del Mar Báltico, donde él está convaleciente y ella
trabaja en un Volksheim judío. Juntos van a Berlín y, cuando la
salud de Franz se deteriora rápidamente, a un sanatorio en Austria.
Apenas un año después de conocerse, muere. El recuerdo de su tiempo
juntos moldeará a Dora para el resto de su vida.
Título
original Die Herrlichkeit des Lebens. Dirección Georg Maas, Judith
Kaufmann. Guion Michael Gutmann, Georg Maas. Biografía sobre: Franz
Kafka. Reparto: Henriette Confurius, Sabin Tambrea. Música Paul
Eisenach, Jonas Hofer. Fotografía Judith Kaufmann. Alemania 2024, 98
min.
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