El mundo de ayer: memorias de un europeo
Escritor y
testigo de excepción de los cambios que convulsionaron la Europa del siglo XX entre
las dos guerras mundiales, Zweig recuerda, desposeído y en tierra extraña, los
momentos fundamentales de su vida, paralela a la desmembración de aquella
Europa central que se creía más libre y segura, al abrigo de la locura y la
tormenta.
Nº de páginas: 552 págs.
Editorial: EL ACANTILADO
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788495359490
Año edicón: 2012
Plaza de edición: BARCELONA
Extraigo algunas citas que se
recogen en este artículo.
«Todo lo que olvida el hombre de su
propia vida, en realidad ya mucho antes había estado condenado al olvido por un
instinto interior... Así que ¡hablad, recuerdos, elegid vosotros en lugar de mí
y dad al menos un reflejo de mi vida antes de que se sumerja en la oscuridad!».
«El mundo de la seguridad... Todo en
nuestra monarquía austríaca casi milenaria, parecía asentarse sobre el
fundamento de la duración, y el propio Estado parecía la garantía suprema de
esta estabilidad... Todo el mundo sabía cuánto tenía o cuánto le correspondía,
qué le estaba permitido y qué prohibido. Todo tenía su norma, su medida y su peso determinado».
«Nunca he confiado tanto en la unidad de Europa, nunca he creído
tanto en su futuro como en aquella época, en la que nos parecía vislumbrar una
nueva aurora. Pero en realidad era ya el resplandor del incendio mundial que se
acercaba»
«Si hoy nos preguntamos por qué
Europa fue a la guerra en 1914, no hallaremos ni un fundamento razonable, ni un
solo motivo... De repente todos los estados se sintieron fuertes, olvidando que
los demás se sentían de igual manera; todos querían más y todos querían algo de
los demás. Y lo peor fue que nos engañó la sensación que más valorábamos todos:
nuestro optimismo común...».
«Europa,
nuestra patria, por la que habíamos vivido, sería devastada más allá de
nuestras propias vidas. Comenzaba algo diferente, una época nueva, pero
¡cuántos infiernos y purgatorios había que recorrer todavía!»
Su
biografía, desde los recuerdos de infancia, sus anhelos de conocer las
creaciones artísticas de una Viena efervescente; hasta los continuos viajes, en
busca de sensaciones y experiencias, primero, para más tarde tornarse en una huída
hacia un lugar donde sobrevivir.
Sus
lecturas e influencias, sus ídolos y los manuscritos coleccionados con verdadera
pasión. Cruzando fronteras sin pasaporte y convirtiéndose en un apátrida.
Admirado y olvidado. Grandes éxitos y prohibición absoluta para publicar en Austria
y Alemania. Su manera de trabajar (eliminando todo lo superfluo, revisando y
cortando las veces que fuera necesario).
Me ha gustado mucho el libro.
Ojalá alguno de los profesores de Historia que tuve, nos hubiera motivado con
lecturas como ésta.
Wes Anderson rescata la
figura y el espíritu de Zweig en su última película, a la que dedico una
entrada en Zinéfilaz.
5 comentarios:
Un autor imprescindible, junto con Eric Roth para tener una visión perfecta de la Europa de esa época.
Una excelente lectura. Gracias por rescatarlo.
Ahora te leeré en Zinéfilaz.
(No aparezco, pero te sigo)
Feliz dia de Sant Jordi.
Un beso
Joseph Roth.
Los confundo con frecuencia, y no tienen nada que ver, afortunadamente.
Fue el primer libro que leí de Zweig y me conquistó. Todo lo que he leído después de él me ha entusiasmado. Es uno de esos autores a los que vuelvo de vez en cuando. Su narrativa me engancha completamente.
Saludos.
Miguel, a mi este libro de Zweig, tan diferente a todo lo suyo que había leído, me dejó una huella profunda. Se trata de sus propias vivencias, de su visión de lo acontecido antes de las guerras, y en cada una de ellas.
Y a Joseph Roth me lo apunto.
Biquiños y feliz día del libro
Manderly, para mi fue una muy grata sorpresa, ya que todo lo que había leído suyo hasta ahora eran y textos breves de ficción. Tiene una manera de expresar las cosas que engancha. Me gusta ese estilo simple, en el que sobran los adornos y los párrafos que no aportan nada.
Biquiños y deseo que pronto encuentres otro libro que te haga soñar, una vez que termines con ése de transición con el que estás ahora (que a mi me decepcionó bastante; se me hizo un poco pesado).
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